El mensaje de Covid a la humanidad

La pandemia global, provocada por el Covid19, ha colocado en jaque los sistemas privados de salud que tan solo garantizan dicho derecho humano a quienes tienen suficiente recursos para poder cancelar los servicios que les prestan las aseguradoras privadas. Los sistemas sanitarios públicos europeos, se ven abatidos por la pandemia, debido, en lo fundamental, al acceso a posiciones de gobiernos de factores políticos de la derecha –consustanciados- con políticas de libre mercado o de mercados autorregulados, quienes dejaron de invertir en los mismos, con el claro propósito de promover la inversión privada en la salud, privatizarlos. Hoy, esos sistemas públicos de salud, se resienten del pase de la derecha por el gobierno, en dichos países; y el colapso de los mismos, es la muestra más palpable de dejar en manos del mercado, la salud de los pueblos. Italia, España y Alemania, no se colocan en el ranking de países –mayormente- afectados por los efectos del Covid19, por mera casualidad. Y, la causa estriba en el desmontaje progresivo y paulatino de sus sistemas de salud públicos y gratuitos, heredados de la segunda guerra mundial.

EEUU, ha entrado en la disputa por liderar las graves consecuencias surgidas por la pandemia. En términos de pacientes afectados o contagiados, en última instancia, número de muertos; ha surgido la verdad de la salud en EEUU, en palabras del Dr Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas: «El sistema no está realmente adaptado a nuestras necesidades actuales… Tenemos que admitirlo, es un fracaso». Es un caso interesante de analizar. Admitir, no contar con capacidades suficientes para hacerle frente a la pandemia por Coronavirus, por parte de funcionarios de la Administración Trump, es un paso positivo para la búsqueda de las soluciones. Los EEUU, no cuentan con un sistema público de salud sino con un "sistema" privado, si valiera el término, cuya finalidad no es la búsqueda de la salud sino el lucro de sus propietarios y tienen acceso, tan solo aquellos que puedan pagar sus costosísimos servicios. El concepto de lo Público, es inexistente en la nación más poderosa del planeta; así como, tampoco existe el bien común. «Comunista», le llaman a quienes osen nombrar esa palabra, en el país rey del individualismo. Lo Público, en EEUU, apenas se reduce a importantes experiencias públicas como es el caso de la Administración de la Salud de los Veteranos, conocida como VA por sus siglas en inglés, a cargo del Departamento para Asuntos de los Veteranos de EEUU y el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed del Departamento de Defensa, que presta servicios de salud a más de un millón de militares en servicio activo, jubilados y familiares. El costo del sistema, lo paga el gobierno de los EEUU y genera empleos directos a 11 mil médicos y médicas y es propietario de 1 mil 200 hospitales, a todo lo largo y ancho del territorio estadounidense. Un estudio de opinión de la empresa Gallup, manifestó que el 78 por ciento de los pacientes atendidos en la Administración de la salud de los Veteranos, VA, se mostraron satisfechos de la atención recibida, comparado con el 75 por ciento de asegurados en Medicare y 68 por cientos en seguros privados. Otro estudio de 2019, realizado entre ex militares, veteranos de guerras extranjeras, vislumbró que 91 por ciento de las respuestas recomendaba el sistema, pese a que 98 por ciento de los entrevistados disponía de otras opciones de servicio médico. VA, se ha constituido en el mejor sistema de atención médica en los EEUU y es Público, pese a los Republicanos y sus esfuerzos, por demoler sus servicios e instituciones, mediante el mecanismo de reducción de inversión gubernamental, tal cual ocurrió en Europa y sus sistemas públicos de salud. Según voceros de la OMS, EEUU, pudiera convertirse en el epicentro de la pandemia, una vez que China la ha derrotado, y con su colaboración Italia, se presta a seguir el mismo sendero en el mediano plazo. No ocurre así en EEUU, pues las incoherencias de Donald Trump, negado como está a declarar cualquier tipo de medida que afecte a la economía, ha dejado en libertad a los gobiernos locales para que implementen las medidas que estimen pertinentes. La realidad es, que al día 25 de marzo, los EEUU ya se ubican en el 3er lugar del ranking de contagiados, con el 13 por ciento del total mundial y 1.047 muertes, ante un crecimiento exponencial de enfermos que ya se ubica en 68.364 enfermos. Lo que ha llevado a la OMS, a lanzar un alerta mundial por intermedio de la portavoz de la organización, Margaret Harris: «Observamos una aceleración muy grande de casos en EEUU, por eso tiene ese potencial», quien también señaló, que el 85 por ciento de los casos que se registraron en las últimas 24 horas se detectaron en Europa y EEUU, siendo que de ese porcentaje, el 40 por ciento de los mismos ocurrieron en territorio de EEUU y cuya intensidad «va en aumento».

Todo indica, y ese es nuestro pronóstico, que será en territorio de EEUU que la humanidad tendrá que saldar la batalla definitiva para derrotar la pandemia global y ello, va requerir de la ayuda humanitaria de fundamentales gobiernos como es el caso de China y Cuba, quienes se han desplegado sobre diversidad de países y pueblos, en procura de garantizarles el fundamental derecho a la salud, valga decir, a la vida. Dentro de territorio de EEUU, es la ciudad de New York, el centro de los problemas al ser la ciudad con mayor número de contagiados y cuyo gobernador, Andrew Cuomo, ha solicitado a Trump que despliegue las FFAA para hacerle frente a la pandemia y ha venido exigiéndole, incrementar los test de diagnóstico de infectados, habida cuenta, que solo cuentan con una capacidad para hacer 400 pruebas diarias, admitiendo, que son insuficientes y solo cuentan con dos empresas privadas para la realización de tales pruebas. Asimismo, admitió que no cuentan –en la gran ciudad- con suficientes máquinas de respiración para asistir a los enfermos ingresados a las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos). En una primera aproximación, estima el gobernador, que «3000 se van en cualquier proyección». De allí, su deseo que sean las FFAA de EEUU, las que utilicen toda su capacidad y la pongan a disposición de la población civil, adaptando hospitales y puesta de camas a disposición de los enfermos por Covid19. En definitiva, pongan a disposición de la ciudadanía, su poderoso sistema de salud pública, pagado por los contribuyentes estadounidenses. Enseñanza fundamental, que nos deja este Coronavirus, es que la salud no debe ser privatizable. La vida, no puede dejarse a los vaivenes de mercados autorregulados, que solo procuran obtener máximas ganancias individuales.

En el año 2000, la humanidad, léase: la Organización de Naciones Unidas, 129 países, pudieron consensuar soluciones y establecerse el reto de acabar con la pobreza extrema hacia el año 2015. Para ello, establecieron los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio. Resaltamos de aquella iniciativa, el objetivo 7, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, reducir a la mitad el número de habitantes del planeta que no tenían acceso al agua potable y a los servicios de saneamientos básicos. Un paso trascendental, en ese sentido, llevó a la humanidad a declarar al agua potable y el saneamiento como derechos humanos. Las Resoluciones de la ONU, desafortunadamente, cuando se trata de aspectos progresivos para el desarrollo de la humanidad, solo quedan en exhortaciones a sus países miembros. Si se tratara de una guerra, no sería así. En 2009, teniendo como marco el Foro Mundial del Agua de Estambul, organizado por la ONU, Bolivia, Cuba, Ecuador, Uruguay y Venezuela, toman la iniciativa de proponer a dicho Foro la declaratoria del agua –nuevamente- como un derecho humano. Iniciativa, bloqueada por los gobiernos de Brasil y EEUU, asistentes a dicho Foro. «No se ha logrado un consenso sobre los temas del agua como derecho humano y el uso de las cuencas transfronterizas», sentenciaba entonces, la presidenta del proceso político del Foro, Sumru Noyan. Se imponía, por intermedio de los gobiernos de Brasil y EEUU, de aquel entonces, el criterio expresado por Peter Brabeck ex Ceo de Nestlé, valga decir, de las transnacionales del agua: «con el aumento de la población mundial, el agua ya no es un derecho público, sino un recurso que debe ser administrado por hombres de negocio…»

Hoy, la humanidad, reclama de su principal organización global, propiciar un consenso mundial para que situaciones como las presentadas por la pandemia del coronavirus, que tiene como principal protagonista al Covid-19, propicie la necesaria conciencia internacional sobre el acceso de los pueblos del planeta a sistemas de sanidad públicas y gratuitas, de calidad y eficientes. Solo la vida, será posible en nuestra tierra, si los gobiernos ofrecen garantías plenas del derecho humano a la salud. Ese es, el mensaje que nos está enviando Covid y que debemos atender, si tienes conciencia de lo importante que eres para la vida en comunidad en este planeta, tan maltratado por el capitalismo y su ansiedad de ganancias máximas.

Covid, nos enseña, que es en lo colectivo donde está la esperanza de propiciar las soluciones a los graves problemas que debe enfrentar la humanidad con vista al futuro. Tal cual, lo ha demostrado la estrategia de contención del virus puesta en ejecución en Wuhan por la República Democrática China. Solo posible, sí las personas cooperan y la responsabilidad se hace colectiva, como lo explica el epidemiólogo británico Roy Anderson del Imperial College de Londres: «Se tomaron medidas drásticas de cuarentena para contener el avance del virus. El comportamiento social fue clave. Por eso, China, ahora reporta 20 nuevos casos en 24 horas frente a los más de 4.100 detectados en ese tiempo en el resto del mundo…»



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Henry Escalante


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