Julio Escalona tiene razón

Hace varias Lunas que no escribía en Aporrea. No obstante, la leía porque es el único portal que sin tapujos se define chavista sin ser jalabola. Pero no disgreguemos el tema. El camarada Julio escalona en su último artículo escrito en Aporrea Que hable la calle señala: "El diálogo que se ha emprendido en las altas esferas ha llegado a un callejón sin salida." Eso lo han señalado varias camaradas en diferentes momentos y de diversas maneras. Sin embargo, al "alto gobierno cívico militar" se hace oídos sordos y se niega, en su miopía estratégica, a reconocerlo. Varias pueden ser las razones para tal miopía: 1) que en verdad piensan que "conversando" y "transando" con la burguesía "patriótica" pueden salir de la trampa que esa misma burguesía nos tendió; 2) Que tal unidad cívico-militar no pasa de ser otro acuerdo de cúpulas; 3) Que definitivamente no entendieron un comino a Chávez. Puede haber otras razones e inclusive que las tres que mencióné no sean excluyentes sino que se complementen. Más adelante señala Escalona: "Los medios públicos generalmente hablan consigo mismos… siguen sin ser el espacio donde se expresen las corrientes populares, incluso no chavistas." Esta afirmación es otra clara realidad.

Los medios públicos en estos momentos pasan por la peor crisis de credibilidad. Pareciere, por la manera que son tratados los temas, que las contradicciones de clases de nuestra sociedad son exclusividad de ciertos y determinados personajes económicos o políticos y no de la formación político social de Venezuela. Esta especie de onanismo de los medios públicos hace que hoy día canales como Globovisión o Venevisión parezcan más revolucionarios. En otro párrafo señala; "Tengo respeto por el PSUV y sus dirigentes, pero todavía en ciertas localidades hay militantes que piden a la gente que para participar en la Misión Vivienda deben asistir a marchas… ponerse franelas rojas". Aquí habría que agregar no sólo para la Misión Vivienda ese requisito también se le pide a venezolanas y venezolanos para que puedan obtener un cargo en la administración pública, o para acceder a comprar la línea blanca.

Pero cómo no va a ocurrir esto, si los "dirigentes", en su inmensa mayoría, del PSUV basan su "apoyo" sobre la base de las dádivas que usufructúan al Estado. Pero cómo no va a ocurrir esto si miembros del fulano "Alto mando Cívico Militar" se dice Chavista pero no marxista; cómo carajo se entiende esto, siendo como es que Chávez instó en muchas oportunidades a leer a Marx. Pero es que no sólo existe una porción importante de la dirección del PSUV habla de Bolívar pero bajo el enfoque de un Eduardo Blanco y no lo saben; porque, en primer término, ni conocen a Eduardo Blanco y en segundo, al Bolívar que conocen es al que visitan los días patrios para, como decía Alí Primera, asegurarse que esté bien muerto.

El último párrafo de Escalona sintetiza lo que mucha gente desde hace bastante tiempo le viene señalando a la cúpula del PSUV y que igual no le para bolas: "El sectarismo es enemigo de la unidad de los revolucionarios y de la unidad popular. Es la relación solidaria y paciente en defensa no simplemente de una posición partidista sino de un proyecto de vida y un proyecto de patria, la que nos puede permitir la construcción de un bloque social de los oprimidos, capaz de aislar a la base social fascista que ha surgido y ser fundamento de una nueva sociedad." Hay un marcado sectarismo en la dirección del PSUV que se agudizó luego de las malogradas elecciones internas para alcaldes y alcaldesas; esto unido a la arremetida de los enemigos de clase del proceso revolucionario ha hecho que la cúpula del PSUV le cause, por decir lo menos, urticaria la crítica revolucionaria.

Lo peor de esto es que dicho sectarismo se ha arraigado profundamente en los dirigentes medios y de los que tienen el contacto directo con la población de a pie. Este sectarismo ha hecho posible que importantes mayorías cuestionen cada vez más los métodos utilizados por el PSUV para evaluar la "lealtad" o no al proceso. Finalmente, Para que exista un verdadero diálogo directo con los desposeídos hay que acabar con los "Jefes" a los que refiere Diosdado; el diálogo debe ser entre iguales sino, no hay diálogo sino imposición. A esta revolución la está matando precisamente el hecho que hay demasiados Jefes y pocos… Lo que necesitamos es verdaderos líderes y pueblo organizado.



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

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