El Reportero del Pueblo

Colombia y Venezuela, en un mismo espejo devastador del colonialismo y la corrupción latina

Será fácil de gobernar ante la ignorancia, es el destino Sudamericano. La mayoría de su población es campesina y hasta 1943 la agricultura hacia sus efectos normales de competencia y, en esa labranza olvidaban que sostenían un militar como en el caso de algunos que hacían temblar al pueblo. En una época, los obreros fabriles eran niños, es el caso de Inglaterra., ya que no les exigían aumento de salario a los textileros. Los representantes de esos jovenzuelos en las manufacturas ganaban un mínimo salario y en París, las hilaturas les humillaban. Las fábricas eran prisiones, se aplicaba la moralidad del aislamiento para elevar las estadísticas de producción y, esto parecía una bufonada porque las fábricas se convirtieron en casas de corrupción.

Hay que desenmascarar el poder, las malvadas pasiones, aprisionan a los electores para mantenerlos alejados de la voluntad política. Los mismos están sometidos al tiempo de sus patrones, quienes les imponen las jornadas laborales. La Sociedad Política protege los privilegios del empresariado y se mantienen empoñozados para arrinconar al trabajador y cancelarles un mínimo precio por su trabajo secular.

El esclavo moderno vive engañado. Vende su conciencia por un pedazo de pan y una jarra de agua limosa. Tengamos presente la época, hay una subversión radical y se acaba un período e inicia otro, ya maduro en los espíritus ¿Es un camino por el cambio, Está por verse?

Ya los lamentos quedarán atrás, es tiempo de opresores, la esclavitud se esta convirtiendo cada vez más, en un factor de referencia. De modo que, el hombre libre depende únicamente de las leyes, y era participe de hecho y por derecho, de la soberanía. Con esta referencia, tenemos pobreza alimentaria y peor, concebimos una pobreza monetaria y, Venezuela se enmarca en el ejemplo más claro.

Estamos obligados a practicar el cara a cara para evitar los elementos extraños ya planificados y programados por los economistas agregados de la oligarquía, somos parte de una sociedad y necesitamos una concentración de poder racional para formar un personal que movilice herramientas, máquinas cabrias y un conocimiento valioso sobre la tecnología y la física cuántica.

Tocamos el límite de lo superfluo. Todo se encuentra programado, hasta los sentimientos para asegurarle a nuestra sociedad un nivel de bienestar.

La esclavitud hoy, es una contradicción, porque ha recibido el bienestar del gobierno. Sobretodo los definidos como progress. En este sentido, Colombia vota por el liberalismo, mientras Venezuela en el precepto petrolero es colonizada por iraníes, al igual que la industria eléctrica y telefónica a nivel nacional.

Los hitos históricos están presentes: La I y II Guerra Mundial. Contienda civil española y, el tramo de los espías del cuerpo de seguridad francesa que contribuyeron e acabar junto a Inglaterra con los gobiernos musulmanes del Medio Oriente y Este Asiático. Junto a los homólogos británicos, vemos muy vulnerables a la infiltración soviética Ucrania, que no ha podido avanzar por la resistencia de las murallas ucranianas que, han demolido al tercer ejército más fuerte de la burbuja mundial.

En Colombia, tenemos interrogantes. Para Jean- Paúl Sartre, ante estos movimientos existenciales, solo existe la razón y define que, "El mal no reside en la miseria humana o, en las condiciones sociales, ni tampoco en la macabra intención que puede producirlo, sino en la inintegibilidad de nuestra condición finita". Lo que determina un mundo egocéntrico y antisocial, porque el mecanicismo genera amor y odio a la vez.

Es una lucha por la sinceridad y la reflexión. La conciencia moral es reflexiva, pero, sus personajes son de ficción e ilusión, lo que indica que solo descarnan



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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