El presidente Santos no es tan santo

La política exterior de Colombia esta última década, por decir lo menos, cuando no para los pelos de punta, para la punta de los pelos. Para algunos analistas que leo al través, se trata de astucia diplomática, para otros del escenario entreguista a los gringos por tanto doblemente triste, para otros la cesión de la autonomía nacional como efecto colateral del Plan Colombia, para otros traición al pacto de Santa Marta 2010, para otro simple acción babosa y cochina. Ciertamente hay detalles interesantes para la reflexión y nada para la ingenuidad.

La acción artera de la maquinaria yanqui en la serranía de Sucumbíos, en Ecuador, para liquidar a los líderes guerrilleros al amparo del sueño y los ojos electrónicos de los helicópteros Apache y los datos satelitales de alta tecnología, fue una acción Made in Usa, no sólo al estilo fílmico de Irak 1991, sino con descaro y prepotencia por tratarse de un país hermano. Este tupé y esa soberbia también son Made in Usa. La buena vida que se da por Bogotá Carmona El Breve es también un regalo de los dioses yanquis. La voz superior le ordenó algo parecido a esto: Vete al lado, Bebé, que prepararemos el terreno para tu apoteósico regreso. Bajo esta óptica, el lechuguino que no me atrevo a nombrar por su nombre para no embarrar ni una sola palabra de mi amado idioma español, no sólo es el invitado risueño del Palacio de Nariño, sino el hijo pródigo y mensajero directo de Carmona El Breve. Es decir, sellado el golpe de estado artero de factura Made in Usa en cualquier momento ojo con esto compatriotas, queridos camaradas revolucionarios el nuevo títere de Miraflores no sería el lechuguino sino Carmona El Breve. Los gringos apuestan a una situación más cómoda y placentera con el empresario miserable que con un niño rico bocón que ante las cámaras de televisión aguza la mirada y hace muecas labiales al estilo de Bush hijo.

            Otro par de detalles curiosos pero no simples se relacionan con la fugaz presencia del Presidente Santos en la toma de posesión de Maduro. Fue el último en llegar, casi a hurtadillas, cuando ya Maduro, como anfitrión, había entrado a saludar a sus distinguidos homólogos latinoamericanos, y fue el primero en retirarse, inclusive, con la anuencia excusatoria de Maduro quien dijo: El Presidente Santos debe marcharse en un instante a Bogotá para presidir una importante reunión con el Consejo de Alcaldes. Perdonen mi torpeza intelectual en materia de relaciones diplomáticas, pero esto es como asistir a un velorio, no darle el pésame a nadie y luego decir que el muerto es familia suya. Santos no es ningún santo. La orden vino de arriba. Ve y muéstrale la nariz, no le des la mano, no lo abraces, no te empegostes con nadie y vuelve a casa buen hijo, porque tenemos planes para el futuro para echarlo abajo, y tú y tu Plan Colombia que es nuestro pan de oro, perdón, plan de oro tendrán la mesa servida, con nuestro querido Carmona al frente, para hacer de Venezuela y Colombia una sola cosa, una cosa grande. Ciertamente, sería unacosa o la cosa, mejor dicho, de Gringolandia. No una Gran Colombia como la que se propuso nuestro Libertador Simón bolívar, sino la gran fortuna yanqui en el lugar más estratégico de América del Sur, con sus riquezas en pleno, todo controlado por los yanquis, manejando su rebaño como les dé la gana, compensando a sus buenos gestores Santos y el lechuguino, con sendos apartamentos en Nueva York y agentes de la CIA para que los cuiden como dos bebés que hicieron el mejor mandado para la supervivencia imperial de los Estados Unidos. Colateralmente, moriremos trescientos mil o más venezolanos durante el golpe de estado, pero no habrá en el mundo un solo país capaz de decirle a USA, quítense de ahí señores ilegítimos, invasores y abusadores, quenosotros somos más poderosos que ustedes. Ni siquiera los chinos. Aquí nos quedaremos bien jodidos, y punto.

Este panorama puede parecer muy pesimista y explosivo pero exagerado, pero no seamos ingenuos ni pequemos de sobredosis de buena fe. El otro detalle que falta lo relaciono con la señora o señorita, da lo mismo, la ciudadana diputada María Corina Machado, quien también se anduvo por Bogotá, o quizás resulte más honroso decir la New Washintong-gotá (mezcla de las dos capitales imperiales del futuro, Washintong y Bogotá), capital estratégica del neo imperio  suramericano, en señales diplomáticas o de jurisprudencia extraterritorial, según ella generando debates sobre la delicada situación interna de la República Bolivariana de Venezuela. En el esquema post golpe de Estado esta ciudadana sería de inmediato la presidenta de la Asamblea Nacional a la machimberra. De este modo el imperio no sólo gestiona aplacer desde Miraflores sino que controla la jerarquía legal desde la Asamblea Nacional. Desde luego, estos pasos requieren presencia física de los involucrados con los altos jerarcas de la CIA, del Departamento de Estado y del titerismo político-empresarial de Colombia, o mejor dicho Bogotá. Estaconstituye una plaza segura, discreta, con la más alta tecnología de espionaje y control militar yanqui en la región, y cada quien vuelve a casa a disfrazar sus comentarios personales con unas pajitas y pañitos suaves. De este modo, ocultan los verdaderos objetivos de sus andanzas. Una muy sutil y casi que lastimera excusa de éstas la da el propio Presidente Santos, quien no es tan santo, cuando afirma: tiene que haber algún malentendido y vamos a resolver cualquier diferencia por las vías diplomáticas.

O no sabe bien el significado de la palabra malentendido, o es que nosotros estamos acostumbrados a ser mal entendidos por él, por Uribe y por la cuerda de zorros pitiyanquis de la oligarquía colombiana. Señor Santos, métase esto en su cabeza: Las vías diplomáticas suyas apuntan, incluso antes de su ejercicio de interino de la presidencia colombiana, hacia el norte imperialista y no nos va a dar clases usted de diplomacia con su expediente invasor e hipócrita a cuestas; segundo, dese por entendido que este pueblo de Chávez, de Zamora, de Maisanta, de Miranda, de Sucre, de Juanbimba, de Juan de los Palotes, y de estas caras arrechas que usted ve en esta patria libre y soberana, no va a vacilar ni un instante en mardarlo a usted para el sipote junto a sus secuaces imperialistas. No se equivoque. No somos ingenuos. No somos atrasados mentales.No se envalentonen porque nuestro Comandante Eterno ya no está físicamente. No alimenten a las víboras lechuguinas por un fajo de dólares y unas riquezas extras. Y usted presidente Maduro, Presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, no gaste pólvora en zamuro, no gaste saliva con este Santo de los infiernos, y póngale el cascabel al gato sin miedo y dele un parao a esa oligarquía colombiana golpista y entreguista. Suspenda las relaciones indefinidamente en nombre de la dignidad de esta patria y exija RESPETO, con mayúsculas. No aceptehipocresías ni excusas. O nos respetan o nos irrespetan. O nos dan  nuestro justo valor de patria soberana, libre y solidaria, o nos dejamos pisotear con los pequeños detalles de esas reuniones amistosas. Al enemigo ni agua. Si Santos va a empezar a recibir gobernadores venezolanos en el Palacio de Nariño, mándele usted a nuestros veinte gobernadores bolivarianos, uno cada día, a ver si el señor Santos tiene tantas cosas para decirles y ayudarles, como quiere hacer creer que las tuvo con el lechuguino.

[email protected]      

Poeta, narrador, articulista. Profesor universitario.

Activista cultural. Rodilla en tierra con nuestro proceso bolivariano chavista.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2130 veces.



José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 [email protected]

Visite el perfil de José Pérez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: