Burocracia y burocratismo, eficiencia y corupción

Analizar la problemática de la destrucción del aparato del estado Burgués (después pudiéramos discernir sobre eso de “aparato”) debe ser un tema de constante debate dentro del gobierno y las fuerzas revolucionarias. Si no logramos disuadirnos de que no es posible seguir pensando que se pueda conducir un gobierno o un partido de la revolución con el solo “sentido común” estamos fritos. De allí, el énfasis del Presidente Chávez reiteradamente en su insistencia de la necesidad de estudiar. El tema de la burocracia y el burocratismo es un tema candente y como tal merece toda nuestra atención de forma sistemática y disciplinada.

Como una de las razones que hacen posible la conducta delincuencial de funcionarios en cargos administrativos se puede señalar perfectamente las excesivas trabas burocráticas, heredadas del estado Burgués, que hacen posible la existencia de tantas alcabalas para que cualquier ciudadano pueda obtener algún beneficio o servicio del Gobierno con la brevedad que el caso merece. Es decir la cancerización de la burocracia (el burocratismo) produce una desviación del papel del burócrata dentro de la administración pública (ojo no se puede pensar que el burocratismo y la corrupción son elementos exclusivos de la administración pública en la privada también existe y por montón, solo que estas líneas no la vamos a tocar). Tenemos así unas categorías que se contraponen y que por ello producen resultados distintos. Por un lado, la burocracia y por el otro el burocratismo; la primera produce eficacia y la segunda corrupción.

Pero la identificación del problema no nos dice mucho, es necesario estudiarlo. Estudiarlo pasa necesariamente por varias premisas: en primer lugar, definir las categorías de análisis, esto permitirá crear un cuerpo teórico para el estudio del fenómeno; en segundo lugar, identificar sus antecedentes, esto facilitará entre otras cosas hacer comparaciones; en tercer lugar, contextualizar el fenómeno, de esta manera lograremos demarcar en el tiempo y en el espacio el problema identificado; por último, sistematizar la información, digerirla y proponer alternativas.

Definir las categorías de análisis presupone, si queremos hacer bien las cosas, una posición clara de quien o quienes realizan el estudio. Damos por sentado que en nuestro caso tenemos una posición parcial, es decir, no es neutra; la neutralidad en estos casos es impensable, es además una posición ideológica de derecha. Estamos sumergidos en las corrientes del pensamiento marxista que reivindican en él un método de estudio de las sociedades y no un dogma:

No es ser el único marxismo, o el marxismo correcto, lo que importa; lo relevante es defender un marxismo posible. Una iniciativa teórica y política que dice de sí misma, clara y consistentemente, que es marxista, para especificar luego con qué sentidos y con qué derechos sostiene esta pretensión.

Carlos Pérez Soto.

Para una Crítica del Poder Burocrático, 2008.

 

Partimos entonces para estudiar este fenómeno del concepto de luchas de clases y del de esencia y forma. El contexto general es el de una sociedad capitalista globalizada y el específico el de una sociedad de economía con base rentística como es el caso de Venezuela. Uno de los problemas que acarrea el abordaje del fenómeno de la burocracia y el burocratismo en Venezuela es que precisamente no existen estudios sistemáticos que traten sobre dicho proceso. De tal manera que, esto dificulta el contar con un arsenal metodológico que facilite el abordaje. Y esto es fundamental si estamos empeñados, como debemos estarlo, en desmontar el aparato burgués sobre el cual descansa el estado capitalista. No tener claro este elemental punto de arranque es lo que ha traído como consecuencia, entre otras cosas, el pretender que el problema de la corrupción en Venezuela es un problema meramente administrativo. Y que cambiando unos funcionarios por otros hemos desenrollado el nudo gordiano. Que va, es imposible sino se le da un solo espadazo, machetazo pudiéramos decir en criollo, al estilo de Alejandro Magno. Pero para romper con ese nudo, primero debemos saber en dónde vamos a dar con la espada, o con el machete. Esto supone, para el caso que nos ocupa, adentrarnos en los orígenes de la burocracia y el burocratismo además de la manera cómo los clásicos abordaron el fenómeno. En principio, el vocablo “burocracia” se asocia a un término utilizado para referirse a un fenómeno que se fue formando en la sociedad francesa del siglo XVIII. Era la aparición de un nuevo grupo de funcionarios para los cuales la tarea de gobernar se había convertido en un fin en sí mismo.

Marx aborda este complejo problema desde dos perspectivas: teórica y empírica. No veía en este caso una relación armónica al estilo de Hegel; antes por el contrario, apunta hacia el carácter dialéctico y conflictivo entre las interacciones de: burocracia-Estado-corporaciones. De esta manera el fenómeno es entendido desde dos perspectivas: por un lado, el impacto de la organización burocrática sobre la estructura de poder de la sociedad moderna; y por el otro, la índole de su función social, es decir, su capacidad y posibilidades de servir a objetivos de interés general.

La burocracia se comporta como el Estado imaginario al lado del Estado real. Es decir que existe un significado real y otro burocrático. El problema se presenta cuando los fines del Estado desembocan en fines del burócrata, en donde lo único que importa es el escalar puestos cada vez más altos; así, la identidad del interés del Estado, se convierte en un interés privado particular frente a otros fines privados. La burocracia se edifica en la “jerarquía del saber técnico-administrativo” y, como dice Marx, en el “misterio del papeleo”, “de la mediación por la mediación”, donde cada individuo es funcionario en tanto pieza de una maquinaria abstracta. Queda claro con lo antes planteado que la corrupción como un elemento asociado al burocratismo va más allá de ser un problema administrativo. Es obvio, que en tan cortas líneas es imposible ni siquiera introducir el tema; nuestro objetivo, es ciertamente provocarlo.

El derrumbe estrepitoso de la Unión Soviética no se le puede endilgar exclusivamente a diversos factores externos, hubo razones internas que hicieron posible el derrumbe de tal proyecto y con ello las esperanzas del pueblo soviético. La evidente descomposición en los cuadros de dirección, cuadros medios y rasos hicieron posible que las condiciones subjetivas abrieran paso al derrumbe. Entre estas condiciones subjetivas el burocratismo jugó su papel de caballo de Troya. Durante la construcción del socialismo, producto de las nuevas relaciones de producción establecidas, se da una contradicción en el aparato político –administrativo encarnado en la tendencia de la burocratización. Por ello dentro del pensamiento revolucionario se presenta como una constante la relación estado-partido-clase y el problema de la burocratización del conjunto de la sociedad. Las ideas de Lenin acerca del burocratismo fueron variando de acuerdo al momento histórico vivido: la destrucción del estado Capitalista, las disputas internas dentro del partido y la consolidación del poder soviético. La burocracia fue el primer instrumento de la Burguesía contra los señores feudales. Así denominaba a la burocracia como el “cuerpo de funcionarios”, “Un sector particular de personas especializado en la administración y colocados en una situación privilegiada con respecto al pueblo”. Contrario a lo que ocurre con las grandes clases sociales, donde el poder se basa en el dominio de la base económica de la sociedad desde donde construye todo el entramado de poder incluyendo el político; para la burocracia, el hecho de detentar el control administrativo de forma arbitraria y en provecho propio es una cuestión central y sin ello no podría existir como grupo social. Como grupo parasitario que es no podría sobrevivir sin el dominio del aparato político administrativo del Estado. De esto se desprende el carácter beligerante que este grupo social asume cada vez que se intenta profundizar la revolución. Por ello la violencia con que responde el poder burocrático cuando desde el poder popular se toca sus privilegios. En cuanto al oportunismo Lenin señala las desviaciones pequeño-burguesas de: “funcionarios de sindicatos legales, parlamentarios y otros intelectuales, cómoda y tranquilamente instalados en el movimiento legal de masas, ciertas capas de obreros mejor retribuidos, de pequeños empleados, etc.”, a los que califica de “burocracia (...) obrera”, de “burocracia en el seno del movimiento obrero”. Para el momento de la construcción y consolidación del estado Socialista señalaba la importancia de: “construir la democracia (...) desde abajo, con la iniciativa de las propias masas”, “su efectiva participación en la vida del Estado, sin tutelas desde arriba, sin burocracia”; impedir “el restablecimiento del poder omnímodo de funcionarios prácticamente inamovibles, pertenecientes a las clases de los terratenientes y capitalistas”. Por eso cuestiona la posición de que “llevar a cabo el trabajo cotidiano de administración, es cosa que sólo pueden hacer los ricos, o funcionarios procedentes de familias ricas”; “prejuicio intelectual burgués, según el cual sólo pueden regir al Estado funcionarios especiales”, “dependientes del capital por” su “posición social”. Finalmente señala que el peor enemigo interno del proceso revolucionario es el burocratismo del que se desprenden entre otros elementos la corrupción. Por ello fustiga para que se expulse del partido a aquellos militantes que “se limitan a organizar comisiones y no realizan trabajo práctico alguno, pues no saben hacerlo”.

Indudablemente que existen aportes de otros teóricos además de Marx y Lenin que quisiéramos citar en esto del burocratismo y la burocracia. Como por ejemplo Trotsky o Rosa Luxemburgo o Antonio Gramsci. Pero como quiera que lo que pretendíamos era suscitar la discusión, bástenos ahora con concluir con la tesis del “Che” acerca del burocratismo, siempre el guerrillero heroico será un faro para quienes pretendan impulsar una revolución:

"Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una palabra, ¡su ejemplo! Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser modelo ideal para nuestros pueblos." Fidel Castro Ruz 18 de Octubre de 1967.

Tres elementos resalta el guerrillero heroico acerca del burocratismo: la falta de un motor interno; la falta de organización; la falta de conocimientos técnicos suficientemente desarrollados como para poder tomar decisiones justas y en poco tiempo. El primer componente tiene que ver con la falta de interés del sujeto para estar al servicio del Estado. Este elemento está ligado a la falta de conciencia revolucionaria o el conformismo. Respecto al segundo elemento, lo atribuye al intento de pasar a destruir el “guerrillerismo”; es decir, la autonomía para la toma de decisiones, cuando no se tenía suficiente experiencia administrativa; pasándose al otro extremo, la centralización extrema, sin poseer una organización perfecta, lo que hizo posible el estancamiento. El último elemento está referido a la falta de conocimientos técnicos lo suficientemente desarrollados que permitieran la toma de decisiones acertadas y a tiempo.

Luego de acercarnos a los planteamientos de Marx, Lenin y el “Ché” sobre el burocratismo es necesario que nos acerquemos al fenómeno en el caso de Venezuela. Está claro que la burocracia no puede ser entendida como una clase social y Marx nos habló de ello. Además que nos queda claro que la burocracia se comporta como un Estado imaginario al lado del Estado real. La burocracia se esconde en los “saberes técnicos” es decir unos supuestos “elegidos” son los únicos capaces de entender el mamotreto del papeleo. Radicalizar el proceso revolucionario pasa necesariamente por colocarle un freno al burocratismo. Entendemos que la burocracia, por ahora, en este proceso de transición hacia el socialismo es un mal necesario. Una cosa es una burocracia necesaria y otra es el burocratismo. A este lo entendemos como una exacerbación de la primera. Hay varias maneras de identificar el burocratismo. La primera es el exceso de trámites que se le solicita a alguien para darle una respuesta. Tenga usted la seguridad que cuando algún funcionario le está colocando trabas para darle una respuesta, está en presencia del burocratismo. El burocratismo está ligado a otro elemento pernicioso: la corrupción. Mientras más papeleos se le imponen al pueblo más corrupción estamos fomentando. Ya tenemos un primer elemento de carácter técnico que nos ayudaría a combatir al burocratismo. El segundo elemento y el más importante es la claridad ideológica del funcionario. Si quienes les toca el papel de servir como funcionario público, tiene una sólida formación política, no habrá ningún problema con la burocracia, porque ésta será entendida como una cadena de transmisión. Por lo tanto el camino se hará más expedito. De manera tal que no es un problema técnico sino político. Quienes les toca el papel de funcionarios públicos están en la obligación de facilitar los trámites administrativos no de obstaculizarlo quienes así no lo entiendan deben renunciar o beberse la cicuta. Como lo último no parece pertenecer a nuestra cultura política no queda otra cosa que botarlos.



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Isidro Camacho Manzano

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

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