Ungüento Fierabrás y ungüento Lete

Ungüento Fierabrás y ungüento Lete, son casos límite contradictorios, distínguense y acógense el uno del otro en el espacio muestral sombrío whitmaniano borroso, tal punto G, entre 5G y 4G. Uno es bálsamo y el otro es crema, distínguense, ahí, en la penumbra borrosa whitmaniana borrosa, la verdad profunda cortazariana, de donde derivan, en donde danse las reciprocidades de la dialéctica, en que tanto es lo más cómo lo menos, y, tanto es el todo como la parte. El ungüento Lete crema, cura el cáncer de la piel poliédrica, y, el bálsamo Fierabrás, cura el cáncer del niel huequito dulce poliédricoováricoprostático, cáncer del poliedro profundo húmedo radical quijotesco borroso, algo así como los casos límite contradictorios democritoianos, agujeros negros y vacío, huecos negros y espacios vacíos, cuerpo y alma, amor y odio. Ungüento Lete, es sólo para la piel cucharón y machete, cóncavo y convexo.

Ungüento Fierabrás y ungüento Lete, son casos límite contradictorios, distínguense y acógense el uno del otro en el espacio muestral sombrío whitmaniano borroso, tal punto G, entre 5G y 4G. Ungüento Lete, cura el cáncer de la piel, prepucioedricovaginalová[email protected], esto último pudiera ser de la piel, por lo que conócese en los avances de la medicina soviética, ver: https://www.laiguana.tv/articulos/509834-crema-cancer-rusia-cientificos/ "¿Una crema contra el cáncer? Cómo los científicos rusos revolucionan la medicina. Científicos rusos propusieron usar un ungüento especial sobre la base de fragmentos de ADN sintético para tratar el cáncer de piel. Estos fragmentos son capaces de destruir las células cancerosas cercanas al foco del tumor. Una descripción del método publicada en la revista Molecules. El estudio fue hecho en conjunto por los investigadores de la Universidad Federal de Crimea Vernadski, de la Universidad Federal del Extremo Oriente y de la Universidad Rusa de Tecnología Química Mendeléev. El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes. El principal factor de su aparición es la radiación ultravioleta que provoca mutaciones de las células sanas. El tipo más agresivo de cáncer de piel es el melanoma y uno de los problemas más importantes con su tratamiento es la dificultad de detectar células cancerosas en la vecindad inmediata del tumor. "El melanoma primario es claramente visible y se puede extirpar, mientras que las células cancerosas alejadas del tumor primario son invisibles a los ojos y mucho más difíciles de eliminar quirúrgicamente. De hecho, no hay límites claros para la escisión del tumor que podrían garantizar una curación completa", dijo una coautora de la publicación, jefa del Laboratorio Central de Investigación de la Academia Médica de la Universidad Federal de Crimea Evguenia Ziablítskaya. Según los autores de la investigación, los oligonucleótidos antisentido (fragmentos cortos de ADN obtenidos por síntesis química) dan una esperanza especial para la extracción de células cancerosas cerca del foco tumoral, tanto antes como después de la cirugía. Los experimentos de modelos a largo plazo con la participación de fragmentos de ADN de gusanos de seda no apareados mostraron que el uso de fragmentos cortos (de longitud de 18-20 nucleótidos) puede aumentar la tasa de procesos de destrucción o muerte celular programada en las células de los insectos. Los resultados obtenidos se utilizarán en el tratamiento de cánceres humanos, incluido el melanoma."

Ungüento Fierabrás y ungüento Lete, casos límite contradictorios, distínguense y acógense el uno del otro en el espacio muestral sombrío whitmaniano borroso, tal punto G, entre 5G y 4G. Ungüento Fierabrás, cura el cáncer niel huequito dulce poliédricoováricoprostático, encuéntrase, curiosamente en cuerpo poliédrico tronco machacador ventarrón remos largos, esto en Quijote (I, 8), y, bálsamo Fierabrás en Quijote (I, 10):

"Lo que más le avino a Don Quijote con el vizcaíno y en el peligro que se vio con una turba de yangüeses. Ya en este tiempo se había levantado Sancho Panza, algo maltratado de los mozos de los frailes, y había estado atento a la batalla de su señor don Quijote, y rogaba a Dios en su corazón fuese servido de darle vitoria y que en ella ganase alguna ínsula de donde le hiciese gobernador, como se lo había prometido. Viendo, pues, ya acabada la pendencia, y que su amo volvía a subir sobre Rocinante, llegó a tenerle el estribo; y antes que subiese se hincó de rodillas delante dél, y, asiéndole de la mano, se la besó y le dijo: -Sea vuestra merced servido, señor don Quijote mío, de darme el gobierno de la ínsula que en esta rigurosa pendencia se ha ganado; que, por grande que sea, yo me siento con fuerzas de saberla gobernar tal y tan bien como otro que haya gobernado ínsulas en el mundo. A lo cual respondió don Quijote: -Advertid, hermano Sancho, que esta aventura y las a ésta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas, en las cuales no se gana otra cosa que sacar rota la cabeza o una oreja menos. Tened paciencia, que aventuras se ofrecerán donde no solamente os pueda hacer gobernador, sino más adelante. Agradecióselo mucho Sancho, y, besándole otra vez la mano y la falda de la loriga, le ayudó a subir sobre Rocinante; y él subió sobre su asno y comenzó a seguir a su señor, que, a paso tirado, sin despedirse ni hablar más con las del coche, se entró por un bosque que allí junto estaba. Seguíale Sancho a todo el trote de su jumento, pero caminaba tanto Rocinante que, viéndose quedar atrás, le fue forzoso dar voces a su amo que se aguardase. Hízolo así don Quijote, teniendo las riendas a Rocinante hasta que llegase su cansado escudero, el cual, en llegando, le dijo: -Paréceme, señor, que sería acertado irnos a retraer a alguna iglesia; que, según quedó maltrecho aquel con quien os combatistes, no será mucho que den noticia del caso a la Santa Hermandad y nos prendan; y a fe que si lo hacen, que primero que salgamos de la cárcel que nos ha de sudar el hopo. -Calla -dijo don Quijote-. Y ¿dónde has visto tú, o leído jamás, que caballero andante haya sido puesto ante la justicia, por más homicidios que hubiese cometido? -Yo no sé nada de omecillos -respondió Sancho-, ni en mi vida le caté a ninguno; sólo sé que la Santa Hermandad tiene que ver con los que pelean en el campo, y en esotro no me entremeto. -Pues no tengas pena, amigo -respondió don Quijote-, que yo te sacaré de las manos de los caldeos, cuanto más de las de la Hermandad. Pero dime, por tu vida: ¿has visto más valeroso caballero que yo en todo lo descubierto de la tierra? ¿Has leído en historias otro que tenga ni haya tenido más brío en acometer, más aliento en el perseverar, más destreza en el herir, ni más maña en el derribar?-La verdad sea -respondió Sancho- que yo no he leído ninguna historia jamás, porque ni sé leer ni escrebir; mas lo que osaré apostar es que más atrevido amo que vuestra merced yo no le he servido en todos los días de mi vida, y quiera Dios que estos atrevimientos no se paguen donde tengo dicho. Lo que le ruego a vuestra merced es que se cure, que le va mucha sangre de esa oreja; que aquí traigo hilas y un poco de ungüento blanco en las alforjas. -Todo eso fuera bien escusado -respondió don Quijote- si a mí se me acordara de hacer una redoma del bálsamo de Fierabrás, que con sola una gota se ahorraran tiempo y medicinas. -¿Qué redoma y qué bálsamo es ése? -dijo Sancho Panza. -Es un bálsamo -respondió don Quijote- de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana. -Si eso hay -dijo Panza-, yo renuncio desde aquí el gobierno de la prometida ínsula, y no quiero otra cosa, en pago de mis muchos y buenos servicios, sino que vuestra merced me dé la receta de ese estremado licor; que para mí tengo que valdrá la onza adondequiera más de a dos reales, y no he menester yo más para pasar esta vida honrada y descansadamente. Pero es de saber agora si tiene mucha costa el hacelle. -Con menos de tres reales se pueden hacer tres azumbres -respondió don Quijote. -¡Pecador de mí! -replicó Sancho-. ¿Pues a qué aguarda vuestra merced a hacelle y a enseñármele?-Calla, amigo -respondió don Quijote-, que mayores secretos pienso enseñarte y mayores mercedes hacerte; y, por agora, curémonos, que la oreja me duele más de lo que yo quisiera…"

Si ungüento Fierabrás y ungüento Lete, son casos límite contradictorios, distínguense y acógense el uno del otro en el espacio muestral sombrío whitmaniano borroso, tal punto G, entre 5G y 4G, entonces sea dicho que ungüento Fierabrás, continente que acoge a ungüento Lete, y, recíprocamente, acógense. Ergo vergo sea dicho que ungüento Fierabrás y ungüento Lete, han de correr la suerte maravillosa del comienzo final seglar de la viagra. Ergo vergo sea dicho que, con viento fresco abracadabrante, ungüento Lete y ungüento Fierabrás, sean recomendados para cura, que no pa’este cura ignaro raro cleuasmo asno, del cáncer de próstata, escroto y ano, y, medicado, después, para el levante lujurioso demoniaco atlético soviético sexual masculino/femenino, dicho/hecho, (/) trecho estrecho arrecho, género de debilidades y fortalezas, en el punto G viagra revatio, con arrebato y sin arrebato, entre aspectos límbicos antagónicos, cóncavo y convexo.



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Miguel Homero Balza Lima


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