La fijación del gobierno de Bush en América Latina y en específico Venezuela, tiene dos explicaciones elementales y bien definidas: una de ellas es el gran movimiento de cambios que está creciendo en esta parte del mundo, teniendo cada vez más importancia para los pueblos de estos países siempre asediados y sometidos por las grandes potencias. Por ello arremeten permanentemente contra el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, quien a liderizado todo la estrategia unitaria entre los hermanos del Sur. Por otra parte, existe un planteamiento de fondo que es la soberanía nacional que ha permitido tomar decisiones, rompiendo con la dependencia y el tutelaje del gobierno del norte, unido esto a la propuesta socialista.
Los recursos energéticos y sobre todo el petróleo venezolano, que representa una de las mayores reservas mundiales en hidrocarburos, ahora es manejada por nuestro país, quitándonos el yugo de casi cien años de explotación petrolera y saqueo del subsuelo por las transnacionales. El centro de toda la política internacional del gobierno estadounidense, circula dentro de la búsqueda del control petrolero que ha ido perdiendo en la medida en que los pueblos se han venido independizando.
En la reciente incursión de las fuerzas armadas de Colombia en territorio Ecuatoriano, donde murieron varios miembros de las FARC y dentro de ellos el 2º comandante de esta organización política Raúl Reyes, el objetivo es no solo acabar con las fuerzas insurgentes que proponen un cambio político en nuestro vecino país, la intención de este acto criminal y violatorio de la normativa internacional contra Ecuador, es una manera de fomentar las contradicciones entre los pueblos hermanos suramericanos y destruir el germen de la unidad que viene naciendo como respuesta a la pobreza, la agresión imperialista y como un fortalecimiento de los valores de solidaridad internacional entre nuestros territorios o naciones. George Bush y su camarilla sedienta de petróleo, saben que el tiempo les juega una derrota en Irak y a la vez se acerca cada vez más el fin de sus reservas internas de petróleo. La crisis económica de los Estados Unidos viene galopante y se ha propuesto su gobierno volver a echarle manos a las materias primas de nuestros países latinoamericanos.
La reciente acusación del presidente Bush contra el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de no combatir al narcotráfico y de terrorista por sostener Chávez la necesidad de darle carácter beligerante a las FARC, y de esta forma negociar la paz y la libertad de prisioneros y secuestrados, tiene un tinte provocador, tanto que casi dice que nos tiene que invadir como lo hizo con los países del Medio Oriente. Es que estos guerreristas que gobiernan a Estados Unidos, no soportan la idea de la paz que se produjo como propuesta en la reciente instalada Cumbre de Río, donde los presidentes Daniel Ortega de Nicaragua, Rafael Correa, y Hugo Chávez, le dieron una lección a los señores de la guerra y demostraron tener capacidad política para comprender que el juego estaba montado para que nos matáramos entre nosotros mismos y luego justificar la intervención norteamericana como la fuerza salvadora que venía a luchar por la justicia., tanto les afectó que después de 72 horas es cuando aparecen con una serie de denuncias ya expresadas por los voceros del ejercito colombiano que se atrevieron a calumniar a Chávez después del bombardeo en territorio ecuatoriano. Se hace demasiado evidente el plan de desestabilización Hacia Venezuela, Las fuerzas populares y la Fuerza Armada, saben que nuestro pais juega un papel fundamental en la economía mundial y sobre todo en la dinámica económica de los Estados Unidos, por esa razón no es tan simple derrocar a Chávez con un montaje claramente definido desde el mismo instante en que se pronuncia el gobierno de Uribe. La conciencia del pueblo es el arma más poderosa contra el imperialismo y en el año 2002, un 13 de abril, se demostró.
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