El bloqueo no es ninguna excusa, es un arma letal del imperio

"Tu propio interés te sirve mejor no dejándote llevar por él"

Lao-Tsé

Mi abuelo materno, un llanero del alto Apure, analfabeto, pero pensaba y hablaba siempre metido en la realidad; muchas veces le escuché decir: "Los que niegan, cuando les conviene se consiguen en todas partes, pero hay unos más bellacos que otros" y sustentaba su opinión con una anécdota muy valiosa y curiosa de un señor de su lar natal: "En estos sitios se encontraban esos, que no se les gana una. Existió aquí mismo, Don Juan, quien siempre salía con sus bellaquerías. En cierta ocasión un muchacho se le ocurrió decir ¡A buen calor y rápido le respondió por llevarle la contraria ¡Yo tengo frio! En otra oportunidad el mismo joven, le dijo ¡A buen frio! y la respuesta parecía preparada, solamente le vio la cara para responderle muy serió ¡Pues, yo tengo calor! El muchacho no contuvo la risa y se buscó a uno mozo de su misma edad para hacerle una jugada y sorprenderlo. Casi al mismo tiempo expresaron ¡A buen calor! ¡A buen frio! Y el viejo pícaro se salió con la suya, al responderles muy tranquilo ¡pues, yo estoy a buen sazón!"

En los últimos años han proliferado muchos escribientes, como emulando a este Don Juan. Son capaces de negar, hasta la existencia de la luz sol, si lo ven alumbrándole el camino al gobierno de Nicolás Maduro, porque ellos son los dueños de la verdad y todo lo relacionado al pasado del comandante Chávez, les pertenece exclusivamente a ellos. Siguen negando el bloqueo contra el pueblo venezolano, por el hecho de querer ser más cristalinos que el agua. Se hacen los desentendidos del grave problema económico creado de manera criminal por el gobierno de los Estados Unidos, en momentos, cuando la maldad se devuelve para enseñarnos el complejo panorama de los incitadores y creadores de los grandes conflictos tanto económicos, como militares tratando de salvar el pellejo y para esto necesitan necesariamente de manera urgente, buscar en donde apoyarse y eso lo quieren conseguir, en los países que tecnológicamente han mantenido atados de pie y manos, para cerrarles cualquier mecanismo de intercambio comercial, hasta causar la parálisis en la producción y todavía se atreven a negar el bloqueo.

No sé, si las últimas declaraciones del presidente Joe Biden y sus colaboradores llegan contadas por señas de marcianos a la vista de los que niegan el bloqueo, ya que, hay pruebas suficientes del daño hecho por los gringos en nuestra economía –algo parecido a lo que ocurre en Cuba, desde el triunfo de la revolución– y lejos de rectificar vienen amenazando y en algunos casos aplicando el mismo recetario para beneplácito de los que enloquecidamente pedían a gritos sanciones y medidas directas para trancar cualquier intercambio comercial, empezando por la industria petrolera, el cual se viene moviendo a media, a medida que llega la ayuda solidaridad de países hermanos, que han sido golpeados severamente por la enloquecida política genocida del imperialismo, pero con ciertas ventajas para defenderse del acoso imperial.

El imperialismo y sus acólitos utilizan las mismas picardías de don Juan, aunque con distintas intenciones. Ese llanero se convirtió en un personaje con sus ocurrencias propias del llano; el imperialismo apela a cualquier método, circunstancia y momento para debilitar a cualquier gobierno, que pretenda definitivamente emprender un camino distinto para quitarse las amarras de la dependencia, subordinación y el atraso. Negar el bloqueo, es negar la misma lucha antiimperialista del Libertador Simón Bolívar. Por algo Bertolt Brecht, se refirió sobre la hipocresía de la siguiente manera: "Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad" Negar lo que está a la vista de todo el mundo, menos del que quiere desconocer los efectos del huracán llamado imperialismo (Bush, Obama, Donal Trump y ahora Biden, con todos sus achaques de la edad) es pretender desconocer las etapas de modo de producción y en cada una de ellas, se presentan los interesados por detenerlas y en estos momentos es el capitalismo salvaje, el que hace lo posible e imposible por detener el avance del socialismo.

El presidente Nicolás Maduro, ha enfrentado, desde el mismo momento de asumir el poder una guerra preparada, sabiendo la cercanía del desenlace fatal del comandante Chávez. Pero no fue cualquier movimiento. Las guarimbas de López, Capriles y el posterior presidente salido de la nada Guaidó, se mantuvieron en un sector de la gran Caracas, paralizando todo, menos el gran poder mediático de los EE. UU, que lanzaba al exterior a borbollones las noticias, haciéndole ver al mundo, que aquí estábamos sumergidos en una profunda guerra civil, preparando el escenario para una intervención. Después le metieron por los ojos a todo el mundo la dolarización, como la solución para finalmente presentar la última versión de payaso: Guaido, y antes la resistencia del gobierno y el pueblo; ahora, cuando creíamos haberlo visto todo se presentan los que desconocen el bloqueo. Otra estrategia contra el gobierno, pero de las más rancias que nos podemos imaginar. Negar lo que no se puede negar.



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Narciso Torrealba


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