La Salud Mental desde una mirada “otra” decolonial

Hace más de tres décadas, el 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, desde nuestra perspectiva decolonial, a partir de 1492, fuimos encubiertos, invisibilizados, subalternizados e inferiorizados por el conquistador español, mediante genocidios, etnocidios y epistemicidios, dejándonos una huella imborrable como  “pueblos conquistados y colonializados hasta la actualidad.

A partir del siglo XIX, las gestas independentistas de hace 200 años, lograron que la soberanía de nuestros pueblos, no continuara en el Rey de España, sino que fuera ejercida por nosotros como pueblos independizados del yugo español, pero eso solo no bastó, porque hemos seguido colonializados mediente un patrón ideológico de  poder como dominación, por los gobernantes sobre nuestros pueblos, denominado por Anibal Quijano (1992) como colonialidad del poder.

De igual manera, el conquistador europeo, en su intento por cambiar el curso de la historia y convertir sus historias locales y regionales, en historia universal, asoció al poder como dominación, otro patrón ideológico, el saber como imposición, el eurocéntrico primero y luego asociado al imperialismo anglocéntrico, como una manera de hacer ciencia y de investigar llamada colonialidad del saber (Walter Mignolo y Edgardo Lander, 2000), colonialidad fomentada por las universidades alemanas, britanicas, fracesas y más tarde las universidades estadounidénses, como la única forma de hacer ciencia y de investigar.

 La situación de igual forma no quedó ahí, porque junto a esas  colonialidades del poder y el saber, se agregó otro patrón ideológico de enagenación, alienación y cosificación de nuestra subjetividad como colonialidad del ser (Nelson Maldonado Tórres, 2005)

A partir de estos patrones ideológicos de colonialidad del poder, saber y ser,  hemos sido gobernados, educados y configurados en nuestra subjetividad y comportamiento, miramos la salud mental, desde el paradigma patogenético de las ciencias médicas, que mediante la colonialidad del saber y el ser, tratan de explicar la vida y la salud desde la enfermedad, así pués, cuando celebramos cada 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental,  salen a relucir y ser analizadas cifras de trastornos mentales, como causalidad de la pérdida de salud mental, confundiendo consecuencias con causalidad.

Desde una mirada “otra” de la salud mental que proponemos, sostenemos que la salud mental es el encuentro entre tres grandes subjetividades, la subjetividad del ser, la subjetividad del amar y la subjetividad del tener-estar; como un continuo con altibajos, en el devenir de la vida. 

Si yo como ser, persona y ciudadano, vivo en una sociedad que me protege, garantiza mis necesidades básicas como derechos humanos y constitucionales, me siento integrado a esa sociedad, de lo contrario, si me excluye soy un resentido social, me aislo. En cuanto al amar, si la sociedad donde vivo, me permite una convivencia armónica,  tener una abundancia, de interacciones sociales solidarías, de colaboración, afectuosas y de calidad, me siento feliz en esa sociedad, si sucede todo lo contrario me siento infeliz.

De ahí que,, si la sociedad donde vivo y resido, me permite tener una vida digna, como resultado de la garantía de derechos sociales, como educarme, trabajar, recrearme, participar, innovar, crear y contribuir con la grandeza y bienestar del país, tengo un salario digno y suficiente, que me permite cubrir las necesidades básicas de protección y subsistencia de la vida y la salud, me siento satisfecho, contribuyo con el bieneastar, la libertad y la paz de la República, de lo contrario estoy insatisfecho.

De lo anterior descrito se desprende que, de manera sinóptica y práctica, tengo salud y por ende salud mental si estoy integrado e incluido socialmente, soy feliz y estoy satisfecho, pero si la sociedad donde vivo, esta colonializada desde el poder, el saber y el ser, me siento excluido, aislado y resentido social, soy infeliz y estoy insatisfecho, no tengo salud, se encuentra mi vida, mi salud y mi salud mental, en situación de vulnerabilidad.

Luego de lo descrito en párrafos anteriores, se desprende que la salud mental desde una mirada “otra”, requiere de un proceso de decolonialidad, porque la salud mental, no es la cara positiva, de una moneda, donde su otra cara es la enfermedad mental, la condición humana es hipercompleja y por lo tanto la mirada “otra”  decolonial de la salud mental también, situaciones a las que nos aproximaremos en próximos artículos. 

 

 [email protected]



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1791 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter