Astrolabio

Las duras batallas de Aristóbulo

La reciente medida del Gobernador de Anzoátegui, de intervenir la policía regional, y avanzar en un proceso de depuración policial que pueda rescatar la confianza del organismo, y ponerlo al servicio de los pobladores más humildes, es una muestra del compromiso para adecentar el estado.

Desde hace aproximadamente siete años la policía, se había convertido en una especie de cuadra cerrada, sin capacidad operativa real de garantizar seguridad, “Los funcionarios en su gran medida eran utilizados, para cuidar comercios”.

El actual Gobernador ha empezado por auditar la nómina real, ubicar a todos los funcionarios y reorganizarlos para hacer más eficaz el combate contra el delito.

El castigo contra los funcionarios incursos en delitos, las mejoras sociales de los uniformados, y el trato respetuoso al personal, serán variables importantes, para reconvertir a la actual Seguritate, utilizada, para espiar adversarios políticos y, amedrentar a personas humildes, en una institución al servicio de la protección y resguardo de ciudadanos y bienes.

Con su estilo particular de emprender las tareas, esa forma de hacer las cosas comprendiendo las causas y consecuencias, y encontrando las soluciones concretas. Aristóbulo ha logrado imponer un liderazgo de respeto y confianza entre los uniformados, y ganarse el apoyo de la población.

Los informes elaborados por distintas organizaciones, evidencia el estado de irresponsabilidad, e incapacidad con el cual se manejó el tema de la seguridad pública en nuestra entidad.

El material de trabajo de la policía regional, se empleaba en labores distintas a la seguridad pública. Las condiciones de seguridad social de los uniformados habían llegado a extremos inexplicables.

Las mafias y grupos delictivos literalmente se habían apoderado de la institución, produciendo un malestar general entre los uniformados honestos que cumplen con su tarea.

De los casi 4800 funcionarios policiales solo 1500 están dedicados a las labores de vigilancia y seguridad pública, los restantes están cumpliendo labores en otros organismos, protegiendo empresarios, cuidando casas particulares, o simplemente de reposo.

Aproximadamente más de 300 armas de fuego se encuentran desaparecidas del parque de la policía del estado, muestra asombrosa que parece sacada de un triller de Tarantino, o Robert Rodríguez, y que demuestra el grado de descomposición de una institución a la que se le invirtió recursos a manos llenas, pero en la cual no hubo ningún tipo de control.

La decisión firme del actual Gobernador de tratar de acomodar la policía regional, y convertirla en una institución confiable, demuestra la voluntad y el esfuerzo de un gobierno que merece el voto de confianza de los anzoatiguenses, y que en poco tiempo está demostrando que se puede gobernar con eficiencia o como dice un gran amigo en alusión a la canción de Oscar De Leon, “El negro del parampampampam, no moja pero empapa”


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Luis Figuera


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