La prensa tiene un papel importante en el desfase entre el criminal capitalismo salvaje y el sistema socialista

Asistimos hoy día a una nueva era política antiimperialista y revolucionaria, que contrasta con una política vieja y otra nueva, donde lo que es nuevo en este periodo histórico se torna viejo en el pasado, pues es opuesto a todas las ideas imperialistas avasallantes. 

Esta lucha entre lo nuevo y lo viejo es una lucha entre la revolución y la contrarrevolución. La lucha entre lo nuevo y lo viejo es una lucha entre las nuevas fuerzas de las amplias masas del pueblo que despertó el Comandante Hugo Chávez ante las antiguas fuerzas en decadencia del imperialismo y la clase burguesa, que se habían enquistado en la Patria Bolivariana. 
 
Ante es proceso de transformación es importante deslastrarse del poder mediatico que es el arma predilecta del capitalismo salvaje y digerir lo que la burguesía entiende por libertad de prensa, esto es, la libertad de los ricos de editar periódicos, el acaparamiento de la prensa por el capitalismo, que ha conducido a la venalidad de la prensa. Una prensa reaccionaria que se ocupa de distraer la atención del pueblo sobre los problemas realmente serios, profundos y fundamentales de la vida. 
 
Debemos encarar de una manera distinta una tarea para cuya solución existen todas las premisas materiales, nos referimos a la tarea de transforma la prensa en órgano serio para la educación y la lucha del pueblo. La prensa debemos ubicarla en primer plano para abordar los problemas del trabajo, la salud, la educación, los habitad, la vivienda, etcétera, con un enfoque inmediato y práctico. 
 
Debe convertirse en el órgano de los consejos comunales, en el sentido de hacer pública precisamente toda la información que los empresarios capitalistas procuran ocultarles a las trabajadoras y los trabajadores. Hay que revelar a todas luces la organización interna de las empresas lo cual constituye para el capitalista algo que debe ser protegido de los ojos ajenos, pues esto es algo en que él busca por todos los medios de ser el soberano único y todopoderoso, cubierto ante la crítica.
 
Venimos de un prolongado dominio de la burguesía, por tanto, el soberano está necesitado de una amplísima campaña de ilustración, este pueblo está ávido de poseer cultura, conocimientos, de saborear una prensa que satisfaga sus necesidades inmediatas y que sea fácilmente aceptable para ellos, que exalte su pasión por la lucha y su confianza en la victoria, que fortalezca su solidaridad y lo capacite para combatir al enemigo con un solo impulso y un solo propósito.
 
Los medios de comunicación social deben constituirse en el primer y principal recurso para elevar la autodisciplina de las trabajadoras y los trabajadores y transformar los viejos e inservibles de la sociedad capitalista. La misión consiste en poner de manifiesto todos los defectos de la vida económica empresarial privada o capitalista, revelar todas las llagas de esa vida económica capitalista y apelar con ello a la opinión pública de las trabajadoras y los trabajadores para lograr la curación de los males capitalistas.
 
Debemos aceptar que el Marxismo es la ciencia de las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, es decir, la ciencia de la revolución socialista, o sea, la ciencia de la construcción y ordenamiento de la sociedad socialista.
 
Carlos Marx desdibujo las fuerzas determinantes del desarrollo de la sociedad. En ese sentido comprobó que la producción de los bienes materiales es la base de la vida y del desarrollo de cualquier sociedad. De ahí que el proceso de producción de los bienes materiales que convergen en el trabajo del hombre sean: los medios de trabajo y el objeto que ha de ser elaborado.
 
El trabajo es la actividad racional del hombre encaminado a la producción de bienes materiales. Pero, el proceso de la producción no se comprende sin los medios de trabajo, que son todos aquellos objetos que utiliza el hombre. A su vez, estos objetos de trabajo están ligados inexorablemente a los instrumentos de producción. 
 
Marx dijo que las épocas económicas se diferencia unas de otras no por lo que se produce, sino por los instrumentos que se emplean en la producción de bienes materiales.
 
De modo que todos los medios (la tierra constituye un medio universal de trabajo) y los objetos del trabajo forman en conjunto, los medios de producción. Pero, los medios de producción, no pueden por sí solos crear bienes materiales. En consecuencia, la maquinaria más perfecta es absolutamente ineficaz si no interviene la mujer o el hombre. Por tanto, el factor decisivo de toda producción es la mujer o el hombre, es decir, su fuerza de trabajo.
 
En cualquier fase de desarrollo se encontrara producción la cual siempre ha tenido dos aspectos fundamentales: las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas las forman los medios de producción; mientras que, Marx llamó a las relaciones de producción o económicas las que surgen entre los hombres en el proceso de producción, el cambio y la distribución de los bienes materiales.
 
Es así que, cuando los medios de producción son propiedad privada, entonces se establecen relaciones de explotación del hombre por el hombre, es decir, relaciones de dominación y subordinación. Bajo el capitalismo la clase trabajadora no posee medios de producción y por eso precisamente, se ven obligados a trabajar para los capitalistas. 
 
En el socialismo, por el contrario, los medios de producción pertenecen al pueblo. De ahí que, en el socialismo no haya explotación del hombre por el hombre, sino que las relaciones entre los ciudadanas y ciudadanos son de cooperación solidaria y ayuda mutua, es decir, socialista.
 
En consecuencia, en la sociedad capitalista, la burguesía que es la propietaria de los medios de producción, dispone a su conveniencia de todos los productos del trabajo de los obreros, en tanto que la mayoría de esos obreros pasan la vida sumida en la más fútil miseria.
 
En el socialismo los medios de producción pertenecen al soberano, la distribución de los bienes de consumo necesario se efectúa según el trabajo y se asegura la elevación constante del nivel de vida material y cultural de las trabajadoras y los trabajadores.  
 
Sobre esto la historia del desarrollo de la sociedad registra cinco formas de relaciones de producción: 
 
El de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal, la capitalista y la socialista. Cada uno de estos estadios de la historia ha tenido una forma de propiedad, al igual que los instrumentos de los medios de producción. 
 
Acerca de esto, la base de las relaciones de producción de los regímenes esclavista, feudal y capitalista, ha sido la propiedad privada de los medios de producción, propiedad que siempre ha originado y origina inexorablemente la división de la sociedad en clases hostiles, pues hay explotados y explotadores, por tanto, es el rasgo de regímenes es la encarnizada lucha de clases. 
 
Únicamente no hay lucha de clases en el socialismo, en virtud de que la base de las relaciones de producción está sustentada en la propiedad social, socialista, sobre los medios de producción, pues la sociedad socialista está conformada por clases amigas: obreros, campesinos, indígenas y la capa social formada por los intelectuales.
 
A cada una de estas fases de formaciones económicas-sociales: la de la comunidad primitiva, la esclavista, la feudal, la capitalista y la socialista, le corresponde su propia economía, sus conceptos, ideas e institutos; en las que el avance de las formaciones económicas-sociales comienzan por la fase inferior y progresa hacia la superior; así el feudalismo cedió su lugar al capitalismo y éste al socialismo, fase inferior del comunismo; la raíz del surgimiento, desarrollo y destrucción de las formaciones económicas-sociales están precisamente en las leyes del desarrollo de la sociedad.
 
El Marxismo enseña que no se debe concebir la naturaleza y la sociedad como una aglomeración fortuita de fenómenos aislados, exentos de relaciones mutua. Por el contrario, debemos tener presente que todos los fenómenos de la naturaleza y la sociedad guarda relación entre sí y, por tanto, se condicionan mutuamente. Esa profunda relación entre los fenómenos se manifiesta en las leyes del desarrollo de la naturaleza y la sociedad. La misión de la ciencia estriba en descubrir sus leyes.
 
Desde la perspectiva individual, sin apartarnos del colectivo, cada quien tiene una visión del mundo y en esa cosmovisión somos capaces de disentir y discernir sobre los aspectos más neurálgicos o más apremiantes que enfrenta la humanidad; desde esa óptica hemos asumido este compromiso en este artículo periodístico que está enmarcado en el contexto que antes, ahora, y después nos repara la humanidad en todo su conjunto, incluyendo la supervivencia del planeta Tierra. 

 



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

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