Para nadie es un secreto que la situación actual en el mundo es muy compleja, pues está constantemente cambiando, aunado a los problemas que incluyen crisis humanitarias, conflictos políticos, guerras, situaciones de salud pública, pandemias y los desafíos ambientales producidos por el cambio climático. Tales situaciones no han sido resueltas desde hace mucho tiempo porque las instituciones al efecto no han atendido a lo que le corresponde hacer según sus estatutos, que no se cumplen, más bien se distraen en beneficio de grupos y sectores que le sacan provecho a todo, sin atender a las mayorías depauperadas. Se sabe que las tensiones regionales no se resuelven por la vía armada que trae más deterioros a los estados y los derechos humanos, porque las instituciones estatales están ausentes o han sido cooptadas por otros intereses que sólo buscan incrementar sus ganancias económicas, producto de los ilícitos, que llevan a la escasez de los recursos exacerbados por el terrible daño que el capitalismo salvaje le ha inferido a las economías de las naciones emergentes, que deben enfrentar desafíos que se interconectan con los impactados que tienen un significado en cada individualidad que la padece. La tecnología al servicio de la ciencia y la técnica, como la cuántica, tecnología emergente que aprovecha las leyes de la mecánica para resolver problemas demasiado complejos para las computadoras clásicas, con un potencial desarrollo que llegará a revolucionar todas las áreas del conocimiento y el saber sobre nuestra existencia y la razón de ser y de estar en el mundo. Son muchas y diversas las alternativas para nuestra existencia y vivir con dignidad y sosiego en el planeta que es de todos y todas, que no debería seguir siendo depredado y destruido como lo estamos haciendo desde hace cuatro siglos, del progreso de la humanidad a la debacle social y ambiental. Se deben promocionar sistemas de alimentación sostenibles en el tiempo y practicar la reciprocidad con respeto por la vida, creando nuevas redes de solidaridad, así como realizar renovados esfuerzos en la promoción de mayor compasión y equidad social, sin la iniquidad de los pocos que tienen mucho, es decir, todo, frente a los muchos que poco tienen, una desigualdad económica, como problema creciente y sin que se vislumbre en el horizonte de la humanidad un futuro previsible que aliente al cambio radical de la manera de ser y de estar entre los hombres y las mujeres de buena voluntad, frente a psicópatas y sociópatas que quieren controlar al entero planeta. Son o no humanos quienes así actúan, no será que pertenecen a estos seres extraños al planeta y que vienen a perturbarnos con tanta guerra entre nosotros mismos desde hace ya mucho tiempo, desde que comenzamos a ser conscientes de lo que somos, es decir, un pequeño porcentaje de población mundial, donde nos controlan una ínfima proporción, el 1% que detenta la mayor riqueza mundial, mientras muchos que tienen muy poco, siguen esperanzados en que habrá un cambio real y verdadero que nos lleve a eliminar las groseras desigualdades, con las profundas implicaciones que limitan las oportunidades de salir del alto riesgo que esto significa. Se requiere más y mejor educación, y disminuir el riesgo de incrementar los problemas, la inseguridad entre todos y todas.
