Stop Mr. Biden en sus manos tiene sangre de niñas y niños Palestinos asesinados por Usted

El «carnicero demócrata», Joseph Robinette Biden Jr., alias Joe Biden; pretende acabar con el pueblo Palestino con sus bombas fosfórinas: Made in USA, para complacer la apetencia de sangre de su cómplice, Benjamin Netanyahu, alias «el monstruo de Tel Aviv». ¡Entre monstruos, te veas! Dos portaviones estadounidenses, un submarino nuclear y 5 mil mariners, son testigos sobre el terreno de los crímenes de ambos monstruos que, ya montan más de 10 mil asesinatos causados por los bombardeos nazisionistas, más de 23 mil heridos y heridas desde el pasado 07 de octubre y las más de 3 mil 400 niñas y niños Palestinos; ante la impunidad que propicia el gobierno del «carnicero» demócrata del Biden quien, gracias al poder de veto que poseen los EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha bloqueado todas las propuestas, hechas hasta ahora, siendo éste su mayor éxito desde el pasado 07 de octubre; garantizando así, la concreción del genocidio Palestino. Esto, mientras las ganancias de las transnacionales de armas estadounidenses, se multiplican; beneficiándose las mismas, muy en particular, de las llamadas «ayudas» iq «humanitarias», que por miles de millones de dólares aprueba el Congreso imperial; gracias a lo cual, se multiplican por miles de millones de dólares, las ganancias de las empresas que hacen parte del complejo industrial-militar, alias Pentágono; principal benefactor, de las «ayudas» que aprueba el Congreso de EEUU.

Pasados los días, ya queda en evidencia que los crímenes de guerra causados por EEUU e Israel, no son daños colaterales como siempre intenta justificar, los EEUU, sus crímenes cuando inicia sus guerras, sino que obedece a una planificación específica, como lo ha descrito el Canciller Blinken al Congreso imperial en el llamado: «Plan de EE.UU para el día después», presentado por el Secretario de Estado, Antony Blinken, el 31 de octubre de este año, ante el Comité de Asignaciones del Senado de EEUU. Ante quienes, expresó su deseo que una Autoridad Nacional Palestina «revitalizada» recupere el control de Gaza, si y solo si: «Israel logra su objetivo de derrocar a Hamas». «Cambio de Régimen», les recuerda algo esa política imperial, impulsada –profusamente- contra Venezuela a partir de 2019, por Donald Trump. Además, señaló Blinken, que socios regionales y organismos internacionales podrían tener un rol interno en el enclave. Para garantizarse el «cambio de régimen», Washington, ha hecho manos de su Minotauro más violento y más perverso en todo el Medio Oriente: Benjamin Netanyahu, alias «el monstruo de Tel Aviv». Mitad hombre y mitad toro, que solo se alimenta de carne humana, prefiriendo la Palestina en exclusividad.

Ya hoy, con absoluta certeza, podemos afirmar que, detrás de la operación: «Tormenta de Al-Aqsa», decidida, programada y diseñada por los propios palestinos; la misma, realizada y justificada, debido al gran sufrimiento del pueblo palestino por más de 70 años, contó con el apoyo de Washington, en procura del claro objetivo de obtener como respuesta del Minotauro una guerra, que -sin dudas- necesitaba y aspiraba Washington. Como potencia, alguna vez hegemónica, de parte de EEUU hubiéramos esperado una postura más responsable y comprometida con la vida; pero, es obvio que la otrora potencia hegemónica, en su declive, está enarbolando la muerte, la guerra y el militarismo, como sus grandes paradigmas de no vida. Ya en 2014, Fidel Castro, nos advertía sobre esta degeneración antihumana del imperialismo. Advertía Fidel: «Pienso, que una nueva y repugnante forma de fascismo, está surgiendo con notable fuerza en este momento de la historia humana, en el que más de siete mil millones de habitantes se esfuerzan por la propia supervivencia». Y agrega más: «El genocidio de los nazis contra los judíos, cosechó el odio de todos los pueblos de la tierra. ¿Por qué, cree el gobierno de ese país que el mundo será insensible a este macabro genocidio que hoy se está cometiendo contra el pueblo palestino? ¿Acaso se espera que ignore cuánto hay de complicidad por parte del imperio norteamericano en esta desvergonzada masacre?». Y finalizaba: «El odio del Estado de Israel contra los palestinos es tal, que no vacilarían en enviar al millón y medio de hombres, mujeres y niños de ese país a los crematorios en los que fueron exterminados por los nazis millones de judíos de todas las edades. La cruz gamada del Führer, pareciera ser la bandera hoy de Israel…»

Tan solo que hoy, esa cruz gamada del Führer que carga –orgullosamente- sobre sus hombros el Minotauro fascista de Israel, es compartida en sus brazos por la Administración Biden-Harris, que la abraza y acoge como suya. Y en eso, le acompaña también el autoproclamado Occidente: la Unión Europea. «No creo que haya que ser judío para ser sionista, y yo Soy un sionista», dijo Biden a su Minotauro Netanyahu durante su visita relámpago a Tel Aviv, para manifestarle todo su apoyo a la causa nazisionista y al exterminio Palestino. Y, asimismo, hacerse copartícipe de la visión del ministro de defensa nazisionista, Yoav Gallant, quien ha dicho: «Estamos luchando con animales humanos y actuaremos de la misma manera». Palabras similares utilizó Biden, en el programa: «60 Minutes» de CBS, para justificar la barbarie de su Minotauro nazisionista, advirtiendo que el ataque de Hamas: «ni siquiera es un comportamiento humano. Es pura barbarie». Por ende, para Biden: los palestinos y Hamas, tampoco son humanos. Y si no son humanos, Biden concluye: para qué trabajar para que cese al fuego, ¡destrúyanlos, extermínenlos, nada de negociaciones y paz para quién! El «mal», solo puede ser combatido mediante su eliminación, el exterminio y su asesinato. Biden, el ultra católico, el irreconocible que se autoproclama como cristiano. Tan solo se limitó a amenazar con utilizar la fuerza militar imperialista, contra cualquier Gobierno que se atreva a intervenir del lado de los palestinos, advirtiéndoles: «A cualquier país, a cualquier organización, a cualquiera que piense aprovecharse de esta situación, tengo una palabra: No lo hagan» La respuesta estadounidense, afirmó Biden, sería «rápida, decisiva y abrumadora». Palabras de Biden, que nos hicieron recordar que durante la Segunda Guerra Mundial, mientras los judíos eran exterminados por millones, Estados Unidos les mantuvo sus fronteras cerradas. Que en 1939, un barco que transportaba más de 900 refugiados judíos, el SS St. Louis, reclamaba su entrada a territorio de EEUU; la misma, no le fue permitida y obligado a regresar a Europa. Un hecho emblemático, que expresa la indiferencia de los gobernantes de EEUU, ante la persecución de las y los judíos europeos por el nazismo. Así es la solidaridad imperialista, recuérdese que éste no tiene amigos sino intereses.

«Esta será mi última comunicación oficial como Director de la Oficina de Nueva York de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Le escribo en un momento de gran angustia para el mundo, incluidos muchos de nuestros colegas. Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo.» Quien así se expresa, es Craig Mokhiber, estadounidense, para quien no le quedaba la menor duda, que lo ejecutado por Israel y EEUU en Gaza: «Como abogado de derechos humanos, con más de treinta años de experiencia en este campo, soy muy consciente de que el concepto de genocidio ha sido a menudo objeto de abusos políticos. Pero la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid. Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto…»

Lo cual ocurre, mientras incontables votantes estadounidenses han decidido negarle su voto al nazisionista Biden, decepcionados por su apoyo a Israel y la matanza de palestinos. Vote por el partido demócrata, pero «en absoluto» lo haré en las elecciones presidenciales de 2024. «Y si Trump es el candidato republicano, probablemente no votaré en absoluto», así se expresa una votante femenina estadounidense. Según una encuesta del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas, el 69 por ciento de los musulmanes votaron por Joe Biden en 2020, frente a sólo el 17 por ciento lo hizo por Donald Trump. «Amamos a EEUU, es nuestro país», confiesa un estadounidense que se justifica: «Pero, no puedes tener sangre en tus manos». El panorama, luce espeluznante para el candidato Biden. Esto, mientras el apoyo en las calles en New York y Washington D.C., alcanza niveles de apoyo sin precedentes, entre quienes exigen un alto a la masacre en Gaza y el fin de la ayuda de EEUU a Israel.

A quien, ya le iba no muy bien en los diversos estudios de opinión en este 2023, no le auguramos ningún tipo de reanimación y crecimiento, con vistas a 2024. Basim Elkarra, director ejecutivo del Consejo del Valle de Sacramento sobre Relaciones Islámicas-Estadounidenses (CAIR), explicó que los votos musulmanes podrían ser cruciales para Biden en su candidatura a un segundo mandato en 2024, y señaló que los 16 votos electorales de Michigan, se ganaron por un estrecho margen de apenas 2,6 por ciento en 2020. Jaylani Hussein, también director ejecutivo del CAIR, afirmó que alrededor del 70 por ciento de los musulmanes estadounidenses, respaldaron a Biden en 2020. El pasado martes, el Consejo Nacional Musulmán Demócrata, que incluye a líderes del Partido Demócrata de estados muy disputados, que probablemente decidirán las elecciones, como los casos de Michigan, Ohio y Pensilvania, pidieron a Biden que utilice su influencia con Israel para negociar un alto el fuego en una carta abierta titulada: «Ultimátum de alto el fuego 2023». Es, el otro escenario de la guerra, que ya tiene como escenario a todo el Medio Oriente y que, sin dudas, arropará el escenario electoral estadounidense de 2024, decidiéndolo…



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Henry Escalante


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