Evolución global de la OTAN

Tras el final de la Guerra Fría, después de que EE. UU. se convirtiera en la hegemonía indiscutible, la OTAN se transformó de una mera alianza militar centrada en el equilibrio de poder en una herramienta para hacer cumplir los intereses y objetivos de seguridad estadounidenses. Al hacerlo, EE. UU. buscó convertir la alianza en un "orden de cosas permanente" y traicionó las promesas a la Rusia postsoviética de que no la expandiría hacia el este.

El presidente anterior, Donald Trump, trató de reducir el tamaño de la OTAN y hacerla más autosuficiente desde el punto de vista financiero, la administración de Biden está tratando sin disculpas de "globalizarla".

Podría decirse que la administración del presidente estadounidense Joe Biden es la presidencia estadounidense más agresiva desde el punto de vista militar en décadas, incluso más que la presidencia de George W. Bush dadas las circunstancias. Biden ha aumentado las tensiones con poderes más grandes, en lugar de simplemente realizar operaciones de cambio de régimen más pequeñas después de los horrores del 11 de septiembre. Al hacerlo, Biden ha buscado agresivamente expandir alianzas como la OTAN, creando nuevos mecanismos como AUKUS, llevó a Europa al borde de la guerra con Rusia y colocará nuevas armas nucleares en la península de Corea. Mientras que el presidente anterior, Donald Trump, trató de reducir el tamaño de la OTAN y hacerla más autosuficiente desde el punto de vista financiero, la administración de Biden intenta sin disculpas "globalizarla".

Mucho si examinamos el símbolo adoptado en su bandera, que apunta a los cuatro puntos cardinales haciéndolo global, lo que parece ser la intención original de tal símbolo gráfico, muestra su aspiración globalista. La bandera de la OTAN trae reminiscencias del Empite de los Incas cuyas cuatro provincias recibieron el nombre de los cuatro puntos cardinales: Norte, Oeste, Sur. y este. En el centro de la misma se colocó Cuzco, cuyo nombre significaba el ombligo del mundo.

A medida que EE. UU. ve cada vez más a China como su mayor adversario, quiere "globalizar" la OTAN en Asia y entrelazarla con las alianzas estadounidenses existentes en la región, incluidos Japón, Corea del Sur, Filipinas y Australia. Tradicionalmente, EE. UU. solo ha buscado estas alianzas en una "escala bilateral", esto generalmente ha sido más manejable para los intereses de EE. UU., ya que las naciones asiáticas no operan en la misma universalidad que los países de Europa occidental y están más cargadas de conflictos nacionalistas. Por ejemplo, Corea del Sur tiene poco espacio político para cooperar con Japón. Aunque el presidente Yoon Suk-yeol está intentando hacerlo, sus índices de audiencia están cayendo gracias a su supuesta capitulación ante Tokio.

A pesar de esto, EE.UU. quiere que estas alianzas sean multilaterales. Incluso si no puede expandir oficialmente la OTAN, cree que su influencia aún puede aumentar si se fortalecen la inteligencia, los armamentos y otras formas de cooperación. Por lo tanto, aunque no toda la OTAN puede acudir en ayuda de Taiwán si estalla un conflicto con China continental, es probable que EE. UU. pretenda crear una "coalición" que coopere de la misma manera que la que apoya a Ucrania, es decir, proporcionando -acabar con el suministro de armas, inteligencia, logística, apoyo operativo, etc. En otras palabras, la OTAN haría la guerra contra China por poder de la misma manera que lo ha hecho contra Rusia en Ucrania, ya sea que Estados Unidos esté directamente involucrado o no. Esto, por supuesto, eleva severamente los costos militares de una región que hasta ahora prefirió invertir en desarrollo económico y mejoras en el nivel de vida de su población región. El retorno de las inversiones en armas nunca es posivo a menos que haya victoria y en este caso parece que Japón ha equivocado de nuevo su apuesta.

La mera idea de que la alianza por los imperios anglosajones que mas países han invadido en el curso de los últimos tres siglos sea una defensiva es ridícula. La idea de convertirla en una alianza defensiva global es sin duda sospechosa. Susmentores olvidan que una alianza defensiva global implica una una amenaza ofensiva global que no vemos por ninguna parte. Es obvio que se trata de utilizar de nuevo para hacer la guerra a China a las potencias que ya invadieron a una China pacífica qporque no quería importsr opio a mediados del siglo XIX. Solo que la ChinaPopular de ahora, tiene los medios para defenderse de sus agresores. La estrategia militar y económicaha cambiado muco desde la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos con sus portaaviones ya no puede proyectar una superioridad aérea a escala global Sus 11 portaaviones pueden ser undidos en pocos minutos con los misiles hipersónicos de alcance global que solo Rusia y China, suspotenciales adversarios poseen.



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Umberto Mazzei

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Florencia (Italia ) y Profesor Emérito de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto Sismondi de Ginebra (Suiza)

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