El Reloj del Tiempo

La violencia de Estado y sus acuerdos hacia el Sur, la descabellada posición de los demócratas

Ya nadie nos brinda una sonrisa por las calles de Valencia. Se olvidan nuestros vecinos que forman parte de la parroquia y, sobre todo, representan valores que engrandecen a nuestro país. Carabobo uno la ve como arreglada, pero, su rostro es otro, el de la amargura y tristeza. Solo basta ir a un hospital, ambulatorio. También un mercado o tomar un colectivo. Prácticamente es una ciudad de ancianos. Escribo de prisa, ante nuestra vista se encuentra un nuevo estilo de capitalismo que no es tan eficiente y manejado por ineptos y corruptos, solo buscan amasar fortunas en nombre de una izquierda sin poder, hay la necesidad de sobredimensionar todo.

Tenemos una visión incompleta de nuestra realidad, desde 2004 el gobierno viene ofreciendo nuevos programas y distintas formas de crecimiento, se olvida que los alcaldes motivan a la prostitución mediante campañas publicitarias y resulta curioso que los gobernadores son ahora empresarios de espectáculos musicales. Lo que indica que hay una mezcla de probalidades que trajo desde un estilo de vida decadente hasta un proyecto nacional que contribuyó a la gran hambruna de este siglo e inflación galopante.

Me gusta la historia, desde que me asignaron un cargo docente para dictar cátedra sobre el acontecer nacional y mundial, en base a un programa muy bien articulado. Me hace recordar de Sartre que llama mucho a prestar atención sobre el contexto histórico. Este filósofo francés y escritor ir la post- guerra, tuvo que incorporarse a la resistencia francesa para combatir el nazismo alemán y, tubo que construir una literatura en la que pudiera expresarse la condición humana en su tiempo y a la manera en que el individuo libre lo asumía.

No se trata de definir la literatura, sino explicar lo sucedido en un país, no es una verdad ficticia, es una serie de acontecimientos que expresa su brutal lozanía. De modo, que estamos claro, en Venezuela esa libertad no existe y cada hecho, tiene sus códigos y en qué mundo concreto se desenvuelve. Podemos decir que es un acto de liberación ante una realidad descubierta. Las circunstancias nos comprometen en el tiempo.

Chomsky, nos ha relatado como los demócratas del Congreso incumplen la voluntad popular y el interior de las grandes sociedades en el país norteamericano para mantener sus proyectos de una manera local e internacional. Los archivos rusos nos detallan esas revelaciones imprevistas, pero, todas se encuentran escritas en La Biblia, además que la postura de Israel es muy clara, las aplicaciones pueden ser hipócritas, pero las atrocidades cometidas por Estados satélites figuran muy determinantes por su brutalidad y la humillación intencionada que cabe esperar de un ejército de ocupación. El mismo panorama es hacia América Latina, los militares son tratados como chiflados y matraqueros que generan corrupción,

El sistema de adoctrinamiento va por dentro desde la muerte de Kennedy. Los republicanos desean avanzar hacia una patria más libres y que todo, sea regulado para el entresijo de un mundo exterior ignorado. Hay verdades que deben aclararse con las implicaciones de sus argumentaciones en otros contextos. Se debe vivir en una sociedad libre y no en dictaduras. O caudillismo.

Ortega, si, el presidente de Nicaragua se ha cuidado de infectar su país, Nicaragua, de musulmanes y religiosos. Solo acepta a los cristianos evangélicos como una verdad y sella sus pasaportes si van a una conferencia internacional. Es asunto de tener un pensamiento unánime. Por lo general, la prensa norteamericana oscurece muchos hechos y, Nicaragua no queda atrás.

Esperamos que esta trama de corrupción sea destrabada y, los actores de la corrupción se les haga un juicio fuerte y equilibrado. Biden ha dejado de tocar las campanas en La Casa Blanca



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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