Desarme armamentístico de América Latina

En la actualidad, la configuración de una nueva geopolítica ha motivado importantes cambios a nivel mundial, sin embargo; Estados Unidos de América ha decidido desestimar cualquier acuerdo internacional que considere una amenaza para su permanencia como hegemón en este mundo. Su debilidad mostrada luego de la segunda guerra mundial lo llevó a crear la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en alianza con otros países de occidente que les permitiría responder militarmente ante cualquier conflicto armado con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Luego de haber transcurrido un poco más de cuarenta (40) años ocurrió la desilusión URSS que suponía para el imperio el aval o razón de ser de la existencia de la OTAN.

Vista la inexistencia de una materialización de conflicto a finales de los años noventa (90), Estados Unidos de América fue incentivando a partir del año 1997 la anexión de nuevos países ante el organismo citado en líneas arriba, tales países son: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Albania, Macedonia del Norte, Bulgaria. El redactor de este artículo precisa conveniente citar a estos países debido a que los mismos evidencian un desplazamiento de la OTAN hacia Europa del Este que demuestran un acercamiento a las fronteras y a la zona de influencia de Rusia.

No obstante a lo anterior, durante el año 2014 hubo estimulación para que Ucrania formara parte de la OTAN, el hegemón por medio de su secretaría de gobierno ofrecieron un apoyo crediticio al país europeo por el orden de mil millones de dólares para que le permitiría enfrentar las deudas energéticas que éste mantenía con Rusia. Así fue desarrollándose el apoyo e imposición de los Estados Unidos hasta el punto que; ante la incesante solicitud de adhesión de Ucrania en la organización, en el primer trimestre del año 2022 se materializó un conflicto armado entre Rusia - Ucrania y hasta la fecha de la realización de este escrito ha transcurrido un año y el enfrentamiento se encuentra en desarrollo y escalada.

Recordemos en estas líneas que al inicio de la guerra, Ucrania ya disponía de apoyo económico directo desde los Estados Unidos de América para sus gastos militares y cuya cifra supera los 18mil millones de dólares para finales del año 2022. Además el presupuesto sigue en incremento para el período 2023 en materia de asistencia por lo cual han destinado un total de 45 mil millones de dólares lo que representa cerca del 6% de su presupuesto de la nación. Asimismo, a petición del conductor del conflicto (USA) otros países integrantes de la organización han realizado contribución militar que van desde lo económico hasta armamentos de guerra.

El desespero ha conllevado al líder imperial a girar su sentido hacia América Latina y a través del "Comando Sur" que invade la privacidad de al menos 31 países que se encuentran de este lado del hemisferio, han sugerido a través de su Jefa General de cuatro estrellas Laura Richardson solicitar a aquellos países que posean armamento militar de origen ruso donarlo a Ucrania para que los mismos sean usados durante el conflicto y; ante tal acción, los mismos serían compensados por armamentos de fabricación estadounidense en el futuro. Aunque la alta funcionaria en su discurso no menciona cuales son los otros países que poseen equipo militar a parte de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en la investigación se aprecia que algunos analistas disciernen que sean: Ecuador, Colombia, Brasil, México y Perú quien se presume tenga mayor número de armamento de origen ruso.

Lo comentado en el párrafo anterior denota atribuciones unilaterales otorgadas al Comando Sur que violan los propósitos tipificados en el artículo 1 de la carta de naciones unidas que sugiere Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal (p3). Sin duda alguna tales acciones demuestran que no existe el deseo de promover la paz internacional, al contrario resulta evidente la injerencia en asuntos internos y la soberanía de los pueblos.

El desarme de América Latina por esa vía, que pudiéramos llamarla "cooperación internacional para Ucrania" representa una estrategia militar para someter a estos países sin necesidad de llevarlos a un conflicto armado suficientemente para pretender acometer una guerra con Estados Unidos ante una posible invasión. Durante años y más recientemente han ejecutado cualquier tipo de actividad para desestabilizar a nuestros pueblos e incentivarlos a una guerra civil que demande la intervención militar extranjera. Tales acciones derivan del deseo de apoderarse de los recursos que abundan en nuestros territorios: oro, petróleo, coltán, litio, tierras raras, tierras fértiles, agua, otros de interés general para el desarrollo del nuevo mundo.

Los líderes de América Latina deben promover, impulsar la soberanía de sus pueblos y buscar una pronta integración como países de la región, sin injerencia extranjera, que les permita enlazar sus culturas, creencias, idioma, ideología de la patria grande deseada y promovida por el libertador Simón Bolívar, principalmente fundamentada en valores y respeto entre las naciones. El relanzamiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en esta década es necesaria y debe ser aprovechada para fortalecerse en lo social, cultural, político, económico y vistos la postura innegable de Estados Unidos, es necesario crear integración y fortaleza militar. Es importante que esta comunidad no solo se desarrolle para reuniones de diplomacia sino en elaborar y ejecutar planes de desarrollo sostenible que demuestren verdaderos avances inmediatos en la región.

Maestrando Lcdo. 

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