¿Qué legado nos deja el Papa Francisco?

Francisco comenzó su Papado bajo el signo de la "Franciscomanía", fenómeno sociológico que logrará que una persona sin conocimiento previo de los entresijos del Poder Vaticano, se convierta en icono de la juventud, insufle vientos de cambios y devuelva la ilusión y la esperanza a unos fieles sumidos en la perplejidad y la desilusión tras la significativa erosión de la imagen de la Iglesia Católica. Así, los lacerantes episodios de acusaciones de pederastia, ilegalidades en la Banca Vaticana e intrigas palaciegas de la Curia Romana (trama de filtraciones conocida como "Vatileaks" ), hicieron retrotraer a la Iglesia Católica a escenarios del siglo XIII y a la vigencia de las ideas de Francisco de Asís.

Cónclave sorpresivo

La inesperada renuncia de Benedicto XVI abrió la puerta a un candidato descartado por los vaticanistas que fruto de su miopía intelectual lo consideraron "no fiable", olvidando que ya en el Cónclave del 2005 y apoyado por el Cardenal Martini fue finalista, aunque finalmente Ratzinger se convirtiera en Benedicto XVI tras desaconsejar el propio Bergoglio su elección al resto de cardenales participantes en el Conclave.

Finalmente , en el Cónclave del 13-3-13 y por vez primera en la Historia, un jesuita y argentino de raíces italianas se impuso al teórico favorito del establishment vaticano, Angelo Scola , debido a las divisiones intestinas entre las facciones conservadoras detentoras del Poder con el Papa Ratzinger y tras haber descartado su candidatura el resto de cardenales no europeos debido al estigma del reciente escándalo del "Vatileaks".

Estilo apologético propio

Bergoglio utilizará un estilo apologético diametralmente opuesto al de sus predecesores al humanizar la dignidad del Pontificado con su aspecto bondadoso y sus gestos de amistad y cercanía, imagen que se extendió a todo el orbe cristiano tras su primera aparición en el balcón de la Plaza de San Pedro tras su elección y que sería fruto del bagaje adquirido en el ejercicio de su misión pastoral como Patriarca de Venecia y Cardenal Emérito de Buenos Aires respectivamente, despojándose en suma de la máscara hierática que hasta entonces había simbolizado la figura Papal.

Bergoglio, adoptó el nombre papal de su admirado Francisco de Asís (il poverello d'Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó: "Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres", frase que sería un guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: "La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres" , así como un mensaje de esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible dicha utopía en América Latina. Además, eligió como lema para el escudo papal "Miserando atque eligendo» ("Lo miró con misericordia y lo eligió"), en el que ha integrado el emblema de la Compañía de Jesús sobre un sol radiante.

Bergoglio, a pesar de tener un corazón franciscano y un cerebro jesuítico, habría desoído la máxima del fundador de la Compañía de Jesús, el vasco Ignacio de Loyola: " En tiempos de crisis, malo es hacer mudanza" y habría adoptado como suya la frase atribuida al frailecillo de Asís: "Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible".

Geopolítica de su Pontificado

El Pontificado de Francisco estará marcado por el retorno a escenarios de Guerra Fría EEUU-Rusia y sus efectos colaterales en América Latina donde hemos asistido en las dos últimas décadas al fenómeno de la irrupción de las iglesias evangélicas (sectas o cultos según la jerarquía vaticana), surgidas en la década de los 80 bajo inspiración y patrocinio de la CIA con el objetivo inequívoco de desbancar al catolicismo romano como religión dominante y que habría conseguido dibujar una nueva arquitectura espiritual en el llamado patio trasero de EEUU, ya en su versión de iglesias evangélicas latinoamericanizadas.

Las diferencias serían no tanto dogmáticas como pastorales y de estructura organizativa, pues los movimientos evangélicos tienen una estructura horizontal y no jerárquica como la Iglesia Católica, lo que ha contribuido a extender su influencia ya que el pueblo identifica a la Iglesia Católica como una institución centrada en las élites dominantes e incardinada en las estructuras del poder político de la mayoría de dichos países ( excepción hecha de los países del ALBA).

A pesar de reconocer la labor social de los sacerdotes católicos en sus múltiples campos de actuación, se habría producido una fuga masiva de ex-feligreses católicos a las iglesias evangélicas protestantes, entras la que descollaría el pentecostalismo que englobaría al 75 % del total de fieles evangélicos de América Latina y el Caribe.

Así, según el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS) , los evangélicos representan un 25% de los cristianos en el mundo con más de 560 millones de fieles, (107 de ellos en América Latina y el Caribe), siendo Guatemala paradigma de la nueva geografía espiritual latinoamericana con un 50% de su población evangélica.

En consecuencia, el Papa Francisco puso especial énfasis en la tarea de supervisar dicha geografía espiritual para intentar detener la incesante sangría de fieles de la Iglesia Católica Latinoamericana, para lo que deberá respaldar los movimientos de regeneración que ya están surgiendo en la Iglesia Latinoamericana.

Legado de Francisco

Como vemos, la tarea encomendada al Papa Francisco sería descomunal, con múltiples frentes abiertos que le han granjeado la enemistad del prelado ultraconservador que espera con ansiedad su fallecimiento para que la iglesia vuelva al escenario preconciliar bajo la tutela de los estamentos ultraconservadores.

Francisco pasará la Historia por su lucha contra el establishment vaticano, su innegable carisma personal y un estilo revolucionario plasmado en un estilo apologético propio basado en el desapego de las formalidades y en su don de gentes, quedando su elección como hito del finiquito de la concepción eurocéntrica de la Iglesia Romana y la irrupción de la Iglesia centrífuga, doctrina que podría continuar su sucesor.



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Germán Gorráiz López

Analista de temas económicos y geopolíticos

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