El comandante Chávez, en el Aló Presidente la noche del 29 de Marzo de 2007, desde Alta Vista en Puerto Ordaz, anunció que CVG será una Institución Socialista. De esta manera, se pone punto final a la transición iniciada en el 2005 con dos grandes líneas estratégicas: el debate sobre la Refundación de CVG y el lanzamiento de las Empresas de Producción Social. Comienza la nueva etapa rumbo al socialismo.
Este lineamiento presidencial, tiene cuatro elementos trascendentales para desmontar el carácter capitalista de CVG y sus filiales: 1) romper la figura de un estado dentro del estado, 2) ubicar las empresas básicas camino a la empresa socialista, 3) fortalecer el rol del gobierno nacional en Guayana y 4) refundar la CVG en función del Desarrollo Endógeno.
Llegó la hora de enterrar para siempre el Estatuto de Betancourt, esa norma perversa que por 50 años ha favorecido el desarrollo de los países capitalistas y el enriquecimiento de minorías nacionales, mientras ha sometido a Venezuela a la dependencia y la pobreza, con el más terrible saqueo de las riquezas del Orinoco.
La CVG Socialista debe constituirse en base a transformaciones profundas que varíen la correlación de fuerzas entre el capital y el trabajo productivo, para favorecer grandes contingentes de excluidos y explotados. Toda la actividad productiva a favor del bien común, sometido al Poder Popular.
Siempre debemos tener presente la amarga experiencia del Cerro El Pao y su pueblo de casas muertas, escenario totalmente opuesto a la prosperidad de las ciudades del Imperio Norteamericano que se desarrollaron con nuestro hierro.
En esta etapa para la Nueva Institucionalidad del Estado, no puede faltar la participación del soberano. Por eso exponemos lo que aspiramos sea la ruta de la CVG y sus filiales, rumbo a la Empresa Socialista:
En primer lugar, la transferencia de competencias, recursos y talentos para acabar con la dualidad de funciones entre CVG y el gobierno nacional. De tal manera que, las Empresas Básicas, Infraestructura, Fundeporte, Vivienda, Desarrollo Agrícola, Desarrollo Social, Fonpros, Ambiente y Turismo deben pasar al ministerio respectivo.
Segundo, las empresas básicas, como cualquier empresa del estado, en su nuevo rol deben acabar con los planes para aumentar el volumen de las exportaciones de materia prima (aluminio primario, oro en lingotes, madera en rolas, hierro en pellas), herencia del Estatuto de Betancourt, que llevan como regalo adicional, mano de obra y energía barata encriptada en cada tonelada que sale al exterior. Y sustituirlos por proyectos de desarrollo endógeno industrial a lo largo y ancho del país. Con una política permanente de incubar Empresas de Producción Social.
Inclusive, hay que pensar seriamente en parar la producción para exportar hasta que tengamos transformación nacional.
Tercero, hay que formar el Pensamiento Socialista del Nuevo Cevegista, invirtiendo los valores equivocados de privilegio, competencia, hegemonía y acumulación de capital, propios de la disciplina capitalista, por los valores correctos de libertad, igualdad, convivencia, democratización del conocimiento y distribución de la riqueza, naturales en el enfoque socialista. Por ejemplo, el trabajador también debe evaluarse por su corresponsabilidad en la comunidad donde vive, su responsabilidad con la familia, la ética ciudadana y la solidaridad.
Y Cuarto, en poco tiempo, Venezuela y el mundo deben contar con una Gran Agencia de Desarrollo Endógeno para el Eje Orinoco-Apure, de gestión colectiva con participación ciudadana, orientada por los principios de solidaridad y complementariedad, llena de talentos socialistas al servicio del poder popular, siempre listos para hacer revolución. Esa es la CVG Socialista que queremos, una herramienta transformadora.
Ahora si la CVG Socialista es algo inevitable, es una prioridad en los planes del comandante Chávez, la mayoría de los trabajadores lo acepta y el pueblo soberano lo exige.
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