¡El final de una dictadura!

Cada 23 de enero, los venezolanos recordamos un acontecimiento trascendental en la historia política de nuestro país: el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Precisamente hoy, se cumplen 66 años, de aquel 23 de enero de 1958, cuando una alianza cívico-militar logró rescatar del autoritarismo y la represión que, durante diez años, rigió el destino de Venezuela.

Vale la pena recordar que luego de desconocer los resultados de las elecciones del mes de noviembre de 1952, donde triunfó Jovito Villalba del partido URD, la junta de gobierno nombró presidente de facto al coronel Pérez Jiménez, quien desató todo el poder del Estado en contra de sus adversarios políticos hasta el año de 1958 en que huye despavorido del país.

Pérez Jiménez desarrolló la persecución, muerte y represión a los opositores, utilizando a la policía política conocida como la Seguridad Nacional. "Guasina" se convirtió en el emblema de la crueldad y el terrorismo político de la dictadura, tal como "la rotunda" lo fue en la época de Juan Vicente Gómez, y actualmente lo es "el helicoide" en el gobierno de Maduro. La cárcel "de Guasina", donde eran encerrados los presos políticos de Pérez Jiménez, estaba construida en medio del río Orinoco.

Todo el impulso desarrollista y modernizador realizado durante el régimen de Pérez Jiménez, no logró disminuir la sed de libertad del pueblo, ni pudo ocultar ni justificar la violenta represión contra las libertades públicas, ni mucho menos desalentar el ánimo de lucha contra la represión. Está situación desató el gran movimiento popular del 23 de enero de 1958, logrando derrocar a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

La unidad política de los sectores de oposición al régimen perezjimenista AD-COPEI-URD-PCV y otros, se transformó en un bloque integrado por militares insurrectos, profesionales, estudiantes y campesinos que tomaron las calles de Caracas y de todo el país.

El dictador se vió obligado a huir de Venezuela, refugiándose en República Dominicana para luego domiciliarse en España, donde gobernaba el dictador Francisco Franco, quien lo protegió a él y su familia.

Desafortunadamente, la conquista de la democracia obtenida en 1958, actualmente está severamente afectada.
Venezuela vive uno de sus más aciagos y convulsionados momentos. Con el advenimiento del teniente coronel Chávez a la presidencia de Venezuela, se impuso en el país un modelo de gobierno anacrónico, caracterizado por la miseria y la destrucción de la calidad de vida y de la educación en todos los niveles.

El ejercicio abusivo del poder que ahora lidera Maduro, no solo ha destruido la economía y la infraestructura física del país, también ha socavado la institucionalidad democrática. Maduro ha consolidado un modelo de represión y persecución a la disidencia, que tristemente contrasta con el estado de inseguridad, alimentaria, educativa, laboral, aunado al deterioro de la salud física y emocional que sufre la mayoría de la población.

Un hecho sin precedentes es, que millones de venezolanos han cruzado sus fronteras huyendo hacia otros países, en busca de solución a los ingentes problemas que el gobierno se niega a reconocer.

Por eso hoy, en esta conmemoración, nos debe mover la necesidad de recuperar la democracia, como en aquel 23 de enero de 1958. Nos debe alentar el anhelo, de recuperar la Venezuela progresista, dinámica, de oportunidades e instituciones profundamente apegadas a la Constitución.



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 [email protected]      @orlandobalbas

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