Los condenados de la tierra: una enseñanza

El fin de semana pasado, para vencer el hastío del jubilado, me puse a organizar los libros en sus estantes, para no estresarnos cada vez que queremos revisar alguno de ellos; y, resulta que está perdido entre sus compañeros de "aposento".

En ese hacer nos encontramos con uno, que fue, en tiempos de estudiante en la universidad, un "libro de cabecera", como suele llamarse a aquellos que leemos y releemos cada vez con mayor pasión: LOS CONDENADOS DE LA TIERRA, de Frantz Fanon. Con su encuentro se nos vinieron encima inmensos y hermosos recuerdos. Al tenerlo en nuestras manos nos preguntamos cuántas de las propuestas teóricas de Fanon, aún tienen vigencia y pertinencia.

Por lo que, nos propusimos darle una ojeada, para alimentar nuestro ego intelectual. Esfuerzo que se vio compensado al reencontrarnos con una afirmación de Fanon, que alimentaba el fuego de la "discusión" sostenida con compañeros y camaradas universitarios, acerca del carácter de la revolución venezolana; pero, sobre todo, sobre el tema de reforma o revolución, que por muchos años ha sido, y sigue siendo, epicentro de la diatriba teórica de los sectores de izquierda; y, que, en el caso venezolano, ha ocupado un lugar importante, desde finales de los años sesenta, luego de la derrota de la lucha armada, lo que condujo al Partido Comunista de Venezuela (PCV), a aprobar la tesis de la "paz democrática", con lo cual ponía en práctica una nueva estrategia en función de la "toma" del poder.

La afirmación de Fanon, que quiero comentar, dice así: "Los circuitos económicos del joven Estado se hunden irreversiblemente en la estructura neocolonialista… La confrontación fundamental que parecía ser la del colonialismo y anticolonialismo, es decir capitalismo y socialismo, pierde importancia. Lo que cuenta ahora, el problema que cierra el horizonte, es la necesidad de una redistribución de las riquezas. La humanidad, so pena de verse sacudida, debe responder a este problema". (s.n)

Leída y releída esta afirmación de Frantz Fanon, una y otra vez nos preguntamos, hasta dónde el redimensionamiento de la Revolución Bolivariana que el Presidente Nicolás Maduro, le ha venido proponiendo al país, con miras a la construcción de la formación social socialista, es correcto. Al mismo tiempo, nos preguntamos, qué hacer frente a la difícil coyuntura que estamos viviendo los venezolanos. No hubo lugar para la duda. Lo que está en juego no es poca cosa: es la revolución misma, la que puede perderse.

Consciente de esta apreciación, nos reafirmamos el criterio de que una revolución es un proceso de cambios radicales; pero es, de igual manera, un proceso en construcción; que, vivimos momentos de redefinición y readecuamiento del proceso de transición hacia la edificación y consolidación de la sociedad socialista, como objetivo superior.

Por lo que, las afirmaciones de Fanon expuestas en la cita referida, nos reafirman que la posibilidad de hacer exitosa una revolución, reside en entenderla como un proceso de cambios permanente. Cambios en su estrategia, más no en sus principios. Y, en ese sentido, las propuestas del Presidente Nicolás Maduro, tienen ese carácter. Son cambios dentro de una permanencia.

La ética guía el ejercicio político del gobierno nacional; por lo que, conscientes de que, a lo largo de nuestra historia republicana, pero, sobre todo, durante la cuarta república, nuestro pueblo sufrió mucho, hace de la justicia social el principio fundamental de su acción gubernamental, para alcanzar el buen vivir del pueblo venezolano. El gobierno nacional ha aprendido muchas cosas acerca de sus deberes. El dolor padecido por el pueblo venezolano en los últimos años, producto del asedio imperial, nos ha enseñado acerca de nuestro deber y nuestra posición de gobierno.

Desde el año 2012, las condiciones políticas del país han cambiado enormemente. El venezolano de éste tiempo es otro. Tiene una conciencia más clara de su propio destino ; por lo que, quien no entienda que, el objetivo de la Revolución Bolivariana, es construir los caminos que nos conduzcan a alcanzar su felicidad, su igualdad, la justicia social, no logrará entender el sentido y propósito de ella.

Impedir que volvamos a ser LOS CONDENADOS DE LA TIERRA, es "lo que cuenta ahora, el problema que cierra el horizonte", ese es una de las enseñanzas que Frantz Fanon nos legó.



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

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