Condicciones actuales de la humanidad (IV)

Como se sabe en esta vida todo es medra, siendo organismos vivos, es la propia naturaleza la que nos alimenta y provee de cuanto se requiere para la existencia de todas las especies en el planeta. También es sabido que la propia vida es extraterrestre, llegó de afuera, expulsada desde la gran explosión, o si lo prefieren por el creador de mundos e ilusiones. Sin embargo, existe una dicotomía, una separación y enfrentamiento entre ambas posiciones que se han hecho inexpugnables, por complejas y lo complicado en que se han vuelto, gracias a que permiten a los más enterados de cómo se bate el cobre, sacarle el mayor provecho. Mientras existan incautos, ignorantes, gente sin luz interior, sin conciencia, habrá un hondo vacío que crecerá en proporción al rechazo del espíritu creador, a la semilla que permite que se dé el milagro de la vida en interacción con todo lo demás, el sol, el aire, la lluvia y la tierra. Ocurre que todo se ha tergiversado, perdido el horizonte, los puntos de referencia internos, y la dependencia de la tecnología es tal, que sin un GPS, sería imposible ir de Caracas a Guadualito para quien no conozca la geografía de su país.

Es el terrible daño ocasionado por parte del bombardeo permanente de chatarra distorsionante y desinformativa, por tanto, cualquier manipulación es factible de alcanzar los fines que persiguen los interesados en que las cosas mantengan el ritmo disociativo, y de la impresión de que todo vale, todo está permitido, cualquier cosa sirve para lo que sea, y estamos viéndolo y padeciendo a diario la pérdida de orientación que se requiere para poder avanzar hacia un mundo de equilibrio, donde prive la armonía entre seres racionales, pensantes, sintientes, con principios y con valores sobre las cosas que son en la realidad que construimos en nuestro entorno, que legamos a nuestras descendencias, mirando hacer el bien, sin mirar a quien, viviendo y dejando vivir, respetando para que nos respeten, trabajando en pro del desarrollo y del bienestar, para que haya progreso, avance, no estancamiento, y menos retroceso a estadios superados. Para esto se requiere de gente honesta en los cargos de representación del Estado y sus instituciones, del gobierno y de la oposición, y no de socios o compinches, de mochos rascándose, sino de los más capacitados, los más competentes, los que se han preparado en la vida desde siempre, los que han trabajado para enaltecer a la patria, con esfuerzo y dedicación, los que han tenido iniciativas para el provecho de los recursos puestos a disposición de la nación y no de parcialidad alguna, de grupos y sectores que se han dedicado al estupro, la corrupción, al sacarle el mayor provecho personal a las circunstancias, y sobre todo y como

Suele ocurrir, comiéndose las castañas que el chavismo cocinó. Así ha ocurrido en los momentos más importantes de nuestra historia, la nuestra como país, pero también la de toda la humanidad. Hay que leer, aprender, saber.

La actualidad se define por las indefiniciones, es la característica más evidente en el curso de las últimas décadas, en las que se ha detenido el progreso de la humanidad, sólo se nota que cada vez hay menos ricos con mayor concentración de poder, mientras que crece exponencialmente la pobreza en el mundo, y la mayoría de la población mundial, está a la deriva, por falta de verdaderos liderazgos que vallan más allá de los discursos elaborados en base a los aspectos de mayor impacto informativo del momento, mientras la realidad va en otra dirección. Mientras nos distraen con coronavirus, pandemias y nos retienen en nuestros claustros, los errores políticos en materia económica y financiera caen a pico y se hunden cada vez más, arrastrando con ellas los beneficios que se habían alcanzado hasta hace una década en Venezuela. Qué ocurrió entonces, cuáles son los hechos y las consecuencias que podemos apreciar de todo esto. Pues hay responsables, con nombre y apellidos, el gobierno y la oposición, los partidos y sus militantes, el fanatismo de la gente que desde una falsa conciencia, se acostumbró a recibir dádivas, con las que se ha pretendido tapar los grandes y graves huecos, producto de la descomposición social, del incremento de la estratificación social, de la segregación mental, donde los nuevos oligarcas de turno, la burguesía nacionalista revolucionaria, como la llaman algunos ministros, es lo que se ofrece para las masas a quienes les faltan los servicios básicos y a quienes son huérfanos de un Estado que verdaderamente atienda las necesidades del pueblo con abastecimiento de calidad, de alimentos, medicamentos, electricidad, agua potable, y de un sistema que verdaderamente funcione en un país que lo tiene todo, pero carece de lo principal, hombres y mujeres que se decidan a ser partícipes y protagonistas de su propia historia, de asumir la democracia con el pueblo, con el soberano, hacer el gobierno de la gente, y no con la gente, solo la que está enchufada al gobierno o a la oposición, que en definitiva son los mismos venezolanos y venezolanas que participan en sus filas, como veletas, sin convicciones, solo estímulos, como las amebas, satisfacción primaria.

Cerramos el siglo XX que fue calamitoso y de extremos inauditos, en que la población mundial se vio envuelta, luego de siglos precedentes que culminaron en procesos de emancipación e independencia, pero que se continuó en una espiral de violentas batallas que se presentaron por los repartos, por aspiraciones neocoloniales de las potencias que se hicieron poderosas por bélicas, y en medio de dos conflagraciones mundiales se divide el mundo en medio de la guerra fría alrededor los satélites y se establecieron órganos internacionales que se pretendían fieles de la balanza para la justicia y la paz del mundo; habiendo sido derrotados los fascismos y los nazismos. Y hubo una pretendida democratización liberal aliada a los grandes intereses capitalistas versus los socialistas y comunistas, verdaderos artífices de los planteamientos teóricos para salir de las desigualdades y las miserias en que habían sido hundidas las sociedades, bajo los hegemonismos imperialistas zaristas, germanos y británicos. Élites aristocráticas de sangre y lemas de dios y progreso, con millones de semiesclavos y trabajadores en condiciones extremas de vida y míseros salarios. Se eligieron a los representantes por vía de los votos, manipulados por los grandes partidos apoyados por los hombres de poder, cuando no se instalaban dictaduras apoyadas por las potencias, interviniendo directamente en los asuntos de los burócratas que consentían a las clases altas, mientras la clase media se las arreglaba para mantener un estatus, entre dos bandas, presionada por la abundancia extrema de los ricos y la extrema carencia de los pobres. Y así transcurrió el tiempo de la 4ª República hasta romperse el molde a partir de 1998, cuando el nacionalismo resurgió con el liderazgo de Hugo Chávez.

Hoy las cosas son totalmente distintas a las que se iniciaron en 1998, que nos dio la alternativa de poder volver a las raíces y reconstruir desde las bases del ideario de nuestros ancestros y de la sangre que se mezcló desde otras latitudes con sus pros y sus contras, se impuso el criollo sobre el indio y el mestizo, y permaneció el realista con sus ideas y su poder económico, que junto a la ralea de los republicanos liberales, se dio a la tarea de diferenciar las culturas, la sociedad, inclinándose del lado de los poderosos, traicionando al pueblo que se sometió a los rigores del coloniaje, de las guerras, de vivir en la miseria, bajo los traidores a Bolívar, y a los próceres nacionalistas; los herederos de las glorias del Ejército Libertador y los sueños de la Gran Nación Latinoamericana, la Gran Colombia. Y vemos como todo aquello quedó para llenar hojas en los libros de la historiografía, donde la historia oficial se escribe faltando a la verdad verdadera, a los hechos y acontecimientos, al sacrificio por nobles causas, rechazando toda arbitrariedad y las imposturas soberbias de las potencias, que juegan con los sentimientos de los humildes que viven para el prójimo, porque piensan en que una mano lava a la otra, y ambas lavan la cara de la patria, como debería ser entre los seres humanos, hoy tan distanciados. No se crea que por el hecho del confinamiento inducido, la gente está más cerca de sus semejantes, al faltar la libertad, al coartarse la posibilidad de discernir sobre la propia existencia, nos conminan y hasta nos imponen cuarentena, con lo que evitan que protestemos por los deficientes y malos servicios, es lo que se llama manu militari, una decisión que favorece al gobierno y a la oposición, para barrer bajo la alfombra sus míseras acciones y la actitud frente al mundo.

Trato con insistencia, aunque con poco éxito, cuadrar el círculo o viceversa, ambas figuras son la manifestación del homo y la fémina y por ende de la descendencia humana, manipulada por dios, intra o extraterrestres, somos vástagos de una ininterrumpida cadena de ADN y ARN. Por lo tanto, he ahí de donde se incuban los lados claro oscuros que nos diferencias y nos distinguen de los no humanos, los que están desde antes, los observadores. Será entre otras cosas por ocurrir, el develamiento de otras especies con cierto grado de cognición e inteligencia; nada nos impide querer asomarnos a mirar más allá de lo que nos han impuesto, y liberarnos de las ataduras materialistas, que si bien explican parte del asunto como problema y fenómeno de la especie de los animales inteligentes, hay mucho más que yace bajo capas de mentiras y de engaños. Porque estamos en 2020, y hace 2500 desde que nos atrevimos a cuestionar desde el asombro, lo que no nos cuadraba entre las cienes, mirados desde la intuición. Es que acaso en este momento no nos ponen a prueba los acontecimientos como una nueva prueba de la vida que tenemos y la existencia que queremos. En la unión está la fuerza, así es en la física, en la naturaleza de las cosas, en la química y sus combinaciones, la biología y su evolución. Quiero saber qué viene, qué ocurrirá, quienes harán que ocurran los cambios, dónde están los liderazgos reales, cuánto más durará el engaño, hasta que la gente toque fundo para coger impulso y salir a como dé lugar del marasmo en el que hemos estado siendo vapuleados por los falsos profetas. Dicen que cuando el diablo halaga lo que pretende es quedarse con el alma.

Realmente hemos avanzado desde nuestros ancestros los homínidos, cuánto a esta parte de los tiempos en los que ya no hay fronteras en el globo terráqueo, ni hacia el cosmos, siendo contactados de forma masiva por seres que vienen del futuro con respecto a nuestras perspectivas humanas. Nuestro espíritu inmortal y el libre albedrío nos colocan como especie privilegiada en el universo, sin embargo, ha sido más fácil que nos inclinemos hacia el lado negativo de las cosas que son, y son porque somos nosotros los que las hemos creado, entre todos y todas contribuimos a crear la realidad, donde participamos de acuerdo con nuestras circunstancias, de cómo nos ha tocado vivir, y cómo la existencia se ha complementado desde las experiencias previas. Pero resulta que en estos dramáticos momentos, cuando estamos bajo un control mundial, una especie de dictadura global, ejercida por quienes se han empeñado en imponerse a la fuerza, inventando falsos positivos, engañando a sus poblaciones y queriendo hacerlo extensivo al resto del mundo. Al no lograrlo, a pesar de las intervenciones directas en los Estados, naciones, destruyendo países enteros, acabando con sus poblaciones, millones de muertos, la mayoría civiles. Acaso no son antecedentes de lo que se ha planteado hace cuatro décadas sobre el Nuevo Orden Global, y cómo este entramado se ha destejido, dejando expuestos los planes en contra de la mayoría. Nos detuvieron en el momento preciso en el cual a nivel mundial se levantaban por todas partes voces de protesta por todos los perjuicios al planeta, el ecosistema y la gente, por parte de un grupito que concentra poder sobre las masas.

Estas y otras reflexiones en tiempos de pandemia y cuarentena, observando lo que fue y ha sido lo que nos ha tocado vivir, y en diferido monitoreando lo que fue la IV y ahora la V República, donde ha pasado de todo y más, del chiripero a las masas participando y protagonizando en compañía del Comandante Chávez y la vanguardia y cuadros que se iban ocupando de darle impulso a una planificación sobre el Estado, y el reposicionamiento de la nación, con miras a alcanzar altos vuelos junto al continente y el mundo. Qué será de esos sueños, de los planes y proyectos, del llamado a transformar la realidad venezolana, y hacer que las cosas funcionaran para todos y todas. De nuevo se truncaron las esperanzas, las últimas en morir, pero que quedaron huérfanas al serle arrebatado a destiempo a quien asumiera las responsabilidades de los errores cometidos, con lo cual se creció en ética y moral, siendo una de los conductores de pueblos reconocido en el mundo. Lamentablemente, los mismos que mataron a Sucre, que llevaron a la tumba a Bolívar, a Zamora, que derrocaron a Medina, a Gallegos, que asesinaron a tantos y tantas combatientes en los 60, 70 y 80; y hoy se aplica el mismo rasero contra los líderes obreros, campesinos, de las bases en los barrios y urbanizaciones. Un cerco ejercido por una maquinaria militar y policial como en los tiempos oscuros de la cuarta, donde los intereses cupulares privaron de hecho, no de derecho.

Pasando ahora a lo que nos atañe como terrícolas preocupados por la entera existencia de los seres humanos y demás especies que complementan a la naturaleza. La lucha sigue desde las trincheras que tenemos a disposición y desde donde podemos disparar páginas enteras de reflexiones y pensamientos rebeldes y contestatarios, contra los que se venden como luchadores sociales, y en la práctica son unos burguesitos que no logran desprenderse de ese alterego adherido a la piel escamosa y ruines. Quien los conoce y sabe de dónde provienen, los compara cuando estaban con Chávez, firmes y solidarios con el pueblo; ahora dejan mucho que desear, el poder que acumulan los ha hecho otros personajes soberbios y llenos de un ego, tan alto, que pudieran sufrid graves fracturas si se cayeran sobre la realidad del país. Acaso de verdad se creen los papelones que representan tan mal, no se han leído bien los libretos, o a falta de talento son otros los que se los traducen, y como eunucos deben cumplirlos al pie de la letra. Actúan como en los peores tiempos del estalinismo en la devastada Rusia del dictador que acabó con el pueblo revolucionario y con los hombres y mujeres de talento que impulsaban al proletariado. Pues la revolución podía esperar a mejores tiempos, y el poder se convirtió en el hombre que lo detentaba, en detrimento de los cambios y transformaciones que correspondían; de ahí el marxismo leninismo. Les suena como suena entre los criollos de hace siete años a la fecha. Si nos fanatizamos y nos negamos a ver que no hay una y única verdad, la del Gobierno, ni la oposición, y que la salida siempre requiere de un entendimiento entre las partes, previo a un llamado a la población total, para que el soberano sea realmente dueño de su destino, que participe y sea protagónico, y demande, increpe y exija a los poderes constituidos, cumplir y hacer cumplir la constitución y la ley, desde el presidente hasta el último hombre y mujer, dónde sea que se encuentren, dentro o fuera del país.

Bajos estos lineamientos, el poder debe ser controlado por los ciudadanos, no al contrario, imponiéndose como se ha impuesto, manipulando a través de comentarios infelices, que es porque el pueblo no está preparado y necesita de un hombre que es más que el resto porque manda. Es lo más triste, cuando se debe recurrir a este tipo de argumentos y pretender de que se la están comiendo, cuando es un verdadero desastre el manejo de las políticas públicas, y en demasía en materia de políticas económicas y financieras. Cedieron a las presiones de la derecha radical y la prefirieron, antes que gobernar con el pueblo. Tarde volvieron a echar mano de las organizaciones de base, de los consejos comunales y las comunas, cuando ya casi todo estaba perdido, y se entregaron a las transnacionales y a las potencias, para lograr mantenerse en el poder a costa de todo y de todos. Resulta ahora que ellos tienen la razón y el pueblo es el que se equivoca, una verdadera inversión de los valores y principios que nos legaron los verdaderos líderes natos, no quienes habiendo circunstancias favorables se lucen y en los momentos de verdadero compromiso reculan.

Éste es nuestro momento, el de los pueblos, el de la voz disidente y rebelde, de la que habla con la verdad por delante, y no se arredra ante amenazas de cobardes que se valen del poder del Estado, creyéndose se los venezolanos y venezolanas, como si los respaldaran títulos nobiliarios heredados a través de los apellidos que portan, lo que dejaría en desventaja a los hijos e hijas de Juana o Petra o José y Matías. Acaso los votos de unos y otras son más que los del resto. La politiquería le ha hecho mucho daño al país, nos han querido entubar y hacer que pensemos de más a menos, atendiendo a la cúspide del poder, como si de algún cacique o caudillo se tratara, en tiempos en que ya nada va a seguir siendo como hasta hoy, no queda tiempo, y si los pocos que se han hecho del poder, no atienden como se debe a los muchos que se han empobrecidos y ahora son obligados a permanecer encerrados, incomunicados y relegados de la vida activa y la producción social. El futuro nos encontrará postrados, debilitados y entregados a los intereses de quienes se han aprovechado de este momento, para terminar de repartirse el país, lo que en nada favorecerá a la gente. Pasaremos a formar parte de las masas desprotegidas y bajo amenaza por cualquier petición. Si perdemos la capacidad de reaccionar contra el poder y le hacemos saber que no vamos a dejar que nos controlen, pues ya nada tendrá sentido, habremos vuelto a los tiempos en los cuales todos contra todos buscaban cómo sobrevivir el día a día. El virus se expande, los países pobres por las mismas condiciones serán los más afectados, y la recuperación tardará más de lo esperado. Estará la especie humana condenada a la extinción donde el 99% será eliminado y solo el 1% restante serán los que sobrevivan.



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Franco Orlando


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