El Marxismo-Leninismo-Maoísmo es insumo fundamental para construir el Bolivarianismo Robinsoniano (IV)

ANTES DE ENTRAR EN MATERIA

"El presidente venezolano, Hugo Chávez, invitó este viernes a releer a Carlos Marx, a Vladimir Ilich Lenin y a Mao Zedong en un acto celebrado en Quito…" 26/03/2010

https://www.elmundo.es/america/2010/03/26/noticias/1269634815.html

"El marxismo-leninismo es el término compuesto que aparece a fines de los años 1920 durante el mandato de Iósif Stalin, tras la muerte de Lenin y que pretende en principio el rechazo de cualquier brecha entre el pensamiento de Marx y el de Lenin, poniendo énfasis en el aporte creativo de este último al marxismo"

Labica, Georges; Bensussan, Gérard (1985). Dictionnaire critique du marxisme (en francés). Presses universitaires de France. p. 716

"Mao asumió los planteamientos del marxismo-leninismo pero con matices propios basados en las características de la sociedad china, muy diferente de la europea. En particular, el comunismo de Mao otorga un papel central a la clase campesina como motor de la revolución, planteamiento que difiere de la visión tradicional marxista-leninista de la Unión Soviética, que veía a los campesinos como una clase con escasa capacidad de movilización y adjudicaba a los trabajadores urbanos el papel central en la lucha de clases."

https://es.wikipedia.org/wiki/Mao_Zedong

MI VERDAD NO TIENE PORQUE SER LA VERDAD

Voy a reflexionar en voz alta, en este nuevo aporte para el debate, a partir de mi propia experiencia desde la década de los 70. Lo que significa que no pretende ser algo conclusivo, pues, mi experiencia puede ser contrastada con la de miles o millones de otras experiencias. Otra cosa, será después, si tenemos tiempo para hacerlo: contrastar citas de documentos, libros, folletos, revistas, periódicos e incluso, ahora, podemos indagar en internet, para poder llegar a algunas conclusiones definitivas. Tómese lo que ahora narro de mi propia vivencia como un referencial más, de las tantas experiencias que hemos vivido. Espero que al contarla – de la manera más breve que he podido – sirva, al menos, para reflexionar, ojalá en colectivo. No es la verdad. Es sólo mi propia verdad. Puedo estar equivocado. La búsqueda de la verdad no tiene fin.

ANTECEDENTES DE MI MILITANCIA REVOLUCIONARIA

Aún recuerdo, a comienzo de la década de los años 70 del siglo pasado, los debates en los espacios de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Zulia, así como los bien fundamentados documentos que recibíamos en la clandestinidad (alguno de los cuales aún conservo) desde la corriente marxista leninista y la corriente marxista maoísta. Representada cada una por organizaciones y militantes revolucionarios. Era una competencia que, a veces, se confundía y rayaba en una contradicción irresoluble casi cercana a las pugnas capitalistas de un juego suma cero. Eran tiempos de debates y análisis que se daban, no sólo en el país sino, por supuesto, fuera de él. Ambas corrientes, asumían el marxismo como paradigma o modelo explicativo de la explotación burguesa en contra de la clase obrera, es decir, en detrimento de los trabajadores o proletarios y como inspirador de los cambios y transformaciones que se sabían necesarias. Así mismo, se debatía sobre la táctica y la estrategia para la toma del poder así como el uso creativo y "situacional" de las distintas formas de lucha y organización. Había una guerra, casi a muerte, en contra el revisionismo (tal vez, como pretendo hacerlo ahora), del dogmatismo (como pretendo criticar constructivamente), del sectarismo (que limita la unidad y no tiene la capacidad de manejar, adecuadamente, el juego triádico social), del reformismo (como aquellos que soñaban, en aquel entonces, con llegar al poder por vías legales, "democráticas" y electorales, como el MAS, el MEP y más adelante CAUSA Я y el PPT)

Una de esas corrientes le daba preeminencia y tenía como "dogma" al llamado "Leninismo", inspirados en la magna obra teórica y el liderazgo incuestionable y transformador del líder ruso V.I. Lenin y la otra corriente revolucionaria, ponía su énfasis en las Tesis Filosóficas y en la extensa obra intelectual y la gran gesta, del pueblo chino, conducida por el líder y gran timonel de la revolución China, el camarada Mao Zedong.

Siempre me pregunté: ¿Por qué no podemos tomar lo que nos parezca válido de Marx, Lenin y Mao y luego adaptarlo o adecuarlo a nuestra realidad? ¿Por qué debemos optar entre el marxismo-leninismo o el marxismo-maoísta o no sencillamente por el Marxismo? ¿Por qué tienen que competir el marxismo-leninismo con el marxismo-maoista? ¿A qué obedece esa competencia conceptual, práctica y hasta personal? ¿Acaso ambos, Lenin y Mao, no fueron dos destacados líderes revolucionarios que llevaron a sus pueblos a la victoria? ¿Ambos no se apoyaron en Marx para hacer la revolución socialista o comunista –si se prefiere– en sus respectivos países? ¿Cuál es la diferencia, fundamental, entre el Leninismo y el Maoismo? ¿Cuáles son sus semejanzas? ¿Qué hay de bueno, de malo y de regular, para nosotr@s, en sus propuestas? ¿Acaso nos identificamos con ellos porque ambos coincidieron en que el Socialismo se logra por vía violenta y armada y no a través de procesos electorales y pacíficos? Por cierto: ¿Qué autores marxistas, leninistas o maoistas nos inspiran a optar al poder por vía pacífica y democrática? (tarde ya, descubrí a Gramsci de quien hablaremos luego)

Hoy me pregunto, adicionalmente: ¿Ambos, Lenin y Mao, pudieron visualizar el futuro desarrollo de sus propias propuestas en la URSS- Rusia y en China? ¿Cuál de ellos, podemos considerar, tuvo más éxito y por qué? ¿En qué ha fallado el Leninismo y el Maoismo? ¿Por qué no construimos el Bolivarianismo Robinsoniano, en aquella época? ¿Pudiéramos considerar a Douglas Bravo y a Chávez quienes vinieron a recordárnoslo? ¿Será posible crear, desde Venezuela y América Latina Caribeña, nuestro propio modelo de comprensión de la realidad y de cómo transformarla sin tener que recurrir, necesariamente, a otras experiencias o modelos explicativos? ¿Podemos explicar y transformar la realidad política, económica y social sin necesidad de conocer y aplicar el marxismo-leninismo o el marxismo-maoísta? ¿Por qué siempre queremos copiar los modelos que han tenido un supuesto éxito y nos negamos a tomar en cuenta las experiencias que fracasan? ¿Acaso no podemos aprender de los fracasos y de los errores?¿Qué nos ha pasado que no lo hemos hecho hasta ahora? ¿Acaso existe una propuesta y no la conocemos o no la hemos valorado (por ejemplo, la del General Francisco Visconti)? ¿Quiénes nos han aportado ideas para este fin? ¿Qué ventajas tendría que creemos nuestra propia ciencia, técnica y tecnología de transformación de nuestra realidad? ¿Acaso no es posible hacerlo? ¿Qué tal si descubrimos que en nuestros ancestros indígenas, en los chamanes y en las tradiciones incas o aztecas y en la rica cosmovisión de nuestros pueblos originarios tenemos la respuesta a nuestras angustias y anhelos?

¿No será que hemos pretendido construir el Socialismo a la Venezolana con categorías, métodos y experiencias venidas de realidades muy distintas a las nuestras?

En fin:

¡EL SOCIALISMO SE CONQUISTA PELEANDO¡

Tuve la suerte de bañarme, en aquel entonces, del estudio y el debate de ambas corrientes del pensamiento revolucionario de la época. Incluso, viví de cerca la confrontación entre el Stalinismo y el Trotkismo. Para mi ambos tenían en parte razón. Nadie tiene la verdad absoluta, ni está situado de la misma manera en la realidad. Algún día los stanlinistas valorarán los aporte de Trostky y los trostkistas reconocerán los aportes de Stalin. Y no sólo ellos. Debemos dejar enfriar las cosas para valorarlas.

De modo que oculto en el anonimato y en la clandestinidad, pues esa fue la orientación que me dieron, pude dedicar muchísimo tiempo a leer y meditar sobre numerosos documentos que recibía por distintas vías y a través de distintas organizaciones. Cuidando de mi familia y – lo reconozco – motivado a mis propios temores, me obligué a debatir conmigo mismo o con una pequeña célula – que bautizamos con el nombre de Livia Guverneaur o Tania la Guerrillera – que nunca pasó de 5 personas (Ana, Atilio, Orlando, Wilmer y yo, no recuerdo ahora si alguien más) nunca lo hice en público, aunque participé como espectador en algunos de ellos, sobre todo en grupos o asambleas de militantes que tenían la responsabilidad de las organizaciones legales y abiertas.

Pude así leer, subrayar, estudiar, analizar, resumir, sintetizar y reflexionar, sobre los documentos que me llegaban de distintas organizaciones como los del Partido de la Revolución Venezolana (PRV) y sus Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), lideradas por quien después se hizo mi cómpitu, el legendario comandante guerrillero Douglas Bravo y su organización abierta y pública, RUPTURA, cuyo periódico devoraba cuando llegaba a mis manos. Tuve, además, la suerte de estar conectado con líderes de otros de los "grupos irregulares", clandestinos y armados de la época, como Bandera Roja, cuyo líder era Gabriel Puerta Aponte y con militantes destacados de su organización pública, los Comités de Luchas Populares (CLP) y, por supuesto, tuve la honrosa y privilegiada posibilidad de relacionarme con líderes, que me mantenían permanentemente informado, quienes militaban en las organizaciones donde más colaboré y llegué a militar, aunque muchas personas y ni siquiera mi familia se enterara, como fue el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo (MEUP), la Liga Socialista (LS) liderada por el siempre recordado y admirado Jorge Rodríguez, padre y, sobre todo, leía con alguna dificultad, porque me costaba entender los enjundiosos documentos sobre el análisis de la situación mundial y nacional que nos llegaba desde la Dirección Nacional de la Organización de Revolucionarios (OR) que lideraba, uno de los más destacados líderes revolucionarios, el comandante Julio Escalona, a quien le adeudo buena parte de mi formación política e incluso moral y espiritual.

Félix López (FL), voy a decirlo ahora públicamente, fue quien sirvió de canal de enlace, orientador y "catalizador", después de haber sido mi profesor en Operaciones Unitarias, para que yo pudiera vincularme a la OR. Con él compartí momentos inolvidables de mi vida estudiantil y profesoral. A él le debo, buena parte de la inspiración y el compromiso de lo que hoy puedo aportar, con modestia y humildad. Muchas Gracias Félix. Donde quiera que te encuentres ahora, recibí mi fraternal abrazo. Tu autenticidad, a veces, me atemorizaba. A Félix dediqué el artículo que publiqué en Aporrea, con el título: "El Socialismo se conquista peleando":

https://www.aporrea.org/actualidad/a248310.html

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO

En esa época, yo era muy ingenuo y creyente de todo lo que me dijeran. No tenía mayor formación política y conocía muy poco sobre la historia del proceso revolucionario en Venezuela y del mundo. Aún sigo teniendo grandes vacíos y limitaciones para comprender esta complejidad. Aún sigo siendo confiado y creyente de las buenas intenciones de quienes se dicen estar con procesos de cambio y transformación, aunque ahora trato de ver que es lo que hay detrás de las apariencias, porque he descubierto que tiene razón el refranero popular: "las apariencias engañan". Así fue como fui descubriendo, poco a poco, que detrás de las supuestas diferencias político e ideológicas o de las diferencias de táctica y estrategia o de la debida combinación de las distintas formas de lucha y organización, realmente había un trasfondo de juegos de poder personal entre líderes, diferencias casi irreconciliables de grupos o de facciones, e incluso, creo haber descubierto que había muchas adherencias intencionales a un país o un gobierno, de uno u otro modelo: Marxismo- Leninismo (ruso) o el Marxismo-Maoista (chino), dependiendo de donde se obtenían los apoyos políticos y vamos a decirlo, de una buena vez, de dónde provenían los recursos económicos para financiar la logística y el mantenimiento del aparato clandestino-militar y abierto-legal. Tú me apoyas yo te apoyo, parecía el santo y seña.

Si el apoyo venía de los rusos o del Partido Comunista de la Unión Soviética (URSS) entonces era muy probable que nos adhiriéramos al modelo o enfoque Marxista-Leninista, pero si, por el contrario el apoyo logístico y financiero provenía el Partido Comunista Chino, entonces, sin lugar a dudas, nos convertíamos en Marxistas-Maoistas de los buenos.

Ustedes me van a disculpar, no creo que primero definíamos nuestra identificación con un modelo y luego era que buscábamos los apoyos del país, gobierno o partido correspondiente. Confieso que me tarde en descubrir que era al revés. Primero buscábamos los apoyos y después decidíamos si éramos Marxistas- Leninistas o Marxistas –Maoístas. Por supuesto, había como siempre sus excepciones y las hay todavía. Sin lugar a dudas. Me estoy refiriendo a lo que me pareció una regla.

Lo cierto es que, con el tiempo, tanto una corriente como la otra fueron diluyéndose subsumidas en las políticas de pacificación, así como en la dura realidad que fue digiriendo a ambas corrientes. El Marxismo-Leninismo y el Marxismo-Maoista, sencillamente, fueron desapareciendo. Al menos en Venezuela. Fue Chávez quien nos rescató del foso.

NOS ALIMENTÁBAMOS DE EXCELENTES MATERIALES

En aquella época, recibíamos las revistas de Beijing Informa, el periódico "Tribuna Popular" del PCV, "Basirruque" de la Liga Socialista, "Ruptura" del PRV y "¿Qué Hacer?" de los Comités de Lucha Populares (CLP).

Confieso que, al principio, yo me mantuve siempre "neutral" porque no sabía lo que pasaba y menos entendía cuáles eran las diferencias entre uno u otro modelo de comprensión de la realidad. Ambos me parecían válidos y susceptibles de ser tomados como modelos a seguir. Para mí, el asunto era hacer la revolución. Al final, terminé teniendo una mayor vinculación y respaldando a la OR. Aunque no tenía muy claro las diferencias. Por eso, años más tarde, en lugar de aceptar hacer un postgrado en el exterior sobre mi formación básica como Ingeniero Químico, decidí convencer a quienes me dirigían que me permitieran hacer la Maestría en Macroeconomía y Planificación del Desarrollo, en el Postgrado para graduados, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia. Para poder tener tiempo para estudiar con mayor rigor y profundidad y con eso lograba "matar varios pájaros de un solo tiro": Tenía un pretexto para no ir a formarme en el exterior, en el área de Ingeniería Química, para no contaminarme – pensaba en aquellos días – de la ideología del imperio yanqui; no me alejaba de mi familia a quien siempre he amado aunque le he dedicado muy poco tiempo; me mantenía en la lucha permanente dentro del país y, finalmente, lograba estudiar y profundizar sobre los temas que no entendía en los documentos y libros que nos llegaban, sobre política económica, planificación del desarrollo o sobre historia y economía política. Y así fue. Culminé el postgrado con Máxima calificación y fui el primero en graduarme. Conocí a un intelectual excepcional, Carlos Matus Romo. Renuncié a mi título de ingeniero químico y asumí el de planificador y aún creo que me falta mucho por aprender.

Por cierto, fue en el postgrado en Macroeconomía y Planificación, en las diversas Economías Políticas que tuvimos (creo que cuatro) cuando comencé a conocer a Antonio Gramsci y así me dí a la tarea de leer sus "Cuadernos de la Cárcel" y otras de sus importantes obras. Pude de este modo enterarme de conceptos que me costaron comprender: Bloque Histórico, Intelectual Orgánico y otras categorías más. Realicé, por cierto, un polémico trabajo sobre la "Teoría del Estado", apoyado en Marx, Engels, Lenin, Mao, Gramsci y algunos autores más. Nunca pensé en Simón Bolívar, ni en Simón Rodríguez, ni en Miranda ni en ningún autor latinoamericano y mucho menos en nuestros ancestros originarios. De estaba de moda y creo que aún se mantienen, aunque con menos fuerza, autores, la mayoría de ellos de procedencia Europea. Por eso, desde hace muchos años, tomé consciencia que fuimos "neocolonizados" intelectual, académica, política e ideológicamente ¿Lograremos liberarnos?

EL VIL METAL CONDICIONA NUESTRA PREFERENCIA

Como tuvieron la pretensión, alguna vez, algunos intelectuales y líderes políticos que ahora prefiero no nombrar, con la difusión del Libro Verde de Kadaffi, en realidad de lo que se trataba era de lograr influir y "capitalizar" un movimiento u organización que permitiera obtener apoyos financieros y logísticos para los proyectos que se aspiraba impulsar en nuestro país, en este caso con el apoyo del gobierno de Libia.

Al final, según mi modesta opinión, los aspectos teóricos, ideológicos, metodológicos y la experiencia concreta de la aplicación de los mismos, era, en la práctica, lo secundario. Lo importante era cómo conseguir el financiamiento. Y quien pudiera ofrecer más apoyo tenía garantizado nuestra reciprocidad para asumir y divulgar algunos de los paradigmas en boga. Quizás por eso el Gramscismo no tuvo ni ha tenido mucha acogida en nuestro país. No hubo ningún gobierno o partido que se encargara de esto. Al menos, en Venezuela.

De manera que si hoy, por ejemplo, un grupo o movimiento político encuentra que el gobierno de Corea del Norte y/o el Partido de los Trabajadores de la República Popular Democrática de Korea (RPDK) nos garantiza el financiamiento de nuestra lucha para la toma del poder o para algún proyecto político, no duden que nos pudiéramos convertir, rápidamente, en estudiosos y practicantes de la Idea Juche. Así de fácil es. Si no, va a ser muy difícil que asumamos la Idea Juche como guía y orientación de nuestras explicaciones y estrategias de cambio. Ojo, difícil, no imposible. De modo que para mantener una adecuada relación con quienes nos pueden ayudar a tener poder real, hemos necesitado su apoyo y a cambio han recibido nuestra reciprocidad.

Con dolor lo digo: el valor capitalista del dinero, a través del financiamiento, ha condicionado en la mayoría de los casos la posición ideológica política que hemos asumido. Así las cosas, da lo misma ser marxista leninista que marxista maoísta o, incluso, marxista jucheano, o quién sabe si marxista gramsciano, siempre y cuando nos garanticen el financiamiento de nuestro proyecto. Son los "cobres", como dirían en mi tierra natal, lo que mueven a los intereses. Lamentable.

Menos mal, siempre hay excepciones. Yo he tenido la suerte, en lo personal, de nutrirme y bañarme de todos estos paradigmas y los he venido contrastando, durante años, entre lo que predican y lo que realmente ocurre y, además, entre ellos – la gran mayoría provenientes de Europa, desde donde nos han colonizado y neocolonizado – y los modelos nuestros que también tienen algo que decir, aunque algunos han sido influidos por el marxismo, teorías europeas e incluso enfoque o paradigmas norteamericanas. Tal vez, la menoy influencia que hemos tenido ha sido hasta ahora del Asia y del Africa, aunque Mao Zedong y Nelson Mandela, entre otros, han sido motivo de inspiración entre nosotr@s.

CONSTRUYAMOS NUESTRO PROPIO MODELO

Finalmente, aunque parezca una loa al postmodernismo y suene a enemigo del comunismo científico, ratifico la conclusión a la que he estado llegando, al menos, en Venezuela:

El Marxismo-Leninismo ha muerto.

Y me atrevería a decir, adicionalmente, que:

El Marxismo-Maoísta ha muerto.

Y también, ha muerto, el Marxismo-Leninismo-Maoista.

Y que en medio de su entierro nace o renace la posibilidad de crear nuestro propio modelo de análisis, explicación y de transformación.

El Bolivarianismo Robinsionano puede ser la opción, al menos, pudiera ser una de las tantas opciones a explorar.



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 [email protected]

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