Educación y política en Venezuela: dos consideraciones y una denuncia

La educación y política por estos días vuelve a estar en la palestra pública. En realidad, parece que siempre lo ha estado. Inclusive desde la antigua Grecia. En efecto, con el nuevo año lectivo 2022-2023 ad portas diversos actores sociales aluden el asunto que recoge el título. A saber, la relación educación y política, ¿aberración o condición necesaria en la sociedad desde la antigüedad a la presente? En efecto, de acuerdo con Platón "La República" o Aristóteles en su "Ética Nicomaquea" o en su "Política" señalan que la relación entre educación y política deviene de que ambas disciplinas tienen que ver con la condición antropológica fundamental, esto es, la formación en las virtudes, tanto de orden físico como intelectual o y moral, cuyo fin último tiene que ver con el ejercicio de la ciudadanía, ¿se entenderá eso de manera suficiente?

En lo eminentemente práctico, la incorporación o no del sector docente empleados y obreros a los planteles en todos los niveles y modalidades del sistema educativo venezolano: no hay condiciones de bioseguridad sanitaria, sueldos adecuados a nivel de la canasta básica, seguridad social como HCM y funerario; no así en la educación de administración privada donde los agentes anteriormente nombrados se incorporan sin protesta.

Claro, con excepción de algunas instituciones, como la red Fe y alegría, en general colegios y universidades privadas pagan aparte del sueldo en bolívares un bono en divisas estadounidenses que varía según sean del oeste u este de la ciudad de Barquisimeto, eso incluye a la UFT, UNY y en Caracas la UCAB, por lo menos.

En cambio, escuelas, liceos y universidades públicas; los sueldos continúas siendo de una impresionante precariedad como ha sido en estos últimos años, lo que desmotiva más aún la incorporación temprana desde el 16 de septiembre o los primeros de octubres, sino que las calles se asoman como la continuación de las trincheras de lucha que recientemente hicieron que el gobierno nacional reconsiderara una propuesta de pagos fraccionados del bono vacacional, eso fue un triunfo parcial como hemos comentado entre colegas profesionales de la docencia, pero más que otras ocasiones la expresión la lucha sigue se ha tornado más necesaria que nunca.

En este sentido y volviendo a la referencia de la Grecia antigua, conviene recordar ciertas nociones platónicas y aristotélicas, a saber, que la relación educación y política constituyen dimensiones de una misma realidad en el acto de educar: Se educa para el ejercicio de la ciudadanía, para hacer del hombre un ser virtuoso, de tal manera que no habría de escandalizarse cuando se diga que la educación es un hecho político que se realiza en una realidad concreta de acuerdo al contexto y la filosofía política de la coalición de poder gobernante, a la que se le suele oponer otras fuerzas en pugna; en este caso los sindicatos y federaciones educacionales que aparte de exigir reivindicaciones socio ecónomas ineludibles, postulan otra opción de poder.

Ambos sectores confrontados serian parte de juego democrático por lo que es de extrañar o lamentar que en estos sectores gremiales se rechace que un líder de base reconocido tenga derecho a voz y voto en las reuniones donde se planifican las acciones a seguir, concretamente y como hemos sostenido en otras entregas, es un hecho que desde el estado Lara la contundencia de las acciones sindicales han sido consecuencia de la unidad gremial, de las ideas compartidas, del sostenimiento de la propuesta relativa a que los derechos adquiridos en contrataciones colectivas, Ley del Trabajo, Constitución de la República no se pueden arredrar o entregar; ello no es atribuible solo a la dirigencia sindical como tal, viejos líderes y lideresas a las que se le reconoce su lucha histórica en ramo sindical; sin embargo ello no es óbice para que se incomode, rechace o recrimine que nuevos liderazgos surjan en el fagos de la luchas, ¿no es debilitar el movimiento? .

Concretamente, el profesor Dalí Armando Álvarez nos ha dicho que comparte la propuesta de: Salario igual a lo que establece artículo 91 de la Carta Magna, bonos únicos y pagaderos fraccionados, incremento de primas por estudios, antigüedad, hijos e investigación; además de un digno HCM, seguro funerario y loables condiciones de higiene y seguridad laboral en los espacios de trabajo. En ese sentido, se ha oído que: el salario debe estar al menos en 500$ o más, ¿será posible o son vapores de la fantasía?



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

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