Informe Oxfam

14 millones de dólares más por hora: así ha crecido la riqueza de los “superricos” en los últimos años

En la foto, de izquierda a derecha: Warren Buffett, Francoise Bettencourt, Amancio Ortega, Bernard Arnault, Jeff Bezos y Elon Musk.

En la foto, de izquierda a derecha: Warren Buffett, Francoise Bettencourt, Amancio Ortega, Bernard Arnault, Jeff Bezos y Elon Musk.

 

No cabe duda, y así lo atestiguan los datos fríos de la estadística. En el mundo que vivimos los ricos son cada vez más ricos y los pobres siguen hundiéndose cada día más y más en el pozo de la miseria más absoluta. La gran mayoría social vivimos en una sociedad con rasgos profundamente distópicos que amenazan incluso nuestras propias vidas, entre otras cosas, por el cambio climático, las guerras que se generalizan y una brecha social de desigualdad y precariedad que cada vez es más profunda y afecta a mayores niveles de población. El capitalismo imperialista en su fase de senectud cabalga como un caballo desbocado hacia la barbarie, si no se lo impiden en algún momento los procesos de lucha y autoorganización de la clase obrera y las clases populares, que se dan y han de darse, en una perspectiva de terminar con este sistema y avanzar en la construcción de una sociedad sin explotación ni opresión.

En un contexto de crisis económica lastrada primero por la pandemia y luego por la crisis de precios y suministros acompañada por la Guerra de Ucrania y, posteriormente la de Gaza, previa la crisis financiera de 2008 todavía no superada por los bolsillos de los más desfavorecidos, sin embargo, en ese escenario hostil los muy ricos han seguido haciendo negocios millonarios y multiplicando sus beneficios a costa de la gran mayoría cada vez más empobrecida.

Así lo atestigua el último informe presentado por Oxfam recientemente y que acaba de ser presentado coincidiendo con el inicio del Foro de Davos, la localidad en Suiza en el que los "superricos" y los altos mandatarios del mundo se reúnen para seguir colaborando y reproduciendo este sistema económico de opresión y explotación que cada vez nos hace más pobres a la mayoría de la población mundial.

En ese informe de Oxfam se destaca que solo los cinco más ricos entre los ricos (Elon Musk, Bernard Arnault y familia, Jeff Bezos, Larry Ellison y Warren Buffet) han logrado amasar una fortuna que ha crecido a un ritmo de 14 millones de dólares por hora, frente a los 5.000 millones de la población mundial que se ha empobrecido más en este período. En datos absolutos la fortuna de estas personas ha pasado de 405.000 millones a un total de 869.000 millones desde el año 2020 hasta acá, o sea en un período de solo tres años. Es decir, su riqueza se ha incrementado un 114,57%.

Un ejemplo significativo entre ellos es el del dueño de Amazon, Jeff Bezos, que durante la última década ha logrado pasar de 32.700 millones de dólares a 167.400 millones de fortuna personal. También se destaca el caso del empresario español Amancio Ortega, que ha incrementado su fortuna personal en un 76% desde 2020, mientras las y los trabajadores en el Estado español han visto golpeado su nivel de vida con una pérdida de poder adquisitivo de al menos 5 puntos, según la media de los convenios firmados, entre 2021 y 2023. Y no es una cuestión de una sola persona sino de una tendencia global en la que las grandes fortunas en todos los países se multiplican a niveles estratosféricos mientras los índices de pobreza se incrementan a escala mundial.

Como ha remarcado el director ejecutivo de Oxfam Internacional, Amitabh Behar: "Esta desigualdad no es accidental, la clase multimillonaria se está asegurando de que las empresas les proporcionen más riqueza a costa de todos los demás". Es decir, que la fuente de su riqueza procede de la explotación empresarial capitalista de las y los trabajadores en un mercado hiper tecnologizado que incrementa la precariedad y la desregulación de los derechos laborales más elementales a escala mundial. Solo hay que recordar las condiciones de trabajo en Amazon y como se bloquean y se persiguen a muerte los intentos de las plantillas de trabajadores de Amazon por organizarse y sindicalizarse luchando por sus derechos laborales. Algo que ha sucedido en los EEUU y en el Estado español sin ir más lejos. Lo mismo podemos concluir sobre los salarios de miseria de las empresas del textil de Amancio Ortega que estuvieron de huelga convocada por la CGT hace poco más de un año y lograron mejorar sus salarios tras una fuerte lucha contra la dirección de la empresa y enfrentando a las cúpulas de los sindicatos burocratizados de CCOO y UGT que pasteleaban con la dirección.

Las empresas multinacionales baten récords de beneficios

Frente a la situación cada día más complicada de la mayoría de la población trabajadora mundial en ese contexto de crisis de precios de los productos más básicos de la cesta de la compra, de encarecimiento de la vivienda y de los precios de los combustibles y de la energía, las grandes multinacionales vienen haciendo su agosto batiendo récords de beneficios.

El informe de Oxfam denuncia que las grandes multinacionales lograron un año de beneficios histórico en 2023, siendo que "148 de las mayores empresas del mundo obtuvieron en conjunto 1,8 billones de dólares en beneficios netos totales en el año hasta junio de 2023, un aumento del 52% en comparación con los beneficios netos medios en 2018-2021. Sus beneficios extraordinarios aumentaron hasta casi 700.000 millones de dólares". Añadiendo que nada menos que el 82% de esa riqueza generada por las 96 empresas más importantes se la apropiaron los principales accionistas. Algo que, sin duda, explica el porqué está creciendo de manera tan brutal el patrimonio de los principales multimillonarios del planeta.

"El valor de las diez empresas multinacionales más importantes por volumen de negocios alcanza los 10,2 billones de dólares, lo que equivale a más del PIB combinado de todos los países de África y América Latina", destaca el informe. Este valor supone casi 10 veces el PIB anual del Estado español que recordemos es la cuarta potencia de la UE.

Por si esto fuera poco, este enriquecimiento apabullante de un sector ínfimo de la población contrasta con el hecho de que la pobreza general entre la población mundial se mantiene en los niveles de la prepandemia. Por lo que desde Oxfam llegan a la conclusión de que la pobreza no se erradicaría a este mismo ritmo hasta dentro de ¡229 años! Son datos que reafirman, por si hacía falta, que el capitalismo ha fracasado como sistema económico ya que no puede ni garantizar unos niveles mínimos de existencia al conjunto de la población mundial. Un proceso que está agravando, entre otras cosas, por la crisis migratoria en un escenario de bunkerización reaccionaria de la UE y en general de todos los países imperialistas. Muros con concertinas, represión policial y expulsiones es lo que le espera a esa población que, si no muere en el Mediterráneo, alcanza las costas europeas desesperada ante la falta de perspectivas en sus lugares de origen, todo ello por causa de la explotación y esquilmación de sus recursos naturales por parte de las multinacionales y los gobiernos imperialistas.

La propia fiscalidad, una espita social por donde se pretendía llevar a cabo políticas de igualdad para redistribuir la riqueza hiperconcentrada en la producción en alguna medida, sufre un completo desmoronamiento y un desprestigio social. Desde 1980 los tipos impositivos sobre la renta empresarial se han reducido a más de la mitad en los países de la OCDE. En 1980 los tipos impositivos estaban en el 48% y en 2022 se encontraban en el 23,1%. Aunque en realidad son cifras engañosas, dado que el tipo efectivo ha descendido aún más como consecuencia de las desgravaciones, la elusión fiscal o directamente la evasión impositiva. En el Estado español tras un año 2023 de ingresos récord de las empresas del IBEX 35, de media el indicador fiscal se ubicó en el 17,5%, frente al 21,86% de media del resto de la UE. En general las multinacionales tributan por debajo del 15% de sus beneficios reales.

El Foro de Davos y el FMI prevén un futuro económico turbulento por la inestabilidad política y la implantación de la IA

El FMI acaba de calcular en un estudio reciente que en las economías avanzadas sobre un 60% de las y los trabajadores está expuesto a perder su puesto de trabajo por la implantación de la Inteligencia Artificial (IA). En el caso de las economías emergentes afectará a un 40% y en un 26% en los países más pobres. Por lo tanto, el FMI prevé un auténtico tsunami en el mundo laboral a raíz del desarrollo de los procesos de automatización generados por la IA. Algo que, sin duda, va a afectar gravemente al conjunto de la clase trabajadora, incluidos los sectores más cualificados que también se ven amenazados por esta nueva tecnología, según el FMI. Un riesgo de fuerte empobrecimiento de amplias capas de la clase obrera mundial. Goldman Sachs llega a cifrar en 300 millones de empleos excedentarios total o parcialmente por la irrupción de la IA.

Por otra parte, el foro de Davos que se inauguró el martes augura un horizonte lleno de inquietudes económicas como consecuencia de la crisis en lo geopolítico por la el incremento en la rivalidad interimperialista, sobre todo con China y Rusia de los EEUU y la UE, agudizada por dos guerras en activo, y por el desarrollo e implantación de la IA y sus consecuencias sobre la economía y el empleo. Así, la mayoría de los economistas-jefe consultados en un estudio publicado el lunes pasado por el Foro Económico Mundial (FEM) prevén para este año una desaceleración global (56%) y un deterioro en las economías avanzadas tanto de los mercados laborales (77%) como del entorno financiero (70%).

Así pues, las perspectivas para el futuro económico y social para la mayoría social son muy sombrías. En el Estado español con un Gobierno "progresista" acabamos de conocer que solo se emancipa el 16% de la población joven hasta los 30 años, y de ellos la mitad gracias a la ayuda familiar extra. Las medidas del denominado "escudo social", para combatir primero la pandemia y luego la crisis inflacionaria, no han revertido en lo esencial, pese a que el Gobierno saque mucho pecho con ello, las malas condiciones de existencia de la mayoría social que en gran medida se ve con enormes dificultades para llegar a fin de mes, estando un 20,4% de la población en riesgo de pobreza a finales de 2022. Y teniendo en cuenta que ahora se empiezan a desmantelar muchas de las medidas del "escudo social" al tener que volver a cumplir la disciplina fiscal de la UE que el propio Gobierno de Sánchez ha impulsado desde la presidencia española de la UE que ha sido cuando se ha aprobado la vuelta a la disciplina fiscal.

Ante este escenario es vital levantar un perspectiva de independencia de clase y de lucha, que enfrente el despotismo, la explotación y los ataques de las patronales y el propio Gobierno "progresista", exigiendo a las direcciones de los sindicatos de CCOO y UGT que convoquen asambleas que rompan la inacción sindical y para discutir la implantación de un programa de emergencia social que atienda los problemas de todo orden que están acuciando y golpeando el nivel de vida de los jóvenes, las mujeres y las y los trabajadores. El sindicalismo combativo y la izquierda que se reivindica anticapitalista tienen en sus manos esta importante tarea.

 

 



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