Magnicidio I

Hasta como folclórico podría interpretarse el comportamiento de los venezolanos, incluyendo al alto gobierno, con hechos tan graves como el intento de magnicidio que se acaba de producir cuando fueron detenidos dos individuos con pistolas automáticas, y que no dejan dudas de que la agenda de un sector de la oposición, es violenta. Intentarán incendiar el país tal como lo hicieron cuando aquel 23 de enero del 2014, Leopoldo López, María Corina y Antonio Ledezma, decretaron lo que definieron como “La Salida”, aprovechando que tenían varias alcaldías y que estaban recibiendo mucho dinero de las ONG´s controladas por la CIA y el Departamento de Estado. Fue ese el inicio de las guarimbas. Es esa extraña necesidad de burlarse de su propia desgracia. Es una capacidad extraordinaria de los hijos de Bolívar.

Pero hablando de la oposición y su carácter prehistórico, López y su pandilla estaban convencidos de que estas acciones de calle, acabarían con el gobierno. Acciones de calle con un nivel de violencia jamás visto, incluyendo 47 asesinatos, entre ellos varios quemados vivos, el más recordado el caso de Orlando Figuera, varios degollados por guayas puestas de un poste de alumbrado a otro atravesando la calle, manifestantes de ellos mismos asesinados con ladrillos lanzados desde azoteas y balcones, o el caso de aquel abogado sociópata que congeló una bolsa de agua y la tiró a una marcha para matar a una pobre mujer en la avenida México en Caracas.

Al final, los manifestantes se dieron cuenta de que no les estaba llegando el dinero que les ofrecieron, que el pago se retrasaba cada vez más, y que todos los días, estar al frente de una calle bloqueada por la que no transita nadie, no estaba arrojando ningún resultado. “Así no vamos a tumbar a Maduro”, declaró uno de ellos.

Pero, además, la ausencia de orientación y de liderazgo, de no saber qué hacer en política, permitió que la concentración de ese grupo de jóvenes en diferentes partes del país, en estado de ocio, los indujera a inventar. Comenzaron por establecer carpas en donde pernoctaban y terminaron por hacer orgías, vender drogas, ingerir alcohol como locos y violar niñas, cuyos casos hay por decenas en todo el país.

Como sabemos, la oposición nació dividida. Y en estos momentos, previo a las elecciones del 28J, las manipulaciones de MCM y las jugadas de última hora que ella consideró maestra, no hicieron más que acrecentar la división, porque inconsultamente ella designó a una sucesora para que inscribiera su candidatura. Una torpísima jugada que se descubrió de inmediato, cuando a aquel pobre ser humano, fascista, por cierto, de 80 años de edad, no es el personaje más idóneo para representar a la oposición.

Es decir, que el torpe y rallado “hasta el final” de MCM, ya se terminó. Quería enfrentar a Nicolas y fue derrotada por Manuel Rosales, que pareciera ser el candidato de la oposición si logran ponerse de acuerdo.

El problema está en que la agenda es insurreccional. Vienen por la violencia y se agarrarán de cualquier excusa para propagarla. Ese intento de magnicidio contra Maduro, es gravísimo. En Estados Unidos les estuvieran dando palo todavía. Ojalá y le apliquen la pena máxima, que en Venezuela son piches 30 años. En todo caso, es necesario prender las alarmas y estar alerta a cualquier acción que se pueda cometer en contra del pueblo venezolano.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

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