(132 años del nacimiento de Cruz Salmerón Acosta)

Taumarurgo del estío

En el espacioso lugar a lo largo de la playa, está Guarataro, un poblado tan yermo como el desértico paisaje donde solo se escucha el silencio. Allí, desde lejos, se puede ver una pequeña construcción de bahareque, erigida como un vigía que escruta el horizonte por encima del mar que gravita frente al cerro de roca y arena. La casita está enclavada en la loma tostada por el sol del trópico, encendida de calor y bañada de luz encandilante que despierta recostada, entre las piedras blanquecinas.

La inclemencia de los rayos del sol, van dejando su urente caricia, parecen querer volver cenizas los tímidos brotes de los cactus. En este ambiente de albicantes días, permanecen vivos los versos ligeros y rítmicos del bardo del azul, entre el cielo y las aguas marinas  que conducen a las costas de Cumaná, donde vivió el amor de su vida, la dulce cordera de su corazón. Por ella creaba, escribía y se inspiraba. Era su musa cercana y a la vez lejana, envuelta en el manto del bello romance desvanecido por el sufrimiento y el dolor, la mujer de sus sueños a la que nunca más volvería a ver.

El lacerante mal que le sujetó a las cadenas de la muerte con el estigma de la lepra, le obligaron al aislamiento, castigo injusto y cruel de la vida a un joven enamorado que aderezaba sus palabras con dulzura para mitigar la angustia de saber su doloroso y aciago final, sin la posibilidad de un milagro bíblico, que le redimiera como al Lázaro resucitado.

El prodigio de sus letras no pudo ser  lacerado por el destino que dejó en su piel la enfermedad que le llenó de tristeza y  oscuridad. Una fatalidad delirante, un ocaso temprano en la vitalidad de un hombre que supo delinear su pensamiento desde el alma.

Cual taumaturgo, Cruz Salmerón Acosta embelleció el solitario estío, cubriendo el éter celeste de sonetos hilvanados finamente desde su ser sufrido.  
La árida tierra que lo vió nacer,  también presenció su muerte entre el llanto de quienes lo amaron y el recio clamor del cielo, que en medio de un intenso aguacero, despidió a su extraordinario poeta.

       Cumaná, 03 de enero de 2024.

Nota:
Cruz María Salmerón Acosta nació en Manicuare, estado Sucre - Venezuela, el 03 de enero de 1892. Murió en la misma población, el 30 de julio de 1929, de Lepra.
Fue un poeta vanguardista del modernismo en Venezuela. Su libro fuente de  amargura y otros, lo posicionan como uno de los grandes escritores y representante de la literatura Venezolana.
Es conocido como "el poeta del martirio".



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 [email protected]      @orlandobalbas

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