"La vida no vale nada si no es para perecer
Porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama
La vida no vale nada si yo me quedo sentado
Después que he visto y soñado que en todas partes me llaman"
Pablo Milanés
Me levanto con la penosa noticia; a los 77 años ha muerto otro de los grandes de la canción cubana, Pablo Milanés. Parece lugar común decir, "otro de los grandes". Sin embargo, no es así. Cuba siempre ha sido una cantera musical, por generaciones ha parido músicos cuyas letras, melodías, ritmos y demás composiciones han engrandecido la isla, mucho más allá de sus límites. De modo que, no es cualquier cosa que se diga que eres grande entre los grandes de la música cubana.
Pero esa grandeza tiene matices muy particulares; Pablo formó parte de ese extraordinario movimiento musical surgido a partir de 1967 en Cuba, dado a conocer al mundo como La Nueva Trova Cubana y reconocido como uno de los más significativos dentro de la Nueva Canción Latinoamericana, dada la gran difusión que alcanzó, la calidad musical e influencia continental; teniendo entre sus integrantes y fundadores, cantautores de la talla de: Noel Nicola, Eduardo Ramos, Sergio Vitier, Leonardo Acosta, Silvio Rodríguez y el propio Pablo Milanés.
Para los latinoamericanos nacidos en ese convulsionado año de 1968, que marcó la historia del último medio siglo, La Nueva Trova Cubana y en particular Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, constituyen un símbolo de resistencia, de lucha, de canto a la vida y sobre todo al amor; no ese amor romanticón de las telenovelas, cuentos de hadas y príncipes azules, sino el amor edificante, enaltecedor de la condición humana; ese que Pablo y Silvio cantan: "…Cuando te encontré, todo era desconocido / y el mundo nació del amor que hicimos". Es el mismo amor libertario y desprendido que Milanés describe en su canción "El Breve espacio en que no estás": "… todavía no pregunté ¿te quedarás? / temo mucho la respuesta de un ¡jamás! / la prefiero compartida antes que vaciar mi vida / no es perfecta más se acerca a lo que yo, simplemente soñé."
Y es que, con él, el poema de amor cantado, es decir, la trova, alcanzaba otra dimensión. De ahí lo novedoso, lo particular; el amor en múltiples facetas y dimensiones como la edad: "… El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos / y el amor no lo reflejo como ayer". Mención especial merece la que tal vez sea su canción más conocida y cantada en el mundo, grabada en diferentes ritmos, Yolanda: "… te amo, te amo, eternamente te amo"
Digo con orgullo que mis primeros pasos en el pensamiento social, en la solidaridad, el amor al pueblo y el sentido de Patria Grande, los di musicalmente de la mano de Alí Primera, Silvio y Pablo. Con éste último supe a través de un poema, de un canto de amor y de esperanza, lo ocurrido en 1973 en chile; ahí en esos acetatos que compraba mi madre lo oí cantar: "… un niño jugará en una alameda y cantará con sus amigos nuevos / y ese canto será el canto del suelo a una vida segada en La Moneda / yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada / y en una hermosa plaza liberada me detendré a llorar por los ausentes".
Su amor y su lucha desde el canto por esa Patria Grande Nuestroamericana, estuvo plasmada en sus canciones. "Cuba y Puerto Rico son, de un pájaro las dos alas / Puerto Rico, ala que cayó al mar, que no pudo volar / yo te invito a mi vuelo y surcamos juntos el mismo cielo". De igual manera en "Canción por la Unidad Latinoamericana", llama la atención sobre la manera en que ha sido atomizada la lucha de nuestros pueblos: "… "Realizaron la labor de desunir nuestras manos / y a pesar de ser hermanos Nos miramos con temor". Su canto no dejó de plasmar el mérito bien ganado de su amada Cuba, de ser un referente para la región y para la lucha de los pueblos: "… lo que brilla con luz propia nadie lo puede apagar / su brillo puede alcanzar la oscuridad de otras costas".
Sin duda así fue, el brillo de la resistencia cubana, de su ejemplo, terminó por alcanzarnos e impulsar un despertar que, con sus altos y bajos, aún persiste. Dicho brillo vino de su Cuba natal, esa a la cual cantó: "…amo esta isla, soy del Caribe/ jamás podré pisar tierra firme inhibe". No obstante, en los últimos años, Pablo tuvo una actitud un tanto controversial que lo lleva a residenciarse fuera de Cuba. La canalla mediática ha querido sacar provecho de eso y algunos extremistas "de izquierda" (que no radicales), han cuestionado la misma. Personalmente algunas declaraciones y acciones de pablo, no las comprendo, me cuesta aceptarlas, pero eso jamás cambiará la grandeza de su obra y la admiración profesa, la gratitud y el respeto que siempre tendré a su memoria y que sé, tendrán los pueblos del mundo.
Como bien dice la estrofa de su canción que me sirve de epígrafe, "La vida no vale nada", Pablo no fue de los que se quedó sentado "cual, si no pasara nada", le inquietaba su pueblo, le dolía, le angustiaba, y eso no se lo puede cuestionar a nadie, aun estando equivocado. Siempre trabajó para que otros pudieran tener lo que él disfrutaba y amaba. Por eso tu vida si valió Pablo y tu obra vale y valdrá por siempre. Hasta el final fuiste rebelde, valiente, comprometido, e hiciste honor a esa estrofa en la que sentencias: "… pobre del cantor de nuestros días / que no arriesga su cuerda por no arriesgar su vida"
En su último concierto en Cuba, en lo que puede considerarse su despedida; al finalizar reiteró la razón principal, en mi humilde juicio, de lo que fue su canto: ¡Viva Cuba Libre! Gritó. La canalla hiso con aquello todo tipo de interpretaciones, como si su vida no fue una eterna lucha por la libertad de Cuba y en defensa de los principios y valores de la Revolución Cubana, esa de la cual fuiste parte significativa desde la cultura, además de crítico y autocrítico.
Con esta letra tuya y de Silvio Rodríguez te digo, "… y se encontrarán los de machete aguerrido / con el último héroe que hasta hoy se ha perdido / todos gritarán será mejor hundirnos en el mar / que antes traicionar la gloria que se ha vivido." Gracias, mil gracias y hasta siempre Pablo.