Rupturas y secuencias

2-D ¿Alguna lección por aprender?

El 2 de diciembre se sometió a prueba la madurez alcanzada por el proceso revolucionario bolivariano para abordar decididamente la propuesta transformadora del socialismo en Venezuela. Sin embargo, el aparente revés sufrido por la reforma constitucional originalmente presentada por el Presidente Hugo Chávez, no puede atribuirse casi de forma exclusiva a la labor proselitista y mediática de quienes lo adversan política e ideológicamente, pero sí tiene mucho que ver con la manera como se ha conducido hasta ahora el proceso bolivariano, con una dirigencia político-partidista y gubernamental heredera de los vicios clientelares, reformistas, representativos y excluyentes que caracterizaron a sus predecesores en el ejercicio del gobierno.

Habría que rememorar las múltiples expectativas generadas por el triunfo electoral de Hugo Chávez en 1998 y todo lo que ha significado su esfuerzo en solitario para darle consistencia a una revolución inédita, producto de los votos y no de las balas, que -no obstante los años transcurridos y el masivo respaldo de las masas- aún carece de una teoría revolucionaria sólida y bien definida que contribuya eficazmente a construir y a fortalecer una verdadera conciencia revolucionaria entre el pueblo. Lo otro que debe considerarse -sin ánimo revanchista- es el rol cumplido por quienes, a la sombra del Presidente, ocupan cargos de dirección en los distintos niveles del Estado, sin afectar para nada las viejas estructuras y sin tratar siquiera de orientar al pueblo hacia el cambio estructural que debiera construirse desde abajo, con toda la temeridad que ello requiere en toda auténtica revolución. En esto último, el mismo Chávez tiene su cuota de responsabilidad al dejarse rodear por una cohorte de adulantes y reformistas, excluyéndose a aquellos que sí podrían ayudarlo a construir la revolución socialista, pero que son víctimas del sectarismo irracional y del pragmatismo de los primeros. Ello obliga a darle fiel cumplimiento a los postulados revolucionarios que privilegian el protagonismo y la participación de las bases populares, además de fomentar la formación revolucionaria de un modo constante y sistemático, no de un modo circunstancial e improvisado como sucediera con el llamado Tercer Motor de la Revolución , “Moral y Luces”, que se suponía estimularía la puesta en marcha de una educación con valores socialistas, sin profundizar en sus aspectos más esenciales. Esto se refleja, en líneas generales, en el comportamiento asumido por los burócratas del Estado, las cooperativas, los Consejos Comunales, los sindicatos, las empresas cogestionarias y autogestionarias, las diversas organizaciones estudiantiles y juveniles, sin incluir entre estos a las Fuerzas Armadas, a pesar de su consigna de “Patria, socialismo o muerte”, por representar una realidad aparte que merece analizarse desde lejos y con mayor detenimiento.

Total, hoy todos los chavistas, al igual que todos los revolucionarios, no deben caer en análisis estériles y simplistas que no ayudan a esclarecer las causas de lo pasado. Evidentemente, en la alta abstención producida este domingo refrendario hay un mensaje por traducir de parte de Chávez y los revolucionarios auténticos, de manera autocrítica y meticulosa, dialécticamente, pero no como lo hacen creer los grupos opositores. Al respecto, Alan Woods señala que “la alegría de los reaccionarios es prematura y exagerada. Una mirada a los resultados demuestra que la fuerza electoral de la oposición apenas ha aumentado, si se comparan los resultados con las elecciones presidenciales de 2006, la oposición ha conseguido sólo 100.000 votos más, pero Chávez ha perdido 2,8 millones de votos. Estos votos no fueron a la oposición sino a la abstención. Este hecho significa que el apoyo a la contrarrevolución no ha aumentado de manera significativa desde su punto más alto de hace un año”. Esto, no obstante, aún podría convertirse, como lo afirmara alguien más, en un recurso fácil para tratar de calmar conciencias a través del autoengaño. Lo que se requiere, en consecuencia, es extraer de todo ello alguna lección que aprender y preparar, desde ya, el terreno para que se origine una ruptura radical con el régimen anterior mediante la construcción consciente del socialismo, desde las entrañas mismas del pueblo y con un liderazgo renovado e innegablemente revolucionario.-



HOMAR GARCÉS
¡¡¡REBELDE Y REVOLUCIONARIO!!!

¡¡Hasta la Victoria siempre!!
¡¡Luchar hasta vencer!!


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Homar Garcés


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