Ante las diferencias y hostilidad que el imperialismo ha logrado inculcar en la mayoría de los países de América latina para mantenerla desunida y poderla dominarla y explotarla a su antojo, es conveniente recordar algunos de los puntos que hacen conveniente y necesaria la unión de estos países para poder lograr, no enfrentar al imperialismo y derrotarlo en todos los frentes, sino simplemente poder mantener alguna posibilidad de alcanzar niveles de bienestar para sus poblaciones cada vez más empobrecidas y despreciadas en los escenarios mundiales dominados por el imperialismo colectivo liderado por los Estados Unidos.

Y es que hay que entender que personas como Mujica en Uruguay o Morales en Bolivia no son agentes del imperialismo en el sentido policial del término, sino que son mentes vencidas derrotadas en la lucha, imposibilitados para continuar realizando mayores esfuerzos y contribuir a crear nuevas mentalidades liberadoras. A ellos creo que habrá que sumar dentro de poco el caso de México porque la candidata virtual ganadora no es una luchadora mexicana, es de origen judío coleada por López Obrador en la vanguardia política mexicana y nunca a manifestado independencia de las políticas criminales de Israel. Veremos.

En todo caso es necesario recordar, aunque sea someramente, cuales son las ventajas manifiestas de la unidad latinoamericana:

En primer lugar colocaría la revalorización de la identidad cultural de Latinoamérica y de un sentimiento común distinto al que se siente en los planteamientos de quienes siguen las políticas norteamericanas para nuestra región. Son políticas que nos separan en vez de unirnos.

La unidad latinoamericana permite la proyección de nuestros líderes en el contexto internacional donde por formación también respetaran las ideas y planteamientos de otros líderes nacionales no imperialistas.

Permite la identificación de problemas que requieren la formulación de objetivos comunes, donde cada quien aporta de acuerdo a sus características y posibilidades nacionales.

Se fortalece la fuerza y capacidad de realización tanto en pequeñas obras como en las mayores, de cada uno de los países participantes.

Se pueden lograr mejores posibilidades de crear una fuerza intelectual colectiva que oriente con mayor claridad la identificación de las situaciones que nos rodean, los esfuerzos que hay que hacer y la filosofía de unidad que debe practicarse, para que cada quien se sienta respetado e integrado.

Se podría agregar la mayor capacidad en planificar las acciones, identificación de las naciones actoras y recursos sumados en común, con lo que se crea un efecto de impulso hacia la eficacia de los proyectos y hacia la siempre postergada industrialización.

Es importante recalcar que los esfuerzos unitarios son voluntarios, entre países que se enfrentan al mismo futuro de incertidumbre, esclavitud y de pobreza, aun plegándose plenamente a los intereses de los Estados Unidos como es el caso actual de Argentina donde prometen a su población que tienen por delante de 15 a 30 años de pobreza y miseria neoliberal capitalista, sin saber que pasara al concluir ese período.

.América Latina está ante el mayor peligro y sus líderes se someten o se someten a la dominación de los Estados Unidos, sin ofrecer una alternativa real de bienestar. Una de las alternativas ha sido y lo seguirá siendo el camino de la unidad de nuestros países, por lo que se ataca indiscriminadamente al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, por mantener incuestionablemente su posición de libertad latinoamericana.