¿Somos utópicos?

"Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido."

(Ernesto Sábato).

El viernes 9 de febrero de este mismo año, en horas de la mañana, asistí a la conferencia que dictó, en el salón Simón Bolívar del edificio de la Cancillería venezolana, el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Rusia en Venezuela y concurrente en la República Dominicana y en la República de Haití, Sergey Mélik-Bagdasárov.

Evento éste organizado por el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos "Pedro Gual", que, bajo la dirección del Embajador Iván Zerpa, viene haciendo actividades realmente extraordinarias.

Debemos comenzar diciendo que el Embajador Mélik-Bagdasárov, como buen representante de su país y gobierno, "vendió" muy buen la política exterior de Rusia y lo hizo con unas cuántas pinceladas a sus orígenes, a su desarrollo actual y también planteó proyecciones sobre el futuro próximo, y lo hizo muy bien, en castellano fluido.

Ahora bien, lo que evidencian sus palabras es que el pragmatismo, cuyo origen es gringo, está en pleno desarrollo en este mundo, que, según el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, es un mundo que "ha entrado en una era de caos", en referencia al alcance de las divisiones sin precedentes del Consejo de Seguridad, incapaz de ponerse de acuerdo ante los "terribles conflictos" que azotan al planeta.

El Embajador hizo referencia al mundo que defienden desde Estados Unidos y Occidente, basado "en reglas" que, por supuesto, la imponen ellos. Frente a eso, se encuentran quienes levantan las banderas de un mundo multipolar y multicéntrico, que sería el que respetaría el derecho internacional público, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la independencia y autodeterminación de los pueblos. Aquí, se ubicaría, según dijo, Rusia.

También mencionó, como aspecto realmente positivo, el ejemplo de los BRICS+, como asociación, grupo y foro político y económico de países emergentes, que se ha constituido en un espacio internacional alternativo al G7, integrado por países desarrollados y conformado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Aunque habló de la necesidad de la descolonización, en ningún momento hizo referencia de una alternativa distinta a la lógica del capital, que es la que está marcando la pauta internacional.

Ahora bien y lo más importante. No se refirió al hecho y la noticia que más resalta en el escenario internacional. Se trata del genocidio que comete el sionismo israelí contra el pueblo palestino, que para esta fecha se habla de más de 27 mil muertos y mas de 67 mil heridos en la Franja de Gaza. La razón, no la sabemos, pero intuimos que tiene que ver también con el pragmatismo, que hoy prevalece.

Una vez escuchada tan interesante conferencia del Embajador ruso, uno, de inmediato, se dice que él hizo lo que tenía que hacer, como representante de una de las potencias que están en disputa por la hegemonía del mundo, y lo demás queda al libre albedrío de quien escuchó sus palabras.

Dentro de ese "libre albedrío, al llegar a mi casa y verme en el espejo, terminé preguntándome:

¿Es posible una alternativa ante el capitalismo, con sus distintas versiones y presentaciones?

¿No será que la realización del "espíritu absoluto" de G.W.F. Hegel y el "fin de la historia" de Francis Fukuyama, es hoy una realidad y, por tanto, el capitalismo triunfó para siempre?

¿Es que los que pensamos en un mundo de iguales, donde la injusticia y la exploración no sigan prevaleciendo, somos, hoy por hoy, especímenes raros y en franca extinción? ¿No será que los equivocados somos los que seguimos creyendo en utopías?

¿O será que, como me dijo un antiguo camarada: debemos dejar de seguir creyendo en "pajaritos preñados" y asumir el realismo y la lógica del capital como el desiderátum de la historia?

Sin embargo y ante tales interrogantes, quedamos los que somos tercos y seguimos creyendo en utopías, porque con el teólogo, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño, Leonardo Boff, decimos: "una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos. Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y grupales y perdemos el sentido del bien vivir en común".

En todo caso, la discusión continúa y terminamos con el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, diciendo: "El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación".

 



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Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

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