Cafés de especialidad y caficultores en crisis

En días recientes, en un portal de Internet, se publicó una noticia que promociona la producción del café de especialidad como una opción o un "Plan B" (https://gestion.pe/mundo/cafes-especiales-el-as-bajo-la-manga-para-afrontar-crisis-del-sector-en-latinoamerica-cafe-precios-internacionales-noticia/?outputType=amp), con la cual no estamos de acuerdo.

Ciertamente, el café es vital para la economía de América Latina.

La actividad cafetalera en América Latina y en particular en Venezuela no está nada fácil, la época de caficultores propietarios de las grandes haciendas quedó en el pasado, hace ya cien años, y hoy por hoy la gruesa mayoría de los productores de café no son sino "microcaficultores" pues la superficie de siembra por persona, cada vez se reduce más, al punto de que un setenta (70) por ciento de los caficultores en el mundo poseen menos de una hectárea de café que, a nuestro juicio, tiene una explicación y es la cada vez menor rentabilidad en el negocio de producir café en los campos.

Se imponen los "cafés de especialidad" y el artículo publicado en Internet, del que agregamos su dirección web, se explica por si solo.

Allí se refleja que en promedio la diferencia del precio entre un café convencional y otro de especialidad, en líneas generales, no supera un veinte (20) por ciento, pese al agregado adicional sobre los costos para producirlos y por mantenerse el "modelo" de inequidad dentro de la agrocadena.

El "café de especialidad" pareciera solo ser promovido por Empresas, Industrias y/o Comercialzadoras solo encargadas del proceso de exportación del café en donde se centralizan o concentran las ganancias, de allí el énfasis publicitario de éstas como, por ejemplo, la referida en el artículo (Asociación de Cafés de Especialidad de Brasil).

Según el artículo, el precio de un café de especialidad puede alcanzar 230 dólares, apenas 50 dólares por encima del precio del café convencional que promedia los 180, y ninguno cubre los costos de producción.

Es bueno acotar que para que un saco de café verde "convencional" iguale a los precios de los años setenta debería tener un valor de venta superior a los trescientos (300) dólares.

Algo debe cambiar.

Y es precisamente el enfoque del modelo cafetero que no considera el valor de justicia social ni una mayor equidad en las ganancias que dentro de el negocio cafetero se producen.

No es posible que las mayores ganancias siempre se queden en las manos de los comercializadores de este tipo de café.

A nuestra manera de ver el negocio cafetero requiere de una mayor representatividad de los productores de café o de la unión de todos los países productores de café que puedan plantear ante los paises consumidores en el mundo la aguda crisis que se padece el sector cafetero, no sólo en Venezuela sino que esto es un denominador comun en América Latina, porque lo que sucede en cada país es similar a lo que acontece en otros paises, también cafeteros.

En el pasado, por allá en los años setenta existió la Asociación de Países Productores de Café que sentándose junto con los mayores países compradores de café logran, mediante intervención de la FAO, el Acuerdo General de Cuotas que garantizaba el volumen de café comercializado y la preservacion de los precios del café verde en niveles que permitían cubrir los costos de producción, mayores ingresos económicos para los productores y un mayor nivel de vida para todos los miembros de cada familia cafetera.

A nuestra manera de ver, el título del artículo que aparenta ofrecer los "café de especialidad " como alternativa no es aplicable al cien por cien de los caficultores del mundo y pasa a ser un nuevo modelo lleno de injusticias e inequidad que no se traduce en un mejoramiento de los ingresos económicos para la totalidad de los caficultores ni de Venezuela ni del mundo.

Es como en el artículo recomendado se hace mención: "una moda" que estará en boga durante algún tiempo, hasta que los ingenuos e incautos productores que, circunstancialmente, lo apoyan descubran que no es la solución, como tampoco es solución los otros "modelos" como las certificaciones de cafe bajo sombra, conservadores de bosques, refugio de aves, comercio justo, etc. etc., que tampoco han significado desarrollo o crecimiento para el sector cafetero mundial.

Urge discutir un nuevo modelo y desprenderse del nuevo esnobismo cafetero.

Finalmente, del artículo analizado y con el que no coincidimos, como Ingeniero Agronomo y productor de café, destaco la experiencia de la empresa "Café Devocion" que iniciando en el año 2006 ha logrado acuerdos con empresas de envíos internacionales para comercializar su producto, directamente, con sus consumidores.

Desearía pensar que "Café Devoción" representa o pertenece a una finca de café y no sea una empresa meramente comercializadora de Cafés que no cultiva.

Creo allí pudiera estar parte de la solución: Que cada finca de café, produciendo un café de calidad, pueda procesar y exportar microlotes con valor agregado, hacia los paises consumidores; ésto por supuesto que necesita de la definición de una estrategia y una política dentro de cada país productor de café, pero dichas estrategias y políticas lograrán mayor firmeza si logra consolidarse una Organización de Países Exportadora de Café, muy similar a la OPEP.

Culmino éste artículo con la demoledora recomendación final del articulo que motivó mi análisis:

"Hay que generar mejores condiciones de vida para que la gente no quiera dejar su pais"

Ing. MSc.

Ex Investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, INIA / Caficultor desde hace 25 años / [email protected]



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Freddy A. Colmenárez Betancourt

Caficultor desde hace 25 años / Ex Investigador para el cultivo del café en el INIA

 [email protected]

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