La iniciativa Lula y sus haces de vectores geopolíticos

La vuelta de Lula a la Presidencia de Brasil tiene muchos significados; el primero y más esencial, que el dirigente obrero metalúrgico Lula Da Silva tiene un liderazgo positivo inmenso, dentro y fuera de Brasil. Esa autoridad moral, templada en el acero ardiente de grandes hornos industriales, afilada en las luchas sociales emancipadoras contra dictaduras fascistas y democracias liberales oligárquicas, constituye la mayor fortaleza del líder que muestra con grácil cordialidad, sin aspavientos, su capacidad de convocatoria.

Esto explica que a escasos cinco meses de haber asumido la presidencia de su país, Lula logra reunir doce Jefes de Estado con las más disímiles posiciones políticas, y cada uno con diferentes problemáticas nacionales, algunos, incluso, con sus periodos cesados.

No hemos podido evitar la recordación de los días de apogeo de UNASUR y, en contrario, las innombrables tropelías de un esperpento llamado "Grupo de Lima", que revirtió sus maleficios –a través del justo espejo de los pueblos- contra quienes los proferían.

Al encuentro llegó de primerito el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, el trabajador del transporte urbano masivo, Nicolás Maduro Moros, en visita solicitada por su amigo, el mandatario brasileño.

La reactivación de relaciones diplomáticas abarca también un dinámico proceso de acuerdos bilaterales que, Lula y Nicolás, desean concretar muy pronto en todas las áreas productivas, culturales y políticas.

Destacamos la comunión de ópticas en materia geopolítica y la renovación de relaciones institucionales en el campo militar, fronterizo y ecológico, así como la atención priorizada a los pueblos originarios, tan amenazados por intereses transnacionales y el racismo subyacente en sociedades de mentalidad colonizada.

Una precisa definición ofreció el Presidente Maduro: "la nueva geopolítica está caracterizada por dos elementos: unidad de nuestra América en la diversidad y el rol de los Brics".

Su anfitrión respondió: "Soy partidario de que Venezuela integre los Brics. Prontamente nos vamos a reunir y tenemos que evaluar varias solicitudes de integración".

La feliz coyuntura de este encuentro suramericano al más alto nivel, debe ser aprovechada con audacia, amplitud y velocidad, porque los azares pendulares de la política, suelen desilusionar esperanzas integracionistas, sobre todo con un enemigo imperialista que, en su obsesión supremacista, no se resigna a respetar la autodeterminación de los pueblos.

Nunca descuidemos que la derecha ni perdona ni descansa, más, cuando su patrón yanqui lo azuza, financia y empodera. Tampoco soslayemos que el fascismo criollo, con garrote o con propaganda, casi siempre con ambos, es una fuerza delincuencial, mimetizada en lo electoral, judicial o eclesial, que lo mismo está en el narcotráfico, el paramilitarismo, el sicariato, el tráfico de personas, el contrabando de armas, todo con la absoluta dirección de factores políticos y empresariales estadounidenses.

De allí que el Consenso logrado en Brasilia sea tan trascendente, aunque tengamos que recibirlo, basados en la ciencia histórica, con un optimismo operativo, intuitivamente vigilante, de expectativas prácticas realizables.

Resaltamos la reiteración de América del Sur como una región de paz, diálogo, respeto mutuo, valorando la defensa de la soberanía y la no injerencia.

Muy importante que los presidentes hayan conversado sobre crisis climática, seguridad internacional, políticas alimentarias y energéticas, el riesgo latente de pandemias, desigualdades sociales y amenazas a la estabilidad democrática (sobre este último asunto, en Venezuela podemos ofrecer postgrados).

La integración -aunque sigue siendo el concepto menos potente de los que deberían definir nuestra unidad- quedó concebida como un instrumento necesario para asumir los desafíos del tiempo que nos toca enfrentar.

Por supuesto, no podían faltar en la mesa el comercio y las inversiones, pero desde y hacia los países suramericanos; para ello se deben tomar decisiones de infraestructura, fiscales, aduanales y otras, que viabilicen el crecimiento económico regional en perspectivas más equilibradas y equitativas.

El grupo de contacto constituido por los Cancilleres llevará a cabo la evaluación de los mecanismos sudamericanos de integración, para diseñar una hoja de ruta que será aprobada los Jefes de Estado.

Aquí está la Venezuela Bolivariana, erguida sobre las dificultades. Nuevamente me reitero en la convicción de que la perseverancia es la mejor aliada del éxito. Somos un pueblo resistente e insurgente. Nuestro país ha sido sometido al más feroz linchamiento moral por la transnacional neoliberal imperialista, se nos ha castigado con medidas criminales para doblegarnos. No lo lograrán.

La iniciativa de Lula se proyecta en múltiples haces de vectores geopolíticos, refuerza la tendencia a un mundo multipolar, a una sociedad inclusiva, al diálogo de lo diverso y la construcción concreta de la paz.

Decimos, desde la fraterna Venezuela, ¡presentes, y siempre consecuentes!



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Yldefonso Finol

Economista. Militante chavista. Poeta. Escritor. Ex constituyente. Cronista de Maracaibo

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