Auditórium

La corrupción en PDVSA, la fábula del: ¿Gato, y el ratón?

‘Moraleja: Nunca debemos confiar en alianzas que hizo el miedo. Una vez pasado el temor, valen un bledo’. Fábula del gato y el ratón. Este cuento de niños nos habla sobre la prudencia, y no creer a ciegas las promesas que se nos hacen en circunstancias adversas. En distintas partes de un tronco seco, hacían vida un gato, una comadreja, un búho y un ratón. Por necesidad ninguno abandonaba su refugio, aún cuando eran enemigos por naturaleza. Vivían desconfiando uno del otro, pero sin abandonar el lugar. Un día el dueño de la granja donde se encontraban decidió eliminar a los animales residentes en el tronco. Para eso, colocó varias trampas y una red en la pata del tronco seco. El gato, distraído, fue el primero en caer en las trampas del granjero. Comenzó a dar fuertes gritos al verse en peligro. El ratón sonreía alegre al escuchar sus alaridos. El gato estaba atrapado y él se libraría de uno de sus enemigos. El gato desesperado lo llamó y le dijo: "Si me dejas morir, el búho y la comadreja te van a devorar. Ellos quieren más que seas su alimento, que yo mismo. Pero si me ayudas, te prometo que te protegeré de aquí en adelante". El ratoncito lo pensó unos segundos y decidió liberar al gato. Al soltarse de la red, huyeron del lugar, juntos. Pasado un tiempo, el gato podía percibir que el ratón aun le temía, así que un día le preguntó:¿Aún me temes? ¿Crees que no recuerdo la promesa que te hice cuando salvaste mi vida? ¡No!- respondió el ratoncito- Pero tampoco se me olvida tú

instinto y que me prometiste eso en circunstancias desfavorables.

Fin de la moraleja, y la fabula.

Anónimo.

Hasta este 28 de marzo de 2023, altos funcionarios públicos, y empresarios acusados por los delitos de legitimación de capitales, están detenidos en relación con una trama de corrupción en la comercialización internacional de crudos de PDVSA, según lo informado por el fiscal general de la república.

En una rueda de prensa, el fiscal Tarek William Saab afirmó que en ese caso está involucrada directamente la superintendencia nacional de criptoactivos (Sunacrip), donde se logró detectar una red de funcionarios que valiéndose de sus cargos, y sus niveles de autoridad procedieron a ejecutar operaciones comerciales petroleras paralelas a PDVSA.

De acuerdo con las investigaciones, la superintendencia suscribía contratos para la carga de crudo en buques "sin ningún tipo de control administrativo ni garantías", violando las normas legales, y una vez comercializado el crudo, "se incumplió con los pagos correspondientes" a la petrolera generando un importante daño patrimonial a PDVSA. La declaración del fiscal general se produjeron después que el otrora poderoso ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, renunció en medio de señalamientos de corrupción, donde están imputados algunos de sus más cercanos colaboradores. El Aissami, que también fungía como vicepresidente sectorial para el Área Económica, argumentó que renunció para: "acompañar y respaldar totalmente" las investigaciones. Por ahora El Aissami, no enfrenta cargos. El Ministerio Público designó a cinco fiscales para indagar los presuntos ilícitos investigados por la Policía Nacional Anticorrupción.

A los detenidos, se le imputan los cargos de apropiación o distracción de patrimonio público, valimiento de relaciones de influencias, legitimación de capitales, y asociación para delinquir, además se le sumará el delito de traición a la patria.

¿El gato libre, y los ratones detenidos serán los responsables de esta trama de corrupción en contra de PDVSA? La sociedad venezolana está aburrida, y cansada de ver a los corruptos, jugar al gato y al ratón". Pues qué quieren que se diga. La frase del titular ya parece un cúmulo de despropósitos. Pero vayamos por partes. Empecemos por lo del gato, y el ratón. Las diferencias entre estos dos animales son grandes. No solo en peso y tamaño, donde aquellas son abismales, sino por su propia naturaleza. El gato es felino, cazador innato. Cuenta para ello con fuertes colmillos, y afiladas garras. Digamos además que los ratones forman parte de su dieta habitual. Estos últimos son roedores. Entre sus gustos culinarios se encuentra el grano, el queso, las sobras de comida, pero no la carne de gato.

A menudo, cuando un gato persigue a un ratón, suele jugar con éste hasta que acaba con él. El juego consiste en recortar sus espacios, arrinconarlo, dejarlo escapar… pero todo es una farsa, pues siempre acaba en las fauces del felino. Se dice que todo esto es un juego pero, ¡ojo!, aquí el único que juega es el gato. Para el ratón todo es miedo, pánico, terror. El juego es cruel y sádico. El juego infantil del gato, y el ratón consiste en tratar de impedir que el primero coma al segundo. Para los niños, y niñas es evidente que el bueno es el ratón, al que hay que defender, y el malo el gato, a quien hay que dificultarle la cacería. Pues bien, llegados aquí, si es como las investigaciones afirman: ‘El Aissami, y los altos funcionarios detenidos son el gato, y los ratones’, ¿quién es uno, y quiénes son los otros?, ¿quién tiene colmillos (la policía contra la corrupción, los tribunales penales, la fiscalía, y quienes no? ¿A quién hay que defender, y a quién obstaculizarle la caza?

El juego entre los ratones, y el todo poderoso estado venezolano es muy desigual. El segundo es por naturaleza felino. En su dieta, los ratones son algo esencial. El gato-revolución bolivariana, desde su propio nacimiento, ha comido camaradas, y a sus ex-aliados donde los ha encontrado. Sin ellos, la revolución, no hubiera podido nacer ni existir. Y hoy, a pesar de encontrarse políticamente vieja, y decrépita, este gat@-Estado no puede por decir lo menos, que seguir afirmándose como carnívora. Porque nadie, que yo sepa, conoce gatos veganos. Por eso el actual gobierno bolivariano no puede concebirse sino como cárcel, del pueblo sobreviviente venezolano por el caos económico.

La ciudadanía está aburrida, y cansada de ver jugar a la corrupción impunemente. Muchos, ciudadanos, manifiestan el estar aburridos, y cansados sentados, y bostezando, al ver este nuevo caso, con el gato mayor señalado, libre de polvo y paja. Desde hace unos 10 años no hay en América Latina un país en el que, como Venezuela se haya mantenido un nivel de debate, participación, movilización, y confrontación ciudadana tan alto. Las redes sociales expresan cualquier cosa menos aburrimiento. La política se vive por todos los rincones del país, cafeterías, centros de trabajo, y estudio, plazas,.. Así pues, ¿A qué sociedad se pretende engañar cuando se trata de distraer, a cual población con este nuevo escándalo: a la cubana, o/a la del medio oriente que nos coloniza, o a ese concepto-chicle de acusaciones que sirven para cualquier cosa, menos para solucionar los problemas?

Algunos alacranes del albañal han afirmado unas barrabasadas, de que esta trama de corrupción en PDVSA, está alentada, y conducida por María Corina. Las frontales críticas hechas en contra de esta opositora, por los agentes alacranes infiltrados en la revolución, cuyo único fin es para robar con impunidad, con estas falsas acusaciones, lo que hacen es propiciar la actual fuga de las principales empresas transnacionales productivas, que aun quedan en pie en Venezuela, y que la crisis no las hecho bajarse del carro. Estos alacranes son como esos falsos ‘pastores gozones’ que ven al Maligno en todo aquello que no comulga con su credo. Porque el alacranismo es así, cualquier movimiento liberador de esta crisis económica está infectado, menos el de ellos, el de la gran calma de la nación. Como lo he expresado mejor que nadie: "Estoy en contra de quien quiera hacer de Venezuela, una Cuba pequeñita…".

Claro está, si la solución para que acabe este aburrido juego del gato, y el ratón, no es someter a la sociedad venezolana a un totalitarismo felino hecho a la medida de las zarpas del poder, esta solución no es viable. Van ya 5 años seguidos de intentos de diálogo, y humillaciones, que lo atestiguan. La solución, es difícil, pero esta deberá seguir buscándose en la profundización, y mejora- de las vías democráticas, de movilización, y de la desobediencia civil. Sin estrategias no hay salida.

La solidaridad entre el sufrido, y sobreviviente pueblo trabajador venezolano es hoy esencial, porque ante lo que nos encontramos, no es tan solo ante una agresión a la economía venezolana, sino frente a una corrupción. Y de un recorte generalizado de las libertades democráticas de todo tipo. El objetivo es acabar con la disidencia, y la critica. Así de claro.

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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

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