Si la revolución no cambia la forma de hacer política social va perder las presidenciales de 2024

INTRODUCCIÓN

Lo que está pasándole al pueblo venezolano en estos tiempos no es fácil de tolerar. No sólo pandemia, bloqueos, medidas coercitivas, devaluación continuada, inflación permanente, pérdida recurrente del poder adquisitivo del salario, ofertas de incrementos salariales que nunca llegan, impunidad con delincuentes como Juan Guaidó que le han hecho daño al país, y ahora, una guinda para la torta: se develó una red de corrupción milmillonaria en dólares desde PDVSA, que la estiman alrededor de US$3 mil millones.

En ese contexto, Tareck El Aisami, uno de los superministros de la revolución durante el gobierno de Hugo Chávez y el de Nicolás Maduro, se vio en la obligación de renunciar como Ministro del Petróleo, por su cercanía al diputado y ex ministro Hugber Roa, ambos miembros de la Dirección Nacional del PSUV, y Joselit Ramirez, Superintendente Nacional de Criptoactivos, que lideraron ese hecho de corrupción petrolera.

De seguro van a pagar ante la justicia lo que tengan que pagar. ¡Vaya Dios saber desde cuándo venían robando el erario público nacional! El Fiscal Tareck Wiliam Saab informó que iban alrededor de 200 detenidos como parte de esa megabanda. A casi todos les están imputando el delito de traición a la patria entre otros.

Realmente, tenía tiempo que quería manifestar lo siguiente; y lo digo en un contexto duro para la moral del pueblo. No es querer hacer leña del árbol caído. ¡NO! No estamos para eso.

Lo que quiero expresar para la reflexión, a menos de 20 meses para las elecciones presidenciales, es que si los revolucionarios en el poder no cambian la forma de hacer política y de relacionarse con la sociedad venezolana, que en estos momentos está sufriendo, de seguro que la pérdida de popularidad será determinante para las presidenciales del 2024. Veamos porqué.

FALLAS HISTÓRICAS POR RESOLVER

Las máximas autoridades de la revolución deben entrar en reflexión. Comprender que hay que abrir un debate sincero, no impuesto, con las bases de los movimientos sociales, del Polo Patriótico y los sindicatos de bases, sobre temas como la corrupción, la verdadera transferencia de competencias al poder popular organizado y el tema de la pérdida del poder adquisitivo del salario, indistintamente de los factores que las generan.

Son tres de las grandes fallas estructurales históricas que aún seguimos padeciendo, todas enmarcadas en deudas de ejecución de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que los revolucionarios impulsamos y el pueblo aprobó hace 23 años atrás.

SINO CAMBIAMOS VAMOS A PERDER LAS PRESIDENCIALES DE 2024

La historia política y económica contemporánea de Venezuela nos está mostrando que la praxis gubernamental de estar emitiendo bonificaciones y regalos a la población como política laboral, es totalmente perjudicial para la clase obrera nacional. Porque el Gobierno está es para crear las condiciones para que los ciudadanos puedan trabajar, estudiar, adquirir sus viviendas por su propio esfuerzo y no anotándose en una lista y dependiendo de lo que decida un burócrata o un traficador de influencias en un ministerio. ¡NO!

Pero según la Constitución, el Gobierno está es para crear las condiciones para que la gente trabajadora gane un sueldo y salario digno y suficiente para vivir en bienestar permanente. No entrando y saliendo de la pobreza cada cierto tiempo, cuando se tenga plata para aumentar salarios.

Porque un país se saca adelante por medio del esfuerzo y trabajo de todos, pero se debe pagar bien, y no seguir dejando que el Estado, los empresarios y los políticos que mandan en las instituciones sean los que vivan bien, anden en buenos carros, buena comida, en clínicas y sus hijos estudiando bien, mientras la clase obrera ande arriando como sea para poder sobrevivir.

Ya basta de verlos como "votos que hay que amarrar", "como votos duros" necesarios para ganar las elecciones. ¡NO!

Porque está demostrado, que si la política del Estado es darle a la población una bolsa de comida, un bono cada cierto tiempo, surtiendo los tanques de agua con cisternas, subsidiando servicios públicos, regalando zinc, pintura y materiales de construcción como política pública generalizada, lo que se le está enseñándo a la población es a depender del Estado; a vivir pidiendo y rogando que les regale una medicina, un tratamiento o un examen de salud. Pero realmente, lo que estamos es mandándolos a la pobreza, a esclavizarlos para ser pobres. ¡Y eso hay que detenerlo!

SEAMOS VERDADEROS SOCIALISTAS

Porque si decimos ser socialistas, entonces el pueblo tiene el mismo derecho a alcanzar el mismo nivel de vida o progreso que los políticos a quienes ellos les dan sus votos para diputados, alcaldías, gobernaciones, concejales y ministros, entre otros. Tienen derecho a tener todos los mismos beneficios que los políticos ostentan.

Porque así como yo quiero un socialismo para que todos vivamos bien, también el pueblo quiere un sistema escolar parecido al que los políticos mandan a sus hijos, a las mismas clínicas, a los restaurantes, a los hoteles que los políticos van con sus familias.

Porque la historia nos ha demostrado, que los políticos en ejercicio de funciones públicas construyen sistemas de salud, educativo, de vivienda, de seguridad social para el pueblo, que ninguno de ellos ni sus familiares utilizan. ¿O es mentira?

Son sistemas públicos que mayormente son construidos por empresarios por medio de contratos multimillonarios con el Estado, donde se hacen ricos y a veces algunos corruptos reciben sus comisiones y también se hacen ricos como supuestamente ocurrió con los últimos políticos señalados de corrupción.

HAY QUE TAMBIÉN METER PRESO A JUAN GUAIDÓ

Lo insólito es que inmediatamente que se conoció la noticia de los casos de corrupción dentro del gobierno de Nicolás Maduro, salió el otro político inmoral de Juan Guaido, escribiendo en su Twitter, justificando el robo que él cometió diciendo lo siguiente: "Por cosas como la olla de corrupción del régimen es que protegimos el Oro en Londres y Citgo".

Ese es un político insensato que debería estar preso por traición a la patria y por corrupto, porque se cuadró con intereses extranjeros para robarnos Citgo y el oro que es el patrimonio común de todos los venezolanos.

EL PUEBLO YA NO AGUANTA MÁS

En fin, el pueblo ya no está para seguir aguantando más el maltrato de algunos políticos. No está para seguir siendo engañados y usados por politiqueros de oficio y corruptos. Los líderes de la revolución honestos al frente de los Ministerios, alcaldías y gobernaciones, que si los hay bastante y los conozco, deben actuar y demostrar más empatía por ese pueblo que sufre por muchas causas que ellos no originaron sino que se originaron en el sistema político venezolano.

¡No es hacerle un favor al pueblo! No es hacer para esperar aplausos del pueblo. Porque la responsabilidad como funcionario es servirles al que los eligió. No es darles a cambio de un voto, no es dar un bono, una medicina, reparar una escuela, regalar útiles escolares porque van a votar por mí. ¡No!

Los políticos en ejercicio de función pública saben que ese pueblo es el que elige, y no puede verse como un "mendigo pedigüeño" que cuando los ven pidiendo inmediatamente se esconden para que no los vea.

Los políticos insensatos deben salir del Gobierno, para que no sigan abusando del pueblo. Mucho menos, podemos tolerar que demagogos como Juan Guaidó y su combo sigan robando el país, así como lo hizo Hugbel Roa y su combo.

¡Más nada!



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

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