Pretensión de desalojo de Fundadanza

La Directora de Cultura del Estado Sucre, en el oficio del 14 de marzo de 2023, dirigido a la Directora General de FUNDADANZA, con motivo de la pretensión -legal o no-, de ordenar desocupar unos espacios de depósitos para utilizarlos como aulas de clases para UNIARTE, sucedió que algunos "críticos" de estas instituciones atribuyeran a otros un supuesto alejamiento de la senda de la cultura.

Como este reclamo no iba acompañado de las evidencias de tal alejamiento, yo un poco provocador, les pregunté a los que así hablaban, como se medía ese alejamiento, ¿Sería, tal vez, que en sus actividades, no estaban promoviendo la cultura –y todavía no la uso en mayúscula-, que esos críticos piensan que "hay que hacer"?

Pues, de ser este el caso, los críticos, estarían obligados a señalar los elementos caracterizadores de la cultura que "hay que hacer", o por lo menos la de esa que debía ser rechazada.

Como la cuestión surgió cuando la Directora de Cultura del Estado Sucre, señaló su intención de establecer un vínculo con FUNDADANZA, para realizar trabajos docentes, uno de los "separadores de la cultura" supuso que se trataba, más bien, de un rechazo a la relación con el gobierno de GILBERTO PINTO BLANCO, o sea –como dicen los chamos-, una especie de antioficialismo cultural.

Si fuera esto último, el asunto sólo merecería un ligero comentario, tipo PEDRO LUCAS, algo así como: "Hijo, hijo: fracasó el gobernador, los cultores se alejan de él". Pero mucho me temo que quienes hablaban de tal alejamiento, no lo hacían porque tenían simpatías con Maria Corina Machado –que, por cierto, parece el propio partido para los directores culturales sucrenses-, sino porque en nuestra UNIARTE, desde la acera del frente a la tendencia social de la cultura, y con la vieja excusa de darle preeminencia a un "oficio mal redactado", ha ido cobrando cada vez más la razón de la cultura es el objeto mismo, como expresión de la imagen cultural predominante y de las ideas que la respaldan, haciendo innecesaria cualquier discusión sobre su contenido, pues, esa cultura que "hay que hacer", es la CULTURA -en mayúscula-.

Tal postura, arraigada en el estado Sucre y en especial en Cumaná, como una inflorescencia tropical del tradicional espíritu humanístico europeo –ideología que llaman-, ve a la cultura como un esfuerzo de creacion personal, donde el "director", llevado por su genio, su espiritualidad y sus fundamentos culturales, generan ordenes de dimensiones gloriosas, que se desvinculan de los propósitos de su propia materialidad, para convertirse, gracias al particular lenguaje que manejan, en una orden a cumplir. Y punto.

Para blindar teóricamente esta arrebatada práctica al margen de nuestro maltrecho desarrollo cultural, sobran los "ductores", ubicados siempre, claro está, en el campo exclusivo de la ideología burguesa, es decir, desde el dato utilitario de la cultura: ¡Qué fácil resultó reducir la razón de la cultura a un simple dato utilitario.

No sé si los seguidores de estas teorías reconocen a la cultura que "hay que hacer" este propósito, pero en todo caso, algunos "asesores locales" no tienen muchas dudas en extender hasta ella esos principios que reconoce como cultura: no reproduce la realidad, sino que constituye una realidad, hablando sobre la idea de la cultura.

POSDATA

No se trata de fastidiarle el sueño a los seguidores de estas ideologías, pero me parece prudente llamar la atención sobre la enorme dificultad que tenemos en esta ciudad de Cumaná para hacer la cultura que "hay que hacer", cosa que tiene un ingrediente material pero también espiritual, entendiendo esto en el sentido de algo trascendental, referido a la suprasensualidad de las cosas. Y aunque parezca una gran impertinencia, me atrevo a señalar a los que no lo ven de esta manera, que la única cultura que "hay que hacer" en ésta ciudad le interesa hoy -viéndola no desde los deseos-, es aquella que permita resolver las necesidades y los problemas planteados por una sociedad pobre y atrasada que quiere avanzar hacia un bienestar colectivo, siempre postergado. Y ya aclaré el sentido amplio y profundo que le doy al término de la cultura que "hay que hacer".

REFERENCIAS

[1] www.aporrea.org/actualidad/a320477.html

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento¡