El año se va, es momento, sin desestimar acontecimientos de última hora, de ir haciendo un balance del 2022, y las prospectivas para el 2023. Cuando los historiadores necesiten bautizar este año, sin duda, el nombre será: "El Año de la Caída de las Caretas".
En este año se definieron con nitidez los campos políticos: el madurismo, sin ninguna vergüenza, ya se declaró en la práctica y en la narrativa como capitalista. Los voceros del madurismo ya no disfrazan el deslizamiento burgués, sin ningún rubor, ahora van a fedecámaras, nido de los capitalistas, le piden ayuda en la construcción económica. El Socialismo quedó como una palabrita incómoda, que debe ser usada sólo en actos muy escogidos, la "palabrita", indeseada se fue al desván del madurismo junto con el color rojo y los ojos de Chávez. Ahora se trata de calmar a los burgueses, que confíen en el madurismo.
La derecha gringa consiguió su contrafigura, madurismo y guaidosismo forman parte de la misma novela, del mismo engaño, los dos son capitalistas, los dos son actores de un juego que simula cambio para que todos siga igual. Los dos comparten apoyo a las medidas económicas, están de acuerdo con devolver el Sambil, con revertir la propiedad social, con descuartizar a pdvsa y privatizarla, con la especulación con el dólar. En eso, en lo fundamental, no difieren, ni un silbido en contra. Ahora sólo pujan por cuotas de la torta, por seguridad a sus fortunas, perdón a sus fechorías. Ya no hay caretas, el madurismo se mostró tal cual es, socialista nunca, desleal siempre.
El país se sumerge a paso firme en el tremedal capitalista. En esta etapa tratan de construir el estamento político, un nuevo pacto que respalde, cuide, lo ya logrado en el campo económico. En eso andan, con mucha dificultad en las conversaciones intermitentes, que son el signo de estos últimos días. En el madurismo se abren las grietas, la lucha interna hierve. Se sabe que los bandos en pugna allí adentro se reúnen en secreto con los gringos y otros países, no hay confianza, todos pueden ser negociados.
El imperialismo gringo, triunfante en la lucha contra el Socialismo, reclama su patio trasero, ya los rusos tienen las manos atadas en Ucrania, los gringos tienen vía libre aquí, ahora pasan a terminar la obra. Los gringos le lanzan un ultimátum al madurismo, o entra por el aro de la democracia burguesa, entiende la alternabilidad, o el madurismo debe salir por la mala. Esta es la situación en el final del 2022, la pugna por entregar a algunos de los bandos del madurismo.
El 2023 debe ser el año de las definiciones, de lo que pase este año dependerán los próximos cien años de Venezuela, el futuro se decide allí. Hay esperanzas, el chavismo auténtico salió de un duelo paralizante, entendió que madurismo no es chavismo, y pasó a la ofensiva, entra en combate, ya retomó su personalidad, su perfil disputa con la coyunda madurismo-guaidosismo. El madurismo que no tiene ideas justas, ni proyecto, que lo abruma la culpa de la traición, le teme al Chavismo, por eso atacan cualquier manifestación de vida del Chavismo. Ese odio, esa ofensiva es la muestra de su temor, huelen, presienten que el Chavismo auténtico, el del Plan de la Patria y el Socialismo, los derrotará a ellos y a su contrafigura el guaidosismo.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!
