En la sopa cultural de la aldea única no importa si eres conquistador o conquistado

Definitivamente el hombre evoluciona hacia una sola cultura, civilización única. La cultura es un sedimento de ideas y prácticas precipitadas en el devenir histórico. La cultura es historia condensada. No hay civilización si no hay un libro o una tradición oral que aculture el conocimiento. La cultura griega, específicamente homérica, fue oral inicialmente, como todas. Luego se hizo "culta": se leyó en libros cuando el cantar de los aedos se escribió. Ergo, se habla con propiedad de la civilización griega: transmisión de conocimiento oral, lectura de fundadores filósofos en libros, vivencia de costumbres guerreras, uso de armas de bronce o hierro, ideas sobre la familia, la belleza, el comercio, etc.

Los aztecas sacrificaban humanos y solían salir a cazarlos: pueblos circundantes eran sus objetivos, decapitados como flores ("guerra florida"). Los vikingos hacían lo mismo: en medio de sus bélicas prácticas y costumbre, los sacrificios humanos fueron preciados oír en el cielo el martillo de Thor. Los mismos griegos, padres de la razón, gustaban de tales holocaustos. Primitivos habitantes de Inglaterra, adoradores de árboles, bebieron sangre, como lo hicieron los mismos israelitas ante su dios único y hematófago. Hoy mismo los egipcios, indonesios y etíopes, para hablar de costumbres impresionantemente severas, practican la ablación de clítoris: abren los genitales de una femenina, los raspan en su interior, los juntan para un cierre y los hacen cicatrizar de una manera contranatural, colocándoles a la mujer una cánula para orinar, preservando así su castidad de cara a un matrimonio.

Son cientos de culturas y pueblos diferentes, con diferentes civilizaciones a lo largo del tiempo, hoy metidas en el saco global que es la Tierra. Algunas flagrantes con semejantes prácticas crudísimas, otras caducas. Y cuando se topan las caras unas con otras, entonces se critican, se chantajean, se creen unas más nobles que otras y se generan discriminaciones, fobias o cualquier otro tipo de ruindad. "Salvajes" exclamaron los primeros estadounidenses ante los pieles rojas; "animales", gente sin alma, proclamaron los españoles respectos de los aborígenes americanos.

Surge el INTERNET, la ventana al cultural mundo, era de las telecomunicaciones. Todos se miran entonces desde sus casas. Se estrecha el círculo de la convivencia. Se saludan; se guiñan. Se alagan o se critican los humanos entre sí; comercian o se hacen la guerra a veces por tales diferencias. El imperialista cristiano dirá que eliminará adoradores de Satanás en tierras próximas o lejanas. Se concuerdan entre sí o se rechazan, pero, como sea, lo hacen ahora porque se ven los rostros y se tasan sus costumbres a través del milagro de la inmediatez informática. Es decir, se construye la aldea global, la sociedad única, donde todavía persisten desacuerdos, entuertos por procesar. Se perfila un mundo único y los que aún no han abandonado "resabios" de su historia, como Etiopía con sus ablaciones, pronto serán hechos pretéritos, librescas o informáticas lecturas.

El mundo único, pues, se perfila, sin nacionalidades culturales. Habrá cientos de países, pero una sola cultura, civilización. La civilización humana. Y sobre este poder, el hombre se trascenderá desde su globo terráqueo hacia la busca de otras civilizaciones, interestelares, ante la cual se presentará con un código comunicacional único, como raza humana, terrícola únicamente.

El día de la Resistencia Indígena en Venezuela (más justo es "aborigen"), como nueva construcción cultural, revolucionaria, en el marco de reconocer la lucha y resistencia aborigen contra los diferentes que llegaron a exterminarla (conquistadores españoles), no habrá ni podrá nunca abolir a fuerza de denuestos la parte antagónica, así el denuesto sea el más justo en virtud de su crueldad. Como los romanos cuando conquistaron Grecia y se imbuyeron de la cultura griega, convirtiéndose en griegos ellos y griega a la humanidad después, así mismo el conquistado hoy día es el mismo conquistador de ayer. La cultura occidental es la que prepondera. Se lee aborigen-español-romano-griego, y así mismo se piensa, se vista guayuco o pantalones.

Lo dicho, pues: el mundo se supera y camina hacia una decantada sopa cognitiva, única esfera. Lo venezolano y latinoamericano es una conciencia en pugna de lo conquistador e indio en tiempos de sedimentación cultural, pero es una definición que se sumará al todo cultural mundial en su momento futurista, atisbando entonces destellos históricos o librescos de un modo peculiar que un día fue. El mundo es un gran licuado de culturas fenecientes en pos de un cauce universal. La inevitable historia de la humanidad proyecta el futuro.



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Oscar J. Camero

Escritor e investigador. Estudió Literatura en la UCV. Activista de izquierda. Apasionado por la filosofía, fotografía, viajes, ciudad, salud, música llanera y la investigación documental.

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