Caso Carlos Lanz: visceralidad y antimadurismo

Hasta el día 5 de julio se creyó que el gobierno en relación al caso del profesor Carlos Lanz, había actuado de manera injusta, sobre todo cuando se detiene a quienes según el ministerio público, eran sospechosos de haber participado en el crimen de dicho profesor. Bastó esto para que grupos políticos, sindicales e individualidades creyeran que estaban legitimados para arremeter en contra de las instituciones y las personas, para ellos, supuestamente responsables de la desaparición del profesor en cuestión.

Es así como surge, el papel justiciero de quienes viven a la defensiva y sin saber la realidad policial y de investigación del caso, dejaron salir su instinto protector, sin darse cuenta de que estaban echando culpas a quienes no la tenían, tal como quedó demostrado según los resultados presentados por el fiscal general de la república, el día 6 de julio a través de los medios de comunicación. Como se dice coloquialmente, el fiscal general, "les mató el piojo en la cabeza"

Muchos quisieron aprovechar el caso Carlos Lanz para la politiquería, mostrando una solidaridad hacia los detenidos, que no era más que la oportunidad de emitir calificativos de desprestigio hacia el gobierno. Es decir, pretendieron crecer a expensas de la ferviente defensa de los que estaban siendo detenidos por supuestamente participar en un crimen; debo decir que esa defensa es el producto del enojo y de la visceralidad que les produce quienes son gobierno y sobre todo quien preside el país.

Pretendieron beneficiarse de este caso, tratando de ganarse las simpatías de sus lectores y sus seguidores políticos, sin embargo, quedaron muy mal parados. Si se quiere fue un acto irresponsable producto de una reactividad a flor de piel. Es aconsejable que las situaciones adversas, las propias y las de quienes les siguen, deberían ser respondidas de manera proactiva y asertiva, sin necesidad de que aflore su enorme visceralidad, arremetiendo, con desconocimiento de causas y razones, contra quienes no son de su simpatía política.

A manera de cierre, dejo esta historia que refleja la actitud de quienes se atreven a emitir opiniones, sin ver la realidad de la situación. "Un viejo pescador vivía completamente solo en una playa alejada del pueblo. Cansado de discusiones, conflictos y peleas, llevaba años sin relacionarse con nadie. Se había convertido en un hombre frío y distante, que pasaba los días leyendo y pescando. Un día salió a navegar con su pequeña barca en alta mar. De pronto apareció un bote que chocó frontalmente contra el del pescador. Se asustó tanto que cayó al agua. Mientras nadaba para volver a subir a su barca, empezó a maldecir al tripulante del otro bote. "¡Pero ¿cómo has podido chocar contra mí?! ¡Con lo grande que es el mar! ¡Maldito seas! ¡Ya verás cuando te agarre!". Al conseguir sentarse y recuperar la compostura se dio cuenta de que allí no había nadie más. Era un bote a la deriva. El viejo pescador estaba empapado, rabioso y sin nadie a quien culpar. De pronto, por primera vez en mucho tiempo, se rio de buena gana. Algo en su interior le hizo reflexionar sobre la situación vivida. Y esa misma tarde se tomó unos tragos en el bar del pueblo"



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Jesús Rafael Barreto


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