La política es muy rara, y cuando se ejerce sin conocimiento de causa es más rara aún. Son muchas las sorpresas que reserva para los improvisados, el río de la política los lleva a destinos insólitos. Por ejemplo, quién iba a creer que el PSUV, el partido que alguna vez fue de Chávez, ahora en manos de estos gaznápiros terminara siendo la nueva Acción Democrática.
Acción Democrática fue en su momento la expresión política de los pobres, campesinos, obreros, marginales, al servicio de la burguesía, fue el eje rector de la política en tiempos de rentismo, del bipartidismo puntofijista. Con el correr de los años el esquema de la democracia burguesa rentista se agotó, y surgió el chavismo como representante de los desposeídos, campesinos, obreros, marginales, pero ahora al servicio de una nueva organización social, del Socialismo. El PSUV de Chávez, bajo su dirección, fue entonces el Partido de la Revolución.
Desaparecido el Comandante, comenzó un proceso de desmontaje de su pensamiento y de su obra. En lo económico prevalece, ahora, la propiedad capitalista, las zonas económicas especiales son ejemplo triste de esta conversión, el desmantelamiento de pdvsa es preludio de la subasta de las riquezas de la nación. En lo social se arrasaron las Misiones, se perdió la organización social, el espíritu de fraternidad, la conciencia de pertenencia a la sociedad, a la humanidad. Por supuesto que este salto al pasado debía -tenía que- venir acompañado de su correspondiente político.
Se trataba de adecuar la política a la nueva forma de dominación capitalista. El madurismo intentaba restaurar la forma democrática capitalista rentista, es verdad que con poco éxito, es verdad que el principal obstáculo es la misma esencia marginal del madurismo; sin embargo, avanza en ese rumbo. La transformación del partido de Chávez, Socialista, en el partido de diosdado y de la cúpula madurista, al servicio del capitalismo, sigue su curso con éxito. En las últimas y raras primarias del PSUV para elegir candidatos a gobernaciones y alcaldías, afloraron los daños a los valores que alguna vez tuvo el partido de Chávez: las trifulcas, las peleas, por la disputa de los puestos mostraron el rostro del partido tallado a la sombra del clientelismo, de la pérdida de calidad ética, de ausencia de conciencia de pertenecer a un instrumento para causas nobles. La bajísima asistencia a ese evento es categórica: esta versión de diosdado y el madurismo tiene que ver más con acción democrática que con el Partido de Chávez.
La fragmentación del partido, de su sustitución por una plataforma de internet que con un carnet pulveriza el sentido de pertenencia al partido, el daño de la conducta de los dirigentes, de las acciones del gobierno hacia las salidas individuales, está demostrado, hicieron el milagro de transformar al partido de Chávez, en la ad, la acción democrática, de estos nuevos tiempos. La política es rara, es implacable, al regreso a la cuarta corresponde una acción democrática, y en eso se intenta transformar el PSUV sin que nadie oponga resistencia. Allí están las mismas triquiñuelas, los mismos cabilleros de ad, el mismo apoyo a "la lógica del capital". De esta manera, ramos allup, bernabé, quedarán por fuera del juego.
Está por verse si esta situación de la transformación del PSUV es capaz de parir a un MIR, si allí dentro todavía hay reservas de lo que fue ese glorioso partido, si Chávez aún vive en el corazón de algunos militantes y dirigentes.
¡CHÁVEZ PSUV!
