La Tecla Fértil

Bolivarianismo, la tablilla de barro cocido se descose

No existiría la política sin cierta dosis de demagogia, el problema es cuando se llega al triunfo, con una sobre dosis de este combustible imprescindible en la conquista de la voluntad popular.

Cuando se va con la verdad a cualquier precio, seguramente aquel que hace de sus promesas un camino lleno de rosas obtendrá el triunfo y aunque seguramente "la mentira tiene patas cortas", es muy probable que invente nuevas artimañas para seguir en la cresta de la ola manteniendo sus privilegios.

Quien participa de la política, sabe que más temprano que tarde, parte de sus análisis auspiciosos quedarán por el camino, la realidad siempre es muy fuerte y deja al descubierto que aquello que parecía muy fácil de concretar termina siendo una piedra en el camino.

Si preguntamos a cualquier postulante siempre estará en su discurso terminar con la pobreza, la indigencia, la inequidad social, las injusticias y seguramente prometa igualdad, mejores condiciones de vida acortando la brecha entre pobres y ricos, desamparados o privilegiados; pero el resultado siempre aparecerá al final del camino apartándose enormemente de lo esperado. Actualmente presenciamos un cúmulo de ofertas demagógicas que parecen muy poco probable de cumplir, sin embargo, hay mucha gente que compra de la misma forma que nos dejamos embaucar por un producto de mala calidad en un comercio.

Lo que más me duele es que a los votantes nos traten como tontos o fáciles de convencer, con argumentos que se caen antes de nacer e incluso con la reiteración de los mismos argumentos utilizados 5 años antes y que no fueron respectados en absoluto durante el desarrollo de su gobierno.

Los presidentes de Latinoamérica hacen gárgaras de un futuro prometedor, pero, cuando revisamos sus planes de gobierno observamos más pobreza, elevada desocupación, deuda externa e impago de bonos. Algunas veces se mofan o dan la sensación de mofa a sus propios seguidores, me refiero a nuestra inteligencia.

Es que, tenemos dirigentes de muy baja capacidad intelectual.

Lamentablemente la política venezolana que se dice llamar bolivariana, con cierto grado de prudencia reproduce formas similares de promesas a sabiendas de su posible incumplimiento, creando falsas expectativas en la gente, que a mediano plazo terminará mellando la credibilidad del sistema democrático y generando elevados rechazos en la sociedad, que terminan en bronca contenida, pero que puede ser utilizada por gente inescrupulosa.


Recomiendo un libro de Marcos Chicot (2016), sobre "El asesinato de Sócrates" de donde he extraído algunas afirmaciones que pueden mejorar nuestro entendimiento de lo que sucede respecto a este tema.

Por ejemplo en un pasaje Eurípides dice "la democracia puede pasar a ser la dictadura de los demagogos" dejando en evidencia que si esta es la forma de conseguir objetivos para llegar al poder de cualquier manera, podemos terminar siendo cómplices de defender una democracia deformada, casi totalmente opuesta a su propia definición.

En otro párrafo dice "nunca faltaron demagogos dispuestos a intensificar las pasiones del pueblo para erigirse después como sus portavoces con el único fin de obtener influencia, reconocimiento y poder", siendo tan verdad que no admite clasificación de derecha o de izquierda, todos recurren al maniqueísmo de hacer diagnósticos sesudos para luego ofertar soluciones grandilocuentes para tener el reconocimiento de sus posibles seguidores, aunque sean en forma coyuntural.

Culmino con la frase prestada que dice una gran verdad "que terrible es la diferencia entre el gobierno de la justicia y la tiranía de los más convincentes" dejando sin velo una realidad que traspasa el concepto del poder en su máxima concentración, para defender la necesidad del respecto de las minorías como forma de asegurar que debemos escuchar su voz como contraposición al pensamiento único.

No podría realizar un análisis detallado de que afirmaciones electorales son demagógicas y cuales son realmente racionales, basadas en un profundo análisis de su viabilidad, muchas veces la ignorancia de quienes hacen ofrendas a los dioses sin tener donde caerse muerto, arrastran a otros incautos o distraídos que no quieren quedar sin subirse al carro de las oportunidades de la historia.


Espero que la demagogia ocupe un lugar muy reducido en las propuestas y solamente sea parte de las utopías que deben nutrirse de lo posible sin dejar de pensar en lo imposible, como ejercicio de abrir la mente.

Durante muchos años salía de madrugada hasta con cierto placer pensando que le estaba ganando horas al trabajo y me sentía feliz de ver como personas de diferentes oficios, formación e incluso realidad personal, se sentían iguales porque íbamos con un objetivo común, trabajar para lograr mejores condiciones de vida para cada uno y además contribuir con nuestros aportes a mejorar la sociedad.

La realidad actual me lleva a tener temor de ir a la parada temprano o salir de noche para volver tarde, y si bien a esta altura te roban a cualquier hora, siempre pensamos que el riego personal es mayor en horas nocturnas.


De cualquier manera lo que me preocupa más es haber llegado a la madurez de mi vida con un balance tan negativo en-cuanto ver las pérdidas ocasionadas por tantos robos, que si los sumara serían más de 15 los observados en mi urbanización y si bien ando cerca de los 70 creo que igual, como han sido en los últimos 20 años

Ustedes pensaran que lo que más me molesta es la parte económica, pero en realidad no es solo el valor perdido y su recuperación, me han quitado parte del disfrute de andar en bicicleta, mirar una buena película o escuchar una música que me alegre el alma.

Me dio lástima ver al teniente de la milicia bolivariana de mi jurisdicción cojeando y todo mal, físicamente con un grupo de mujeres con machete, cortando el monte en una casa para niños especiales que no ha sido entregada al gobierno central y sirve de reunión a los colectivos y quienes reparten algunas cajas CLAPS, da vergüenza verlos, porque no le garantizan ni el alimento por jornada de ejercicio militar.

La verdad que hay momentos que desearía apartarme de esta sociedad que se va deshilachando día tras día, en violencia, drogas y con un tejido social poco confiable, sin embargo, siempre pienso que se puede revertir la realidad actual, con decisión y sin prejuicios. Esto no es socialismo, menos democracia.

Nos alejamos cada vez más de la humildad, hacia la soberbia.
La DEMOCRACIA, es una Universidad. Un espejo donde se refleja el pueblo. Los gobernantes, son los profesores de esa Democracia. Hoy por hoy seguimos en el retroceso del siglo XXI. Simple caudillismo.

El caudillismo, se ríe de la Constitución y las leyes. De las mismas autoridades.

No se le da pelota ni al presidente. Expresa claramente su desdén por el otro. Vive y se regodea en su feudo, en detrimento del sentido de unidad. Simplemente corroe el sistema.
No quiere seres pensantes; pese a que dice a voz en cuello; que forma espíritus críticos en sus programas educativos. También en sus programas de gobierno. Pero estos espíritus críticos, no son de los que conocen todas las posiciones. Ni pueden por sí, elegir lo mejor, para fortalecer ese entramado social, de paz y progreso, que une a una sociedad. Son espíritus críticos, pero desde otro ángulo: fustigadores. Fustigadores de todos aquellos que: sino están conmigo, están contra mí. Espera las consecuencias.


Así no se forman ciudadanos libres. Se forman hordas fanatizadas, vasallos, servidores irreflexivos, que deben acallar el disenso de los otros. Se privilegia el sistema de los caprichos, por encima de la propia ley. No hay diferencia con las dictaduras militares, son radicales y acallan la oposición, porque también, como los militares, son de moral acrisolada, depurada, clara, definida, limpia. Y los otros son espurios. Por ello hay que llevarlos al monte Taigeto. Allí donde los espartanos, celebraban sus famosas fiestas dionisíacas y también arrojaban a todos aquellos niños que, al nacer, denotaban una complexión débil. Está la burla diaria de cada día.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

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