Está en nosotros, con nosotros, sí llegó con nosotros y está con nosotros

Identidad nacional, diversidad cultural e interculturalidad

I

Aluden algunos por allí a un poeta indígena nahua, con el propósito de descalificar de un plumazo un legítimo liderazgo histórico, nacional, continental y planetario. Por el contrario el poeta, más bien pareciera interpretar nuestro momento político de la Venezuela actual. Aparte de ello, a lo interno del país y del continente, Chávez es equipo, liderazgo colectivo, nacional y continental, como termina de anunciarlo el presidente reelecto Rafael Correa al dedicar su contundente triunfo en las elecciones de Ecuador al Presidente Hugo Chávez.

“¡Caminemos solos!”, señala…viendo el futuro, instrumentando su presente ancestral. En el aquí y ahora.

(Como decir, con nuestros propios pies y no con los pies prestados de las metrópolis imperiales y colonialistas, ¡Somos libres, somos Independientes, tenemos Patria! agregaría la voz del Comandante).º

Luego continuaba diciendo:

“A veces pienso que los indígenas esperamos a un hombre,

Que todo lo pueda y que todo lo sepa y que ayude a resolver todos los problemas. Pero ese hombre que todo lo puede y que todo lo sabe, nunca llegará:

¡Porque vive en nosotros! ¡Se encuentra en nosotros!

(y con nosotros)ºº

Empieza a despertar, empieza a caminar”….


II

Túpac Katari, dijo que volvería, hecho pueblo: ¡Volveré, volveré y seré millones! (“Un pueblo que oprime a otro, no será libre jamás”, sentenció). Neruda dijo que Bolívar despierta cada 100 años cuando despierta el pueblo. Cruzando fronteras para liberar y no para conquistar y colonizar…a imitación de Alejandro Magno o de Napoleón… Otros anuncian el regreso de Quetzalcóatl… Venezuela dice ahora, ¡que todos somos Chávez!. Un sentimiento nacional, personal y colectivo de identidad, hace que caigamos en la cuenta que los líderes históricos, con sentido de trascendencia en la lucha y en los proyectos de largo alcance, lejos de paralizar, movilizan. Lejos de suplantarnos, nos reafirman, pero reafirmando nuestra propia cultura, nuestra propia historia, nuestra identidad personal y colectiva. Patria Chica y Patria Grande se encuentran, se abrazan con todos los tiempos de nuestra historia y nos hacen continente. Pero también Patria libre, independiente y soberana.

Entre el 27 de febrero de 1989 y el 4f de 1992, se removieron todos los tiempos de nuestra historia y se hicieron presentes entre nosotros con un alto sentido de contemporaneidad: poblamiento indígena originario, conquista y resistencia, colonia, independencia, república, Gran Colombia, Congreso de Panamá. En un ¡Por ahora! entendimos que era la hora de la patria y de la independencia definitiva. Aquello iba más allá de Las Tres Raíces. Que Patria chica y Patria Grande, son complementarias. Que sin pueblos originarios del pasado y del presente, no hay -ni habrá- una identidad nacional incluyente, dinámica y participativa. Que sin diversidad cultural, sin el carácter plural, multiétnico, sociodiverso, no se entenderá nunca nuestra unidad nacional y continental. Que sin un proceso de inclusión cultural de todos los sectores que han conformado la venezolanidad y de construcción participativa de la equidad intercultural, no habrá posibilidad de elaboración de métodos horizontales para salir del laberinto colonial de la ideología de la “cultura única mestiza” y del “criollismo” elitesco, blanqueador, mestizante-desmestizante, racista-clasista, patriarcal y excluyente de “lo más originario, antiguo, constante y específico del país y del continente en todo su devenir histórico”. Su “América Latina”, “Hispanoamérica”, “Iberoamérica”, siguen siendo excluyentes de la América India (Indoamérica o Abya Yala) y de la misma Afroamérica. Sólo ven hacia Europa por el lente excluyente de lo grecorromano y judeocristiano. Sólo ven en una línea recta y etapista: pre modernidad, modernidad y post modernidad, mientras el planeta se cae a sus pies.

Se quedan, secuestrando la geografía y la historia con una palabra tecnocrática entre sus labios: vivo en un lugar inexistente y… además, me enseñaron que “lo que pasó, pasó”. Pero no se dan cuenta, que lo que pasó a partir del 12 de octubre de 1492, nos viene pasando, nos sigue pasando, nos sigue negando y pisando nuestras huellas ancestrales. Por eso nos llevan a vivir sin sentido de la geografía, la historia, sin identidad local, regional, de país y de continente, sin sentido del macrocosmos, que hay en el microcosmos, sin entender desde lo micro que lo macro vive en nosotros, está en nosotros y en la comunidad. Todos somos, tierra y cielo. Estamos formados de agua y sol, de bosques, territorios y paisajes interminables, pero también en el decir de Whitman, de pájaros y cuadrúpedos. Ahora, hay quienes se apropian de la tierra y del cielo para imponernos su camisa de fuerza –o de seducción mediática- del capitalismo neoliberal o de cualquier discurso único de Occidente.

III

En definitiva, nunca caminamos solos, dentro de las filosofías indias del Buen Vivir (y las cuales no se limitan a los Andes): Caminamos con el sol, en la noche con la luna y el titilar de una estrella en particular, hace camino. Caminamos con nuestros antepasados y con el viento. Su soplo más cercano viene de lo más lejano y va hasta lo más lejano. Ni una palabra, ni un gesto, ni una sonrisa se pierden en el entramado del universo. Así lo vieron también Walt Whitman y Teilhard de Chardin. Pero lo vienen diciendo desde milenios las filosofías indígenas de Abya Yala, que otros llaman América.

El autor es: Asesor de la Dirección General de Educación Intercultural del Ministerio del Poder Popular para la Educación

º Los dos paréntesis, son agregado nuestro.

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Saúl Rivas-Rivas


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