Rupturas y secuencias

La coyuntura electoral del 7 de Octubre y el proceso bolivariano

Pese a que todavía hay mucha gente en Venezuela en funciones de gobierno que no termina de acoplarse a la idea que la revolución socialista es básicamente participación popular -por lo que cualquier orientación en este sentido es considerada como una amenaza, no obstante que el Presidente Hugo Chávez llama a profundizarla y a consolidarla cada día- la actitud es totalmente contraria entre los sectores populares, puesto que los mismos han entendido que sin los cambios hasta ahora propiciados no tendrían la oportunidad de una vida más digna. Es por esto los comicios presidenciales del próximo 7 de octubre representan un reto decisivo para revolucionarios y chavistas progresistas, asumiéndolo con sentido histórico para lograr, precisamente, que esta participación popular sea un hecho real cotidiano, con lo cual se estaría evitando el avance de la contrarrevolución representada en los partidos políticos tradicionales y emergentes de la oposición. De ahí que resulte imprescindible que los diversos grupos políticos y sociales que acompañan al proceso revolucionario bolivariano se inserten en las luchas populares, minimizando la negligencia burocrática presente en algunas instituciones públicas y activando la necesidad de un cambio estructural definitivo del actual Estado venezolano mediante una nueva actitud y una toma de conciencia realmente revolucionarias.

Adicionalmente, revolucionarios y chavistas progresistas tendrían que desmontar la campaña mediática manejada por el candidato opositor quien busca convencer a la amplia población venezolana que con él de presidente se mantendrán las diversas conquistas populares, sobre todo las Misiones sociales, algo que resulta contradictorio y difícil de creer, sin que sea afectada la soberanía nacional y el control extranjero de la industria petrolera, dado los intereses que representa como agente del capitalismo sionista-imperialista. Basta recordar su participación en los hechos desencadenados por el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 cuando acompañó el asalto a la embajada de Cuba en Caracas para darse cuenta del verdadero talante de este personaje de la política venezolana. Tal asunto no debe dejarse de lado, adoptando revolucionarios y chavistas progresistas una posición triunfalista, como tampoco olvidar la enorme deuda social acumulada bajo el anterior régimen puntofijista, lo cual impone ser exigentes con los gobernantes y funcionarios públicos que únicamente se han dedicado a usufructuar el poder, sin producir nada verdaderamente significativo respecto a la aceleración y la profundización de la revolución socialista.

Al respecto, cada uno de los revolucionarios y chavistas progresistas está llamado a deponer posiciones sectarias y/o personales en función de asegurar la victoria electoral contundente que debe lograrse el 7 de octubre venidero, con movilizaciones y actividades que incluyan a los sectores populares, puesto que ellos serán la vanguardia revolucionaria en esta nueva contienda electoral, teniendo que articular esfuerzos que vayan más allá de simplemente asegurar el voto para el Presidente Chávez. En razón de ello, las Misiones sociales presentes en cada comunidad tendrían que cumplir un papel destacado, incentivando en sus participantes la comprensión adecuada de la coyuntura electoral que se le presenta al país con el objetivo de lograr una mayor cohesión respecto a la defensa del proceso revolucionario bolivariano.-


¡¡¡REBELDE Y REVOLUCIONARIO!!!
¡¡Hasta la Victoria siempre!!
¡¡Luchar hasta vencer!!

(*)Maestro ambulante.

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Homar Garcés(*)


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