Sobre Libia / África y el Medio Oriente

º DEVALUACIÓN RACISTA O LA JUSTIFICACIÓN DE LOS INVASORES, AYER EN AMÉRICA, HOY EN ÁFRICA (pero…hoy también en América)

Del movimiento pro-cátedra intercultural César Rengifo – Coordinador del Proyecto Intercultural Guaicaipuro … Estos comentarios van dirigidos a algunos analistas occidentales que ahora descubren que Libia no tiene ni nación, ni Estado sino tribus. Y otros más descarados, como Teodoro Petkoff, que claman por una invasión imperialista para Venezuela… Para colmo de los colmos. Entonces, ¡que siga el mar de sangre, sudor y lágrimas!

Me cae como anillo al dedo un viejo comentario de Esteban Emilio Mosonyi:

“ No sé hasta cuando nos marean con eso de “primitivo”, “salvaje” , “bárbaro”,“ incivilizado” “tribu”, “tribal”, “destribalizar” y tantos otros epítetos del argot del racismo imperial y colonialista. Espero que al tratar de corregir todas estas aberraciones no sea demasiado tarde”..
Esteban Emilio Mosonyi (Auditorio de Humanidades. UCV.1979.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

A veces hay que llover sobre lo mojado, sobre todo para barrer con lluvias intensas esas piedras calcificadas de los catecismos y de los dogmas esclerosados que obstruyen el cauce de los grandes ríos. Al obstruir el cauce de los ríos y de los sumideros, vienen las inesperadas vaguadas e inundaciones. Por eso es preferible salir del plano de las ortodoxias para apelar a las ortopraxis. Vale decir, a una prioridad de la vida sobre lo concebido. A una prioridad de lo vivido sobre lo leído, como lo sintiera y viviera en carne propia Efraín Hurtado, antropólogo y poeta del llano. Por eso ninguna teoría es intrínsecamente revolucionaria al margen de la realidad. Y tampoco ningún topo ciego de los pragmáticos, vistos como simples muchachos de mandado.

SOBRE LAS MÚLTIPLES JUSTIFICACIONES DE LOS INVASORES

Entre las múltiples justificaciones que pueda dar el occidente capitalista, imperialista para intervenir en Libia, en cualquier parte de África o del Medio Oriente, se encuentran en el plano ideológico una serie de categorías racistas, eurocentristas y clasistas, que muchas veces pasan desapercibidas, sobre todo, porque la izquierda eurocéntrica las sigue manejando tan igual como la derecha. Esas tesis estereotipadas, ya lo hemos dicho, tienen que ver con una visión del mundo, de la historia, de las sociedades, del conocimiento y del desarrollo, que nuestros dominadores manejan en forma unilateral y justificatoria a sus políticas de intervención prolongada e indefinida sobre pueblos, culturas, civilizaciones y clases sometidas.

EUROCENTRISMO FILOSÓFICO, IMPERIAL E IMPERIALISTA

1.-La primera y más marcada tiene que ver con el tipo de razón y de lógica dominante. A pesar de que Lucien Levi Brhul después se retractó de su arbitraria clasificación entre sociedades prefilosóficas, pre-políticas o irracionales, sus alumnos continúan en la procesión del racismo-colonialista. Hay incluso quienes de una manera más refinada hablan hoy de la necesidad de una “aceleración evolutiva” o por “revolución social” y cuando no por una brutal intervención extranjera para que ciertos pueblos accedan por fin a la llamada “razón segunda” de Occidente. Una manera sutil de referirse a la razón científica e instrumental y al modelo de cientificidad que ha fracasado y desequilibrado el planeta. Recordaba recientemente Enrique Dussel, que a él mismo le costó para que muchos filósofos amigos suyos, se pronunciaran contra la reciente intervención norteamericana en Irak. Destacando que más del 80% de los filósofos son eurocéntricos y por tanto capaces de justificar cualquier atrocidad contra los pueblos, civilizaciones, culturas y clases subalternas. Ludovico Silva, en sus últimos años, comenzaba también a incursionar en este campo. Y por tanto a dudar de la eco-etnogenocida “razón segunda” de Occidente. Y a poner en claro la especificidad de nuestros procesos de independencia frente a la dominación capitalista occidental y el colonialismo europeo.

Un elemento clave de la descolonización está en entender que no hay pueblos, culturas o civilizaciones globalmente desarrolladas y otras, globalmente atrasadas. Todos debemos aprender de todos, de las posibilidades y de las limitaciones. Y aquí está el nudo estratégico de la interculturalidad, pasando por el reconocimiento de nuestra diversidad cultural. Superando ese viejo escalafón aristotélico entre superiores e inferiores por naturaleza. Hay que desaristotelizar el sistema educativo, decía Cecilio Acosta, si se trata de impulsar la educación para todos.

EUROCENTRISMO ANTROPOLÓGICO

Otra posición todavía más peligrosa tiene que ver con un colonialismo antropológico que por influencia de “La sociedad antigua” de Lewis Morgan, periodizó a la humanidad en salvajismo-barbarie-civilización, dejando los pueblos indígenas de su momento histórico clausurados en una “fase” o “período” de la historia o de la cultura. Ese cuento de que hay pueblos hoy, contemporáneos de la llamada prehistoria.

Complementario del eurocentrismo filosófico que dio tanto para la izquierda como para la derecha con esa falsa periodización, hasta procesar los pueblos indígenas actuales como parte del llamado “comunismo primitivo” o de la escasez, en oposición a un supuesto “socialismo científico” y más allá de la transición, un “comunismo” de la super-abundancia de bienes. Sin embargo, el argumento de la derecha fascista contra el socialismo del siglo XXI sigue siendo el mismo que el eurocentrismo pseudomarxista atribuye a los pueblos indígenas. La derecha antisocialista acusa al marxismo de “querer igualar hacia abajo y en la miseria” al despojar al capitalista de sus groseros privilegios.

Hasta el propio Engels ya había aclarado en el primer capítulo de “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, que tanto él como Marx habían dispuesto de los conocimientos antropológicos de Morgan hasta tanto la nueva antropología arrojara nuevos resultados. Así como Marx había aclarado que tanto él como Engels eran responsables de que sus alumnos le hubiesen dado al principio más importancia a los factores económicos de los que realmente tenían: muchos discípulos siguen hoy en el discurso del desarrollo indefinido de las fuerzas productivas y en la nefasta periodización de Lewis Morgan, mientras el planeta cae degollado a sus pies. Esto a pesar de las aclaratorias iniciales, tanto de Marx como de Engels. El capitalismo traerá como consecuencia –decía Marx- la ruina de la tierra, del mundo del trabajo y del hombre.

Casi siempre son los discípulos los que echan la vaina para proteger los frijolitos del catecismo huero de las ortodoxias. Tal vez por ello Jesús no se autodefinía como cristiano y mucho menos como jesu-cristo o “jésu-cristiano”. Una sola cosa sé y es que yo no soy marxista, decía el propio Marx. Darcy Ribeiro se retractó de su ideología de “Los pueblos Nuevos” o sin raíces, en los cuales clasificaba a Venezuela, Colombia, Brasil y El Caribe. Pero le quedó clavado hasta el alma en los tuétanos de su neoevolucionismo unilineal el cuento de los llamados “Pueblos emergentes”, donde metía a África. Señalando la necesidad y urgencia sea por evolución, por revolución o por intervención colonial extranjera para salir de las supuestas “sociedades tribales” y entrar en la fase de “Estados Nacionales” (y tener de esta manera una puerta de acceso a la llamada “civilización” o la cacareada “modernidad”). Vale decir, lo que Occidente llama "actualización histórica".

EL VIEJO CUENTO DE LOS “PUEBLOS SIN HISTORIA” Y “LOS ÚNICOS CON HISTORIA”

La vieja visión hegeliana de que los únicos pueblos con historia son los pueblos con Estado y con un Estado fuerte, pero a imagen y semejanza de Occidente,(con los nacientes Estados Nacionales) ha echado raíces hasta hoy. En tiempos de nuestra independencia, para Hégel aquí no había Estado, ni nación, ni historia. Volvamos a recordarlo para entender lo que hoy pasa en África y en el Medio Oriente. Hasta nuestros Libertadores eran monos sin rabo. Pero al fin y al cabo, también eran monos o como se dice hoy, sudacas de ayer. Lo importante a destacar es que el discurso colonial de fondo, sigue siendo el mismo.

La famosa Carta de Jamaica de 1815 de Bolívar, no es otra cosa que el tratar de convencer a los europeos en que los nuevos libertadores de América no propiciaban un supuesto “regreso” a la “situación tribal” indígena. La Santa Alianza amenazaba con ayudar a España a reconquistar sus colonias en América. Esta aclaratoria de los hijos de europeos señalaba que el proyecto de Independencia, rompía aparentemente en redondo con el pasado indígena y que su triunfo debía ser la continuidad del colonialismo interno, aún cuando trataran de blindarse del neocolonialismo y la dependencia con el proyecto integracionista, mirandino y bolivariano (frente a la creciente amenaza norteamericana y la embrionaria doctrina de Monroe de 1823). Sin embargo, dentro de todo universo colonial, como es adentro es afuera, como es arriba es abajo, aunque no se vea en apariencia porque la desigualdad se exprese por escala. Colonialismo es colonialismo. Y el de adentro es el mismo de afuera, cuando ves con ojos agudos y de largo alcance telescópico el espejo. Por eso, la clase dominante nativa siempre tiene hoy como falso modelo al colonialismo de Estados Unidos y Europa, vale decir a sus propios verdugos. De allí la necesidad de entender la complementariedad hoy entre indianidad de resistencia y emancipación y bolivarianismo integracionista y emancipador. Entendiendo la integración bajo nuevos modelos, con respeto de nuestras diversidades. No como disolvente de pueblos, culturas y comunidades anteriores a la formación del Estado Nacional. Tomando en cuenta las posibilidades y limitaciones de ambos planteamientos. Superando así, la mutua exclusión y rechazo de la vieja historiografía dominante. Que en el fondo ha sido anti-indígena y anti-bolivariana al mismo tiempo. Y en complicidad para siempre enfrentar resistencia y emancipación indígena con bolivarianismo revolucionario, independentista, integracionista y emancipador. (Ojo pelao). Así como trató siempre de acabar con las alianzas secretas entre indios y descendientes de africanos durante la colonia y en la República.

Estas y muchas otras razones están en el fondo del desconocimiento del bolivarianismo y de lo mirandino hoy. Visto sólo como pasado ya concluido, dado que los Libertadores de ayer eran apenas –para ellos- meros instrumentos o accidentes de la continuidad colonial. Pero hoy vistos desde el presente, por nuestros pueblos, vuelven a ser la chispa que incendia la pradera. En el decir de Neruda, despiertan cada 100 años cuando despierta el pueblo. El mismo Estado Nacional, para el neoliberalismo, ya cumplió su papel, es un obstáculo y hay que disolver incluso sus fuerzas armadas para convertirlas en policías antidrogas al servicio del imperialismo y de las potencias occidentales. De allí la negación de independencia y soberanía. Dentro de este esquema neoevolucionista unilineal, la misma Europa pasa a ser una transición, con una OTAN como muchacho de mandado del imperialismo anglonorteamericano y sionista. Veamos los propios orígenes de occidente dónde quedan, para qué sirven: ¿Qué ha hecho hoy el capitalismo con Egipto, Irak, qué quiere hacer con Irán, antigua Persia, que hace con Grecia y Roma y la misma España? Frente a las recetas del Pentágono, del FMI y BM, no basta una indignación, aunque es parte de un proceso. El problema es mucho más profundo. ¿Y dónde queda el planeta y la vida sobre la tierra? Es la civilización occidental la que se vuelve auto etnocida y autogenocida. Es la humanidad y la vida lo que se niega de antemano. Y se apela a la guerra, como en el pasado, para resolver las crisis. Pero ahora, como lo han visto Fidel, Chávez, Evo, Lula, esa guerra es insostenible, humana y ecológicamente. Las mismas FARC han solicitado el diálogo, con Chávez y Piedad Córdoba como facilitadores y sus posibilidades fueron negadas por los intereses en juego, que van más allá de Colombia. Deponer las armas unilateralmente sería un holocausto, peor del que ya se dio ayer con la Unión Patriótica. Todo esto da cuenta de que la cultura política y occidental dominante, no es dialogal. Es un sordo monólogo de un imperialismo en expansión. Hay que apelar al despertar y la intervención de los propios pueblos.

TEODORO PETKOFF: ¿CON QUIÉN ESTÁS TU COMPAÑERO?

Veamos las inconsistencias de algunos renegados de la izquierda. Teodoro Petkoff, el mismo cínico que vendió al neoliberalismo las prestaciones de los trabajadores, por ejemplo, condenó la invasión de la Unión Soviética a Checoeslovaquia en la década del 60, cosa que era correcto, en principio si nos atenemos a la autodeterminación de los pueblos. Pero, preguntamos ¿por qué celebra hoy la sangrienta y prolongada intervención de todo el Occidente colonialista y racista hacia Libia y el Medio Oriente? Y grita eufórico: ¡a cada cochino le llega su sábado! ¿Es que lo que hace buena o mala a una intervención extranjera es su signo ideológico y político? Musiú ¿Estás pidiendo una intervención para Venezuela como la de Libia? ¿Es que ya no puedes esconder tu racismo intolerante como los nazi-croatas de Bolivia? Te niegas a repatriar el oro que sacaron tus antiguos verdugos y pides una invasión extranjera, imperial e imperialista.

Recuerdo tu racismo intolerante cuando sacastes a Aristóbulo Isturiz enguayucao y su plumita en la cabeza en la primera página de tu cloaca imperialista: ¡indios de todos los países uníos! Sólo para oponerte a una promoción de bachilleres que se llamó “Día de la resistencia indígena! Jorungo ¿Acaso el país no sabe ya quién eres tu?

¿Valen los pueblos por sí mismos ¿o valen por la ideología, la procedencia étnica, racial o por la religión que profesen?

Por eso hay que enfrentar a todos los fundamentalismos, sea cual sea su orientación filosófica, religiosa, étnica,, ideológica y política….

DEJAR A LOS PUEBLOS SIN PUEBLOS DOLIENTES Y SIN HÉROES DEL PASADO

Me recordaba recientemente Roberto Urbano Taylor de una visita que en la década del 70 hizo un connotado pensador europeo, cuyo nombre no recordamos. Y entre otras cosas decía, - a lo mejor siguiendo a Hégel- que estos países progresarían sólo el día en que agarraran las estatuas de sus libertadores y los mitos de sus héroes culturales ancestrales y los arrojaran al mar. Le mandaron en aquel momento a responder con Uslar Pietri. Ahora, parece que Uslar no estuvo a la altura esperada, viéndose huérfano de un proyecto histórico y cultural propio y de largo alcance. Aparte de ser presa fácil de esa misma ideología del renacimiento, la ilustración y el enciclopedismo, donde se afianza un proyecto “moderno” y unilateral de conquista de pueblos, culturas , civilizaciones y clases subalternas por parte del Occidente capitalista, pero que también va acompañado de una descomunal conquista de la naturaleza, legitimando a las ave de rapiña del siglo XVI con su discurso de la “justa guerra”, cuya hacha ha sido desenterrada de nuevo por Barak Obama al recibir el Premio Nóbel de La Paz. Era la señal de lo que vendría: más de lo mismo.

¿CÓMO ES QUE LIBIA NO TIENE HISTORIA, NACION NI ESTADO SINO SIMPLENTE TRIBUS?

Los pueblos caribes de la región centro-norte de Venezuela, los de los tiempos de Guaicaipuro, tampoco tuvieron historia, ni nación. Eran simplemente “tribus salvajes” inconexas, que sólo en tiempos de guerra se confederaban, como reza una vieja Historia etnogenocida de Venezuela hecha por el académico Guillermo Morón. Y para Morón, aquí no hubo conquista, ni colonia, ni colonialismo sino una fundación de pueblos y provincias. Vale decir, los que ya estábamos, tampoco éramos gente. Para formar España “pueblos y provincias”, por supuesto, había que matar las fieras salvajes y el paisaje silvestre o virgen. Y luego, en el neocolonialismo, para seguir “civilizando”, había que acabar con “monte y culebra”. Y de Caracas pa´allá, no hay otra cosa. Pero que relación puede haber entre América y África, con la distancia en tiempos, culturas y civilizaciones? Veamos, como se abrazan -con sus diferencias- los distintos tiempos de nuestras historias:

Así como hubo supuestos “descubridores” de América, hoy los hay de África y del Medio Oriente. Palestina es un territorio vacío para un pueblo sin territorio: el pueblo judío. Los referentes de análisis están plagados de racismo, de devaluación política, social. cultural y espiritual. Es Occidente quien preserva los derechos humanos y quien los destruye para volverlos a instaurar. Es la OTAN ahora y el Departamento de Estado quien además de evangelizar, civilizar, modernizar y desarrollar, decide quienes son “los amigos” y los “enemigos” de Libia (concluyendo que son los propios libios). Por supuesto los tontos útiles, ya sabemos quienes son. Esas élites nativas apátridas, reforzadas con mercenarios para abrirle camino y darle “luz propia” a las fuerzas extranjeras de ocupación.

Descubren los nuevos descubridores, que “en Libia no hay nación sino tribus”, que en Libia “no hay Estado” sino anarquía y baño de sangre, sudor y lágrimas. Estaría borracha la ONU cuando la aceptó como miembro. Pero además, en Libia no hay “derechos humanos”. Y que los derechos humanos son sólo occidentales y para los occidentales del parapeto de la ONU y de la OTAN.

Sin embargo, los hijos de puta salieron un día bombardeando los cielos de Libia para proteger la población civil. Pero, extrañamente, la población civil a proteger ya no existe. Sólo existen los derechos de las grandes potencias. Y entrarán en vigencia, sólo cuando el fantasma de Gadaffi desaparezca del mapa.


Altos de Guaicaipuro y del Guaraira Repano, agosto de 2011

[email protected]




Esta nota ha sido leída aproximadamente 2487 veces.



Saúl Rivas Rivas


Visite el perfil de Saúl Rivas Rivas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: